miércoles, 20 de febrero de 2019

Cuba,salud, educación , pobreza , represión y falta de libertades gratis.

MATERIALES Y APUNTES

Cuba cumple 60 años de la 

revolución comunista con una

tasa de pobreza de 90%

A seis décadas de la revolución comunista, Cuba tiene hoy 
una tasa de pobreza de 90%, un sueldo mínimo de US$9 y 
una economía similar a la de Corea del Norte

Cuba





Fidel Castro llegó al poder de Cuba el 1 de enero de 1959 y lo mantuvo por casi cinco décadas, hasta que una enfermedad lo alejó del gobierno.
El problema de Fidel Castro para admitir que desde un inicio lideraba una revolución comunista era que “el pueblo de Cuba no estaba listo para entender estos principios”, confesó él mismo en 1961, dos años después de su golpe de estado. Así que decidió ocultar su real motivación, que envió el país hacia una realidad económica y política comparable hoy únicamente con Corea del Norte y Venezuela.
La ironía del modelo económico cubano, que hoy cumple 60 años, reside en el hecho de que a pesar de funcionar bajo lineamientos (según el gobierno local) socialistas y de autosuficiencia, ha dependido casi exclusivamente –desde 1959- de lo que otros gobiernos, capitalistas varios, pudieran brindarle.
De acuerdo al economista nacido en Cuba Carmelo Mesa Lago, Cuba ha recibido más ayuda de la Unión Soviética y otros países que ningún otro país en América Latina: US$65.000 millones en 30 años.
Después de su victoria en la revolución cubana contra la dictadura de Fulgencio Batista (1959), Castro inició un proceso para eliminar la clase media y alta de la sociedad, principalmente a través de dos reformas agrarias. La segunda, más radical que la primera, incluyó la nacionalización de empresas estadounidenses y la erradicación de la propiedad privada sobre los medios de producción.
“Prometió que tras 20 años, Cuba iba a tener un PBI superior al de EE.UU., íbamos a ser la Suiza de América. En los años 70 fracasaron todos los experimentos estatales y la Unión Soviética comenzó a subvencionarnos”, explica Carlos Oliva, economista y miembro de la dirección de la organización Unión Patriótica de Cuba.
Como economía dependiente, lo que sucedió en realidad fue que, una vez disuelta la Unión Soviética (1991), Cuba ingresa en la mayor crisis económica de su historia, lo que los cubanos llaman “periodo especial”. En solo tres años, el PBI retrocede 35%, según Mesa Lago, por lo el gobierno recurre a abrir tímidamente su economía, despenaliza el uso del dólar y, gracias a esto, ingresa capital extranjero.
Empieza a crecer, por este periodo, la figura del ‘trabajador por cuenta propia’, un eufemismo estatal para no reconocer a la persona como propietario de un negocio donde, por ejemplo, el dueño de un restaurante no es catalogado como tal, sino como un ‘vendedor-elaborador de alimentos’, cuenta Oliva.
No obstante, con la llegada de Hugo Chávez a Venezuela (1998), Cuba retrocede en el otorgamiento de permisos a trabajadores por cuenta propia y aumenta los impuestos y fiscalizaciones.
“A los pequeños productores que se beneficiaron con las reformas agrarias tampoco se les da plena libertad: el Estado les dice qué producir, a qué precio y no pueden ni siquiera matar una vaca de propiedad. Dan hasta 25 años de prisión”, explica María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba.
A la fecha, Cuba mantiene una deuda externa con Rusia de US$32,1 mil mlls., con el Club de París (19 países) de US$11,1 mil mlls., con China de US$6 mil mlls, entre otros.
Gran parte de estos montos, algunos provenientes desde la década de los 80, han sido condonados [ver infografía], por lo que la cifra oficial, al 2015, rondaría los US$15.800 millones. Irónicamente, entre 180 países supera únicamente en el índice de Libertad Económica de The Heritage Foundation a Corea del Norte y Venezuela.

Revolución cubana





A la fecha, Cuba mantiene una deuda externa con Rusia de US$32,1 mil millones. (Infografía: El Comercio)
“Se puede hacer una analogía entre lo que sucede en Cuba y lo que sucedía en la Europa de la Inquisición: toda persona que disiente del socialismo que establece el gobierno es reprimido, le allanan la vivienda, entra otras cosas”, analiza Oliva.
EL RECUERDO DE 1959
Las estadísticas en Cuba son difíciles –y en algunos casos imposibles- de calcular. A partir de estudios de Mesa Lago y Maddison, la Cuba de Batista aparecía en los primeros puestos de la región en ámbitos como el control de la inflación, estabilidad fiscal, tasa de alfabetización, esperanza de vida, y su PBI per cápita se movía en los niveles del español y era tres veces el de China.
Hoy el sueldo mínimo cubano se reduce a US$9, mientras que el promedio es de US$30 (en España, el salario mínimo es de 900 euros). El PBI per cápita pasa a ser la mitad del de China y la tasa de pobreza, de acuerdo a Werlau, debe alcanzar al menos al 90% de la población.
Asimismo, de acuerdo a cifras de Archivo Cuba, antes de la revolución, Cuba era autosuficiente en alimentos y era el mayor exportador de azúcar del mundo. Hoy importa el 80% de su comida, incluido el azúcar.
La Venezuela de hoy es la Cuba desde hace décadas”, sentencia Werlau.
LA APUESTA POR LO MISMO
Sesenta años después de la revolución, la isla de Fidel se encuentra cerca del debate de una nueva Constitución. La expectativa, explica Oliva, siempre es la apertura económica y la apuesta por eliminar el comunismo.
“El país no volverá jamás al capitalismo”, indica el texto de la nueva Carta Magna, dándole la contra. “El Partido Comunista Cubano orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, se lee, condenando al país a, probablemente, otros 60 años de involución.

martes, 19 de febrero de 2019

LOS BRAZOS DEL CHAVISNO EN HAITÍ...

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Jovenel Mo‹se ganó dos veces las presidenciales de Haití: en octubre de 2015 y en noviembre de 2016. Las primeras resultaron impugnadas y, finalmente, anuladas tras violentos disturbios. Las siguientes se vieron empañadas por denuncias de fraude. Demoraron más de un mes en ser validadas. El Hombre Banana, mote de Moyse por ser un empresario de ese sector, saltó a la política gracias al apoyo del cantante de carnaval Michel Martelly, presidente desde 2011 hasta 2016, y del partido de centroderecha TŠt Kale. De ambos y de uno de sus antecesores reclaman los haitianos en protestas multitudinarias una explicación sobre los recursos obtenidos de Petrocaribe.Imagen relacionada
Las protestas, que coinciden con el segundo aniversario del gobierno y exigen su renuncia, se desataron por la decisión de Moyse de declarar una urgencia económica. Las acusaciones por la malversación de los fondos de Petrocaribe involucran a Moyse y a algunos de sus funcionarios, así como a los gobiernos de Martelly y del fallecido René Préval. Comenzaron en 2018 por la depreciación del gourde (la moneda haitiana) y por la crisis de la electricidad a raíz de la falta de gasolina. El acuerdo con el FMI derrapó entonces en alzas en las tarifas de los combustibles por la eliminación de los subsidios. Seis de cada 10 haitianos viven con menos de 2,50 dólares por día.
La violencia dejó un tendal de muertos, saqueos y destrozos, y derivó ahora en el cierre provisional de embajadas. Entre ellas, la de Argentina, a cargo de Pedro von Eyken, custodiada por gendarmes argentinos. La Cámara de Diputados no pudo aprobar el presupuesto de 2019. En medio del caos no satisfizo a los haitianos la promesa tardía del primer ministro, Jean-Henry Ceant, de investigar el destino de los fondos de Petrocaribe. Un pozo ciego de corrupción creado en 2005 por el presidente venezolano Hugo Chávez para venderles petróleo a precios irrisorios a los países del Caribe a cambio de lealtad a la revolución bolivariana.
Esas operaciones, como ocurrió en otro país centroamericano en apuros por las irregularidades y por la represión del gobierno, Nicaragua, redundaron en beneficios para Haití: algo así 4.000 millones de dólares, según una comisión del Senado y una auditoría del Tribunal de Cuentas. Haití debe saldar en 25 años la deuda con Venezuela con un interés simbólico. Los fondos de Petrocaribe, dice la auditoría, fueron destinados a proyectos sin planificación ni estudios y sin respetar los plazos legales. Las compañías creadas para la ocasión por empresarios cercanos al gobierno transfirieron dinero al exterior sin haber terminado las obras. Mo‹se invirtió 600 millones de dólares en el colapsado sistema energético sin resultados a la vista. Tampoco pudo determinar la auditoría el destino de 100 millones de dólares para planes sociales. El desmadre provoca un terremoto político después de otro terremoto. Uno real. La ingobernabilidad, cruz de Haití, no parece preocupar a sus vecinos latinoamericanos, concentrados en la crisis venezolana. Mo‹se no reconoció al régimen de Nicolás Maduro en la OEA. El iniciado el 10 de enero. Un punto de inflexión después de más de una década de lealtad a Venezuela. La única inquietud de la República Dominicana, con la cual Haití comparte la isla La Española, ha sido reforzar la seguridad en la frontera para evitar inmigración y el contrabando. Un comunicado del Core Group, integrado la ONU, la OEA, Alemania, Brasil, Canadá, España, EEUU, Francia y la Unión Europea, poco y nada logró para domar el terremoto, imperceptible para otros.Una calle de Puerto Príncipe, capital de Haití, ayer