martes, 2 de junio de 2009

" LOS PUEBLOS GERMANOS" GUÍA DE CONTENIDOS Y ACTIVIDADES

LA GERMANIZACION DE OCCIDENTE
­GUIA DE CONTENIDOSN° 11   PROF: MIGUEL VARGAS G
ASGNATURA:  HISTORIA UNIVERSAL
TEMA : LOS GERMANOS Y BARBAROS

1.- LOS GERMANOS, NUEVOS PROTAGONISTAS

Los germanos poblaban la región central de Europa desde el mar Báltico al mar Negro. Integraban numerosas tribus: anglos, sajones, suevos, francos, alamanes, burgundios, vándalos, lombardos, alanos, visigodos, ostrogodos y otras más. Las tribus reunían a familias de un mismo territorio, cuyas existencias trans­currían entre la guerra y el trabajo agrícola. Explotaban los suelos colectivamente y, por su escasa fertilidad, tenían que dejarlos algún tiempo en barbecho y aprovecharlos­ solo para la cría de ganado, de preferencia equino. Justamente, fue la caballería germana la que decidió el curso de las batallas, y los "caballeros" jugaron el más importante rol político en los siglos medievales. Originalmente fueron politeístas y tenían como divinidad principal a Odín, dios guerrero, protector en los, combates y prometedor a los valientes del ingreso al Paraíso, al Walhalla.

GERMANIZACION DE OCCIDENTE
1.1. CONTACTOS ROMANO-GERMANOS
En los tres primeros siglos de la historia imperial de Roma, hubo una frontera que separaba el área romana europea de la de los germanos. Esta línea divisoria corría a lo largo de los ríos Rin y Danubio, y rara vez pudo ser traspasada por los romanos, En cambio, el movimiento de los germanos en dirección a las tierras romanas, fue cada vez más constante en los últimos siglos de vida imperial. Los germanos pene­traron para prestar servicios militares como soldados mercenarios, y por lo tanto servían a Roma, haciéndoles la guerra a otros germanos a cambio de compensacio­nes materiales: básicamente tierras y botín. La diferencia entre ser romano y ser germano comenzó a desdibujarse. Los germanos fueron adoptando progresivamente.
la cultura romana y hasta su nueva religión, el cristianismo, este último en la versión arriana rechazada por el imperio. Este proceso de transferencia gradual de la ¡ cultura romana a los germanos, sufrió el severo impacto de un hecho externo, Hacia el año 370, los hunos se movilizaron desde el Asia Central en busca de recursos alimenticios para una población en expansión, La muralla china y los Himalayas favorecieron que tomaran rumbo noroeste.

1.2. LOS BÁRBAROS RUMBO A OCCIDENTE
Frente al avance huno, los visigodos solicitaron ayuda al Imperio Romano; ingre­saron como banda de fugitivos, para transformarse luego en ejército hostil como reacción al maltrato recibido. Una vez aprendido el uso del estribo de metal de los " hunos, la caballería visigoda enfrentó a la infantería romana en Adriana polis, a solo 160 km de Constantinopla. Los bárbaros germanos se revelaron superiores a los civilizados romanos. En este contexto, las autoridades romanas debieron negociar con os Invasores, procedieron a entregarles tierras a sur e anu 10; luego se les sobornó y se les indujo a movilizarse al sector más occidental del Imperio.
Sin embargo, la totalidad de la frontera norte del imperio estaba debilitada, situación que aprovecharon distintas tribus germánicas para penetrar en su interior, En el año 409, suevos y vándalos asolaron la Galia y penetraron en España. Más tarde en el 410, el jefe Visigodo Alarico ingresa a Roma. Habían pasado ocho siglos que ningún ejercito extranjero traspasa hubiera traspasado sus murallas, pero la ocupación fue breve
El sucesor de Alarico, Ataúlfo, enlazó su vida a la de Gala Placidia, hermana del emperador romano de Oriente'. Tal matrimonio fue bien considerado en la corte imperial, y Roma consideró a los visigodos como sus aliados. En razón de esta alianza, ingresarían a España para enfrentar a suevos y vándalos. Estas meritorias accio­nes militares de los visigodos, culminaron con la cesión de tierras por parte de Ro­ma en el sector sudoccidental de la Galia, creándose el reino de Tolosa ( 419), primer reino independiente dentro de las fronteras del Imperio. Veinte años más tarde, el ejemplo de los visigodos fue seguido por los vándalos, quienes en África fundaron un reino propio cuyo centro era la antigua Cartago. Alrededor del año 430 los hunos reiniciaron su política expansiva. Bajo la conducción de Atila cayeron so­bre la presa fácil, el sector occidental del Imperio, llegando a ocupar Europa orien­tal y central. Con el apoyo visigodo, franco y burgundio, el general romano Aecio enfrentó a los invasores hunos quienes contaban entre sus filas a soldados ostrogo­dos. En la práctica fue una guerra de germanos contra germanos. El triunfo romano no definió la situación. Atila tomó aliento, reorganizó su ejército e invadió Italia ( 452); sin embargo, no permaneció allí y regresó a su campamento, donde al poco tiempo murió. El reino, dividido entre sus numerosos hijos, no sobrevivió.

1.3. ROMA, LA CIUDAD CODICIADA
Por otra parte, el emperador romano de Occidente, Valentiniano III, mandó asesi­nar al general Aecio ( 454), muerte que fue vengada por sus soldados. Este ambien­te de gran confusión que se creó en Roma fue aprovechado por Genserico, gober­nante del reino vándalo, quien saqueó la ciudad de Roma, sin ocasionar destrozos. Hoy resulta paradójico que la palabra "vándalo" señale al que destruye y arrasa insensatamente.
Simultáneamente, el reino visigodo de Tolosa se expandía penetrando en España. Para fortalecerlo, se procedió a unificar el derecho, elaborándose el primer códi­go escrito visigótico, y la lengua, que era un dialecto del que derivará progresiva­mente el español. Quedaba pendiente lo religioso, ya que las autoridades visigo­das eran arrianas y la mayor parte de los pobladores romanos eran católicos.
Muy poco quedaba del antiguo esplendor imperial romano occidental. En lo territo­rial, su autoridad se limitaba a Italia, y en lo militar, sus fuerzas eran básicamente germanas. También eran germanos los gobernantes de Galia, España y el norte de África. En este contexto, el germano Odoacro obligó a abdicar a Rómulo Augústu­lo ( 476). Para evitar que la fuerza de Odoacro afectara a Bizancio, el emperador Ze­nón se alió con el jefe ostrogodo Teodorico, quien logró neutralizar al gobernante germano, iniciándose así un período de paz en Italia. Sin embargo, el Imperio Romano de oriente sobrevivió hasta el siglo XV tenien­do como capital a Constantinopla, la antigua Bi­zancio griega.
En síntesis, alrededor del año 500, el imperio oriental permanecía intacto, y en el sector occi­dental se habían desarrollado dos importantes reinos germanos, el del visigodo Alarico II, que abarcaba toda España y la mitad de la Galia, y el del ostrogodo Teodorico I, que comprendía Italia y el Danubio superior. Sin embargo, las movilizaciones germanas aún no se habían de­tenido del todo, y una nueva realidad política comenzaba a gestarse bajo la dirección del pue­blo germano de los francos, núcleo de un nuevo imperio
Durante todo su reinado mantuvo buenas relaciones con el Papado. Se consideraba que donde Adriano era Papa, Carlomagno era rey. La autoridad papal llegó a hon­rarle contabilizando el tiempo a partir de su reinado.
El sucesor de Adriano, León III, buscó también mantener una estrecha alianza con Carlomagno, pero en esta ocasión el monarca quiso manifestar su supremacía fren­te al papado. Sin embargo, al ser coronado emperador, sé vió "a los pies" de la auto­ridad eclesiástica.
En el año 800, Carlomagno intentó resucitar el imperio romano de occidente, pero ahora con dos jefes: uno espiritual y otro temporal. Le urge organizar el imperio. Marcas y ducados fueron delimitados en las zonas fronterizas para vigilar a los ve­cinos y proteger el corazón del imperio. En el interior los condes fueron los agentes del emperador. Los "enviados del señor", supervisaban a los funcionarios velando por el respeto a las normas emanadas del poder central
Los hunos penetraron en el reino ostrogodo, ocupando los territorios de Ucrania, parte de Rusia, Lituania, Polonia y la parte oriental de la actual Alemania. Acom­pañados por sus familias, trajeron consigo sus tiendas y ganados. Cabalgaban con los pies metidos en estribos, lo que les permitía maniobrar como nunca antes un jinete lo había hecho, lanzando verdaderas nubes de flechas, girando o detenién­dose, etc. Los hunos arrasaron fácilmente la infantería ostrogoda. Luego siguieron avanzando hacia el territorio en manos de los visigodos

2.GESTACIÓN DE UN NUEVO IMPERIO
Al ocurrir el segundo avance de los hunos, los romanos contaron entre sus aliados germanos a los francos, quienes, una vez terminado el conflicto, se encontraron en posesión de los territorios nororientales de la Galia. Con autorización romana, su gobernante Childerico I estableció la capital en Tournai, ubicada en el actual te­rritorio belga. Con este monarca se fundó la dinastía merovingia. A su muerte, le sucedió su hijo Clodoveo, quien aspiró a expandir el núcleo territorial original, por lo que se enfrentó con sus vecinos visigodos, burgundios, alamanes y ostrogodos.
Para neutralizar a sus potenciales enemigos, el pagano Clodoveo se casó con una princesa burgundia ( 493). Ella era cristiana católica, credo al que adhirió el monar­ca en el año 496, tal vez por razones políticas. Así se aseguraba el apoyo mayorita­rio de los súbditos de las tierras ocupadas que eran católicos romanos. El matrimo­nio con la burgundia no apagó su deseo de conquistar la Galia oriental y emprendió esta tarea con gran éxito. Luego inició la guerra contra el reino visigodo, arguyendo como motivo de lucha, la defensa de la fe católica. De este modo, los visigodos fue­ron expulsados de la Galia occidental quedando limitados a España. Terminadas estas conquistas, Clodoveo estableció la capital de su reino en París (508). Fue tal el poder de este reino, que la tierra ocupada perdió su histórico nombre, Galia, pa­ra pasar a llamarse Francia, la tierra de los francos.
Al enfrentar a los ostrogodos, Clodoveo no alcanzó el triunfo militar esperado, y so­lo logró que el emperador de Oriente, Anastasio, interviniese en su favor al recono­cerle los títulos de patricio y cónsul, lo que le otorgaba mayor legitimidad ante los romanos.
En el año 511 muere prematuramente Clodoveo. Siguiendo la costumbre, el imperio fue dividido entre sus cuatro hijos, quienes guerrearon entre sí.
Al enfrentar a los ostrogodos, Clodoveo no alcanzó el triunfo militar esperado, y so­lo logró que el emperador de Oriente, Anastasio, interviniese en su favor al recono­cerle los títulos de patricio y cónsul, lo que le otorgaba mayor legitimidad ante los romanos. En el año 511 muere prematuramente Clodoveo. Siguiendo la costumbre, el imperio fue dividido entre sus cuatro hijos, quienes guerrearon entre sí.

2.1 LOS REYES SÓLO REINAN, NO GOBIERNAN
En el año 639 murió el último monarca merovingio que había reinado efectivamen­te sobre sus súbditos, comenzando el período de los llamados reyes holgazanes, quienes se rodearon de excelentes consejeros, llamados mayordomos de palacio, verdaderos primeros ministros. Por más de un siglo, ellos ejercieron el poder de he­cho, careciendo del título. Cansado de esta situación, Pipino el Breve recurrirá ala autoridad papal para obtener la corona que lo consagraría como rey. El momento era favorable, ya que el Papa requería de auxilio militar para enfrentar a los inva­sores lombardos. Pipino y el Papa llegaron aun acuerdo el año 752: Childerico III debió abdicar, finalizando así la dinastía merovingia. Pipino fue ungido rey por el Papa, dando inicio a la dinastía carolingia, que debe el nombre a Carlos, su padre. Para afianzar su reinado, Pipino envió a Italia un ejército para derrotar a los lom­bardos, y luego le donó al Papa los territorios que constituyeron la base de los Esta­dos Pontificios. De esta forma, el Papa, además de su autoridad religiosa, adquiere poder en materias civiles. A la muerte de Pipino, el reino fue dividido entre sus dos hijos, sobreviviéndole solo Carlos, conocido como Carlomagno.

3. CARLO MAGNO, DE EPÍTETO A NOMBRE
Carlomagno fijó su capital en Aquisgrán. Desde allí avanzó en dirección al norte de Italia en auxilio del Papa, que había solicitado nuevamente ayuda para frenar la intervención lombarda en territorios pontificios (773). Carlomagno llegó a ser el amo de todas las tierras que dominaban los germanos. Además, logró aplastar a los ávaros, liberando así a los sometidos eslavos, quienes se reconocieron como sus súbditos. Por el oeste sucumbieron los bretones que tuvieron que pagarle tributo. Los sajones fueron también sometidos y cristianizados. Intentó liberar a la España católica del dominio musulmán, empresa en la que fracasó.
Durante todo su reinado mantuvo buenas relaciones con el Papado. Se consideraba que donde Adriano era Papa, Carlomagno era rey. La autoridad papal llegó a hon­rarle contabilizando el tiempo a partir de su reinado.
El sucesor de Adriano, León III, buscó también mantener una estrecha alianza con Carlomagno, pero en esta ocasión el monarca quiso manifestar su supremacía fren­te al papado. Sin embargo, al ser coronado emperador, se vió "a los pies" de la auto­ridad eclesiástica.
El sucesor de Adriano, León III, buscó también mantener una estrecha alianza con Carlomagno, pero en esta ocasión el monarca quiso manifestar su supremacía fren­te al papado. Sin embargo, al ser coronado emperador, se vió "a los pies" de la auto­ridad eclesiástica.
En el año 800, Carlomagno intentó resucitar el imperio romano de occidente, pero ahora con dos jefes: uno espiritual y otro temporal. Le urge organizar el imperio. Marcas y ducados fueron delimitados en las zonas fronterizas para vigilar a los ve­cinos y proteger el corazón del imperio. En el interior los condes fueron los agentes del emperador. Los "enviados del señor", supervisaban a los funcionarios velando por el respeto a las normas emanadas del poder central.
3.1. Eclipse cultural afecta al reino Franco
Carlomagno llegó al poder cuando reinaba la oscuridad en las tierras bajo su domi­nio, en marcado contraste con la vecina Hispania (España), donde los árabes desa­rrollaban una refinadísima cultura. El punto de partida de esta situación lo encon­tramos en la acción destructiva derivada de las guerras de conquista protagonizadas por la nobleza franca, cuya formación personal privilegiaba básicamente lo bélico. La alfabetización entonces, quedó limitada a algunos clérigos, quienes estaban vin­culados con antiguas familias romanas.
El analfabetismo y la falta de conocimientos elementales de aritmética, compro­metió la buena administración de los dominios conquistados. La actividad bélica consumía crecientes recursos, ala par que los caminos se arruinaban y las ciudades decaían. La agricultura volvió a formas de trabajo prerromanas. Los escasos exce­dentes agrícolas eran acaparados por señores y guerreros que no trabajaban, lo que favorecía la pauperización de los campesinos y la declinación de la población. Así, la disminución de la población rural motivó a los señores nobles a declararlos adscritos al suelo, perdiendo entonces su libertad de movimiento y pasando a ser siervos.

3.2. DESDE AQUISGRÁN, HACES DE LUZ PARA OCCIDENTE
Carlomagno se propuso revertir las tendencias negativas de su tiempo. En lo económico, para agilizar el comercio, creó una moneda de plata. Estableció escuelas bajo la tuición de los eclesiásticos para fomentar la difusión de la lecto-escritura. El propio emperador intentó, de acuerdo a una biografía escrita por su secretario Eginardo, aprender el arte de leer, escribir y contar mediante números, lo que resultaba algo complicado, ya que, se hacía con la numeración romana. En el arte de escribir se idearon las minúsculas que ocupaban menos espacio, por lo que podían entrar más letras en un pergamino. Su uso lo hemos recibido como herencia de los carolingios. En la escuela palatina de la corte se copiaron cuidadosamente manuscritos. clásicos se redactaron crónicas y se escribieron breviarios religiosos. Toda esta acción cultural fue bautizada posteriormente como renaci­miento carolingio, el cual no traspasó el círculo de los eclesiásticos y nobles ligados a la corte. En lo judicial, Carlomagno inauguró los jurados. Un conjunto de honora­bles dirimían sobre una cuestión en disputa, suprimiéndose así el combate entre los nobles; y la ordalía o juicio de Dios, practicada en el sector popular: en esta modalidad, el acusado tomaba un metal al rojo y si se sanaba de la quemadura, quedaba probada su inocencia.
A la muerte de Carlomagno, una serie de guerras civiles y de nuevas invasiones bár­baras oscurecieron el panorama. La luz carolingia se hizo tenue de nuevo.


ACTIVIDADES
CORONACION DE CARLO MAGNO ( INCLUIR)

Es el texto anterior un documento histórico? Fundamenta tu respuesta.
.¿Podemos deducir que es un documento testimonial, es decir, que quien hace el relato estuvo presente en el he­cho central que se comenta?
.¿Cuál es el tema central?
.¿Dónde y cuándo ocurrió la acción principal?
.¿Cuál es el país de los griegos al que se refiere el autor?
.¿Por qué podemos afirmar que el autor ignora a la autoridad imperial?
.¿Qué título romano aparece mencionado en el texto?
.¿Qué argumentación histórica favorece el reconocimiento de Carlos como emperador? .¿Es Carlos emperador por voluntad estrictamente humana?
.El autor, frente a la coronación de Carlomagno: ¿expresa aceptación? , ¿rechazo? , ¿o más bien se mantiene en un plano neutral?

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