ELECTIVO CIUDAD CONTEMPORÁNEA

APUNTES DE LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA
ELECTIVO LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA(contenidos generales)


PROGRAMA DE ESTUDIO LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA
Historia y Ciencias Sociales 
La Ciudad Contemporánea Programa de Estudio
Tercer o Cuarto Año Medio
Formación Diferenciada  Humanístico-Científica

Presentación
Unidad 1: El fenómeno urbano
Unidad 2: La ciudad en la historia
Unidad 3: El proceso de urbanización
Unidad 4: La ciudad un sistema vivo
Unidad 5: Territorio y sistema de ciudades
Unidad 6: La ciudad como utopía

PRESENTACIÓN

EL PRESENTE PROGRAMA
Realiza los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios del módulo diferenciado del sector Historia y Ciencias Sociales: “La ciudad contemporánea”.
El propósito de este curso diferenciado es que los estudiantes puedan ampliar su conocimiento de la realidad social y de su historicidad, y que aprecien que ellos pueden desarrollar en este sector un conocimiento crecientemente especializado y profundo, acotando el campo temático abordado, en este caso al estudio de la ciudad.
En la actualidad aproximadamente la mitad de los 6.000 millones de habitantes del planeta vive en ciudades, y para el año 2030 se espera que un 60% de la población mundial sea urbana. En las próximas décadas casi todo el crecimiento poblacional se concentrará en las ciudades, ya sea por la propia dinámica interna de las poblaciones urbanas, como por la continuación de las emigraciones de las áreas rurales. Además, crecientemente la población se concentrará en grandes ciudades.
En el caso de Chile las cifras muestran que en el año 1995 un 84% de la población nacional residía en ciudades; es decir, en nuestro país el modo de vida predominante es urbano, con todas las posibilidades y desafíos que esto implica.
A lo largo de este programa se analizan diversas dimensiones del fenómeno urbano.
Se inicia el programa estableciendo su magnitud y su distribución a nivel mundial, y explorando inicialmente los motivos que llevan a las personas a vivir en las ciudades. Interesa en esta unidad que los estudiantes perciban la importancia del estudio de las ciudades, a la vez que las entiendan como un espacio de vida y sociabilidad.
Posteriormente, en la Unidad 2,
“La ciudad en la historia”, se analiza las características que asumen las ciudades en los grandes períodos de la historia, considerando desde el surgimiento de los primeros centros urbanos vinculados a la agricultura hasta la emergencia de la ciudad industrial. En este recorrido histórico se analizan distintas formas de concebir la ciudad: la ciudad como núcleo de participación política en la Grecia clásica, la ciudad como espacio de civilización en la Roma antigua, como espacio social y sagrado para la concepción cristiana, como espacio de libertad en el medioevo, como espacio de racionalidad según la concepción moderna, y, por último, la ciudad como espacio económico, cosmopolita y multicultural en la sociedad industrial.
En la Unidad 3
“El proceso de urbanización”, se analiza el proceso de urbanización en el mundo y en América Latina en la época contemporánea. Se estudia aquí el proceso de concentración de la población en ciudades que ocurre desde el siglo XIX, pero especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX. Se conceptualiza el proceso de urbanización, y se estudian las demandas que surgen sobre la ciu- dad que debe responder a los requerimientos de una población creciente.
En la Unidad 4
Titulada ‘‘La ciudad un sistema vivo’’ se estudia la dinámica interna de las ciudades. Se busca que los estudiantes comprendan que las ciudades son más que un conjunto de construcciones y espacios de circulación; son una entidad o sistema que nace, crece y se desarrolla. Interesa en este contexto que los estudiantes analicen la organización interna de ciudades y los problemas y tendencias actuales de la dinámica urbana. A la vez que conozcan los mecanismos de planificación urbana que se han elaborado para conseguir una mejor organización interna, y una racionalización de su crecimiento y expansión.
En la Unidad 5
“Territorio y sistema de ciudades’’, se estudia la relación entre ciudades, y la relación de éstas con su territorio circundante. Lo que se espera en esta unidad es que los estudiantes entiendan que las ciudades no son entes aislados entre sí, sino que forman parte de lo que se denomina ‘‘un sistema de ciudades’’, que es identificable a nivel regional, nacional y mundial. Al respecto interesa que los estudiantes perciban que las ciudades compiten entre sí por ocupar posiciones dominantes en el sistema de ciudades. Esto origina una jerarquía de ciudades de acuerdo a la posición que ocupan en el sistema, lo cual impacta a su vez en la dinámica interna de los centros urbanos y en la influencia que la ciudad ejerce sobre el territorio que la rodea. Se analiza también en esta unidad la relación urbano-rural desde una perspectiva sistémica. En este contexto se analiza la situación del medio rural, con especial referencia a la situación en Chile.
 La Unidad 6,
 “La ciudad como utopía”, que consiste en la realización de un trabajo de síntesis y proyección. Recuperando los conocimientos históricos y geográficos trabajados durante el año se trata de que los alumnos elaboren un proyecto en torno al desafío que implica en la actualidad humanizar las grandes ciudades considerando las como entidades sociales a escala de individuos que se relacionan y comparten.
El conjunto de las unidades apunta a que los estudiantes entiendan la ciudad como un espacio de vida, construido socialmente y a la vez organizador de las experiencias vitales de sus habitantes. En este recorrido se busca además convocar a los estudiantes a tener una aproximación activa a su ciudad, que destaque su rol de ciudadanos más que de habitantes o residentes del espacio urbano.
Es importante que este programa, centrado en el análisis de las ciudades, no sea excluyente de la experiencia de los estudiantes de origen rural. En esta línea es relevante que ellos puedan formarse una opinión sobre lo que constituye la vida en las ciudades, sin llegar a estigmatizarla o idealizarla; lo cual es válido también para los residentes urbanos respecto del medio rural. Para los estudiantes rurales un desafío relevante será pensar su ciudadanía desde el espacio rural. Como puede apreciarse, este programa ofrece una excelente oportunidad para que los alumnos y alumnas repasen y amplíen los conocimientos de la formación general, en especial permite volver a revisar desde un tema específico la historia occidental, de América Latina, y de Chile, y la interrelación medio sociedad. Así mismo, siguiendo el enfoque de todos los programas del sector, se enfatizan los vínculos de las materias estudiadas con la realidad vivida por el estudiante, motivando un conocimiento más acabado y científicamente fundado de la propia realidad, a la vez que se la inscribe en contextos históricos y geográficos más amplios. Se promueve, también, una aproximación activa de los estudiantes a la realidad social; en este caso a la ciudad y su organización, reforzando su formación ciudadana. Este nexo está presente a lo largo de todo el programa, que tiene como eje fortalecer su formación ciudadana y fomentar su participación social, recuperando la conexión primaria entre ciudad y ciudadanía.

Unidad 1: El fenómeno urbano
LA CIUDAD CONCEPTO Y EVOLUCIÓN.
LA CIUDAD UN PAISAJE FAMILIAR
         De alguna u otra forma todos tenemos una experiencia urbana, algunos han nacido y vivido en una misma ciudad, otros han vivido en diversas ciudades de distinto tamaño, otros han viajado al extranjero y han conocido ciudades construidas de acuerdo a otros patrones culturales.
Existen grupos numerosos grupos de personas de países en vías de desarrollo que han nacido en el campo y que en algún momento migraron hacia las capitales del país a ciudades más grandes.
También dentro de las ciudades las experiencias de cada uno pueden ser muy distintas, dependiendo por ejemplo del barrio en que se vive , las actividades que se desempeñan , la condición cultural y social que se tenga, de la mayor o menor satisfacción de la población urbana que los afecte, etc.

1.2 definición del fenómeno urbanos) La ciudad es primeramente un hecho de población.
   Un núcleo urbano amplia la existencia de un agrupamiento denso de población en un lugar, se denominan “centros poblados”. La ciudad es un hábitat concentrado. El número total de habitantes nos indica el tamaño y la importancia social y económica de una ciudad. De esta forma se tiene un dato estadístico para definir una ciudad, pero este varía según los países, por ejemplo
EEUU                 2500                                                                                                
CHILE              10.000
HOLANDA         5000                                                                                  
ESPAÑA                                                 10.000
ORGANISMOS INTERNACIONALES     20.000

   También se define según la densidad poblacional, la que generalmente es más alta que en el campo Hab/Km 2. Esta situación varía al interior de las ciudades, concentrándose la población en el centro y disminuyendo hacia la periferia.
b) La ciudad es un medio social heterogéneo y una forma superior de organización social.
Es un núcleo urbano co-existen diversas clases y grupos sociales con determinadas características, poder y prestigio logrado en el ejercicio de las actividades urbanas. En las ciudades existe una mayor organización social que en el campo
c) La ciudad es una concentración material
   El, paisaje urbano es una planta construida según ideales urbanísticos de cada época y los cambios experimentados a lo largo de etapas de crecimiento o decadencia.
   La planta material urbana s e distingue de la rural por la forma de las construcciones, la densidad edificada, el estilo y función de las casas, el orden y trazado de las calles.
   En la ciudad se efectúa y se reúnen una serie de actividades específicas. Las actividades principales de las ciudades es un criterio fundamental para definir el fenómeno urbano
   En general las actividades que se realizan en la ciudad son esencialmente no agrícolas.
 La distribución de estas actividades nos permite identificar varios paisajes dentro de una misma ciudad centros administrativos, barrios comerciales, áreas de servicios, zonas industriales etc.
D) En la ciudad se efectúan y se reúnen una serie de actividades especificas
Las actividades principales de la ciudad es un criterio fundamental para definir el fenómeno urbano.
En general, las actividades que se realizan en la ciudad son esencialmente no agrícolas .La distribución de estas actividades nos permite identificar varios paisajes dentro de una misma ciudad (centros administrativos, barrios comerciales, aéreas de servicios, zonas industriales, etc.)
  Con la urbanización industrial en el Siglo XIX aparece un nuevo tipo de ciudad, basada en la productividad, población y la tecnología industrial.
Estas nuevas ciudades han determinado un nuevo de vida siocial.Hoy se habla de planificación urbana, la que trata de dirigir y regular, los procesos de urbanización del siglo xx .Uno de los estudiosos de este proceso fue Weber quien planteo que el fenómeno social más notable del siglo XX es la concentración de población en la ciudad".
  La concentración de población en las ciudades se debe a varios factores como fueron la revolución industrial, la era del Ferrocarril en EE.UU. e Inglaterra, Otros factores fueron las tasas migratorias debido a emigraciones provenientes desde zonas agrícolas.
  Las corrientes migratorias fueron hacia las ciudades industriales y comerciales principalmente de zonas próximas. Las ciudades demandan mano de obra que se cubría por la llegada de los habitantes vecinos.
Se aprecia que en las ciudades que su influencia sobre los migrantes disminuye con la distancia. Las ciudades más grandes tienen mayor círculo de influencia, mientras que las ciudades pequeñas atraen población cercana, las grandes atraen habitantes de otras provincias.

ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN DE LAS CIUDADES NUEVAS.
Para estudiar las ciudades debemos considerar las diferencias de la composición física de cualquier población urbana.
Se debe hacer el análisis demográfico de la población, para comprender la concentración urbana.
Se debe observar las diferencias entre hombres y mujeres

PROCESO DE URBANIZACIÓN EN CHILE
Este proceso se constituyo sobre la base del poblamiento originario y la llegada de los españoles .Según estos antecedentes tenemos una urbanización temprana " el origen de las primeras ciudades en nuestro país tienen como fin la ocupacion (ciudades fortificadas) y la explotación económica (enclaves mineros) . El resultado de esta interacción se consolida en los elementos sustantivos *Establecimientos en un asiento del poder político vinculado a la conquista y a la creación de un centro que interactuaba con la Corona Española.
*Explotación de un padrón productivo basado en la extracción de productos mineros, generando enclaves urbanos y una especialización productiva.
  Durante la conquista se realiza una amplia política fundacional de ciudades que disminuye en en el Periodo colonial .Por largo tiempo la población rural fue mayor que la urbana. Posteriormente en el siglo XIX la actividades económica basada en el salitre le daría un nuevo impulso, provocando, los primeros flujos migratorios importantes desde el campo a las salitreras, las que se consideraban como aéreas urbanas. La posterior crisis de esta actividad genero una nueva movilización de población  la que se dirigió ahora desde el norte hacia Santiago principalmente .
Se produce así el aumento de la población en las ciudades y la consiguiente expansión de la misma.
  Otro nuevo impulso al proceso de urbanización desarrollo lo desencadenaría la industrialización del modelo sustantivo de las importaciones y que produce una crisis en el campo. Posteriormente se se agregan un nueva migración de la población desde la décadas de 1960
En la actualidad los procesos de urbanización se mantienen en desarrollo, ya no por procesos migratoria , sino por la dinámica propia de la ciudad mortalidad, natalidad, esperanza de vida, etc.)

Historia del urbanismo
  No resulta fácil definir lo que es una ciudad, ni determinar porqué surgen, y sin embargo todo el mundo reconoce una ciudad en cuanto la ve: tiene una alta densidad de población, construcciones muy próximas y «altas» y una gran actividad económica en sus calles, sobre todo del sector servicios. Sin embargo, no todas las partes de una ciudad tienen servicios; algunas tienen industria y en otras sólo residencias. Además, no siempre la construcción del continuo urbano es denso, ni está separado del campo por un frente de edificios.
  Parece lógico definir a una ciudad por su función; pero las funciones de una ciudad son muchas y muy variadas y, además, cambian con el tiempo. Quizá la única función que no tiene es la producción agrícola, ni el sector primario, en general: minas, silvicultura, etc.; los altos precios del suelo no lo permite, ya que son actividades que necesitan mucha superficie para ser rentables. Pero ni siquiera esto es absoluto, ya que encontramos actividades agrícolas en las ciudades antiguas.

Las principales funciones urbanas son

La función comercial que hoy en día es la razón de ser de todas las ciudades.
La función residencial ya que en ella vive la mayor parte de la población. En los países ricos más del 75% de la población vive en ciudades.
La función administrativa, ya que concentra los centros de decisión tanto públicos como privados.
La función cultural ya que en ella se encuentran los principales centros de ocio y de difusión de ideas y opiniones. El turismo urbano se alimenta de esta concentración cultural.
  Todas las ciudades tienen varias funciones, aunque en ocasiones unas están más desarrolladas que otras. Por ejemplo en las capitales de provincia la función administrativa está muy marcada, ciudades como Benidorm tiene una función turística muy clara.
  No obstante, una cosa que no se le puede negar a la ciudad es su capacidad para organizar el territorio en torno a sí, y las actividades económicas en torno a su centro de urbano o de negocios. Desde su aparición, la ciudad ha sido el instrumento básico para transformar el entorno, para colonizar el territorio, para construir un medio diferente en el que la vida humana tenga todas las ventajas.
  La ciudad, y su concepto, ha cambiado a lo largo del tiempo, desde las casas rurales contiguas de las ciudades más antiguas, a la ciudad como población amurallada que definiera Alfonso X el Sabio, o la ciudad actual, tan extensa y variada que se escapa a la escala humana.
  No obstante, hay que tener en cuenta que la función, la forma y la estructura de las ciudades depende de la concepción que sobre el ámbito urbano y el mundo, tienen la cultura que las crea. Haremos especial hincapié en la historia de las ciudades españolas

Unidad 2: La ciudad en la historia
LOS ORÍGENES DE LA CIUDAD

  Una de las preocupaciones de las Ciencias Sociales consiste en entender el origen de las ciudades, como un proceso histórico muy complejo. Anteriormente, una de las maneras de resolverlo era identificando los primeros motores: es decir, aquellos procesos causales que dieron paso a la formación del espacio urbano.
  Hoy nos tenemos que conformar con pensar que existe una lista de procesos claves que se retroalimentan, para proveer las condiciones para que aparezca sobre la faz de la tierra la conjunción más compleja de procesos sociales que toma la forma de un espacio construido como la ciudad. En esta introducción a los orígenes, nos guiamos por unas preguntas esenciales.
¿Por qué surgen las ciudades?
      Es difícil saberlo, pero los estudiosos en el campo de la Historia y la Arqueología concuerdan en que el nacimiento de las ciudades está asociado a una compleja red de procesos sociales, económicos y culturales que se retroalimentan, para formar asentamientos poblacionales de alta concentración poblacional, alta densidad de viviendas y estructuras, desarrollo de edificios en torno a un núcleo, gran tamaño, y arquitectura monumental (templos, tumbas, palacios, plazas).
    La ciudad tiene una población, que aunque de origen étnico diverso, tienen un sentido de pertenencia (son, ciudadanos). En términos políticos y administrativos, la ciudad se rige por las leyes, decretos y visiones de unas clases que ostentan el poder, y que en los orígenes emanaba de un mandato divino.                                                   

¿Dónde surgen las primeras ciudades?
        Las ciudades surgen en el Medio Oriente, en toda una región conocida como el Creciente Fértil. Esta era una región muy rica en plantas silvestres de frutos altos en proteínas, de ríos caudalosos, y áreas con una gran biomasa animal. Al pie de los montes Zagros, de los Tauros, en Anatolia (Turquía), en lo que hoy es Irán e Irac. en lo que se conoció como Mesopotamia, en todos estos lugares se dieron los primeros experimentos urbanos. Es decir, de comunidades (muchas de ellas con cercas o palizadas, o pequeños muros bordeándolas) agrícolas y pastoriles que fueron creciendo, a medida que fueron capaces de sostener a poblaciones más numerosas.
La extraordinaria abundancia de estos alimentos hizo posible el desarrollo de pequeñas comunidades semi-sedentarias y sedentarias dedicadas a esa actividad, la cual una vez fue dominada dio paso al desarrollo de la agricultura.

¿Qué evento significativo permitió que se dieran los primeros pasos hacia la formación de las ciudades?
         Hay muchas teorías sobre este particular, pero la comunidad científica todavía se aferra a lo que el arqueólogo Gordon Childe llamó La Revolución del Neolítico (o la nueva edad de piedra). Childe usó este término para describir lo que se conoce como La Revolución Agrícola. (Entre el 10,000 y 12.000 AC).
Al terminarse lo que los prehistoriadores llaman el Paleolítico (la antigua edad de piedra), muchas de esas comunidades fueron descubriendo y aprendiendo la domesticación de plantas y animales: en vez de recolectar los frutos, seleccionaban las semillas, las sembraban y cosechaban sus frutos, y en vez de cazar animales, los capturaban, los domesticaban (seleccionando los más dóciles), reteniéndolos, pastoreándolos y alimentándolos. Usaban y consumían sus productos: carne, estiércol (como combustible), leche, cueros y lana. Luego los usaron como animales de tiro, para la labranza y demás actividades agrícolas, así como para la transportación.
          La revolución del neolítico trajo consigo una serie de innovaciones tecnológicas que todavía impactan nuestra vida cotidiana: el uso de ciertos animales domésticos en nuestra dieta (cabras, ovejas y ganado vacuno (la domesticación del Bos primigenius en Bos domésticus), el pan (producto de un proceso complejo de preparación de masa, uso de levadura, y hornear), la cerveza (o sea, las cosas fundamentales
de la vida, si es que vemos a esta bebida como un jugo de cereales fermentado), la cerámica, el uso de metales y los silos (lugares para almacenar los granos), la azada, el arado, la rueda, el uso de la irrigación para manejar los abastos de agua e irrigar los campos de cultivo, entre otros.

¿Cuáles fueron los primeros experimentos en vida urbana?
Por toda la región del Oriente Medio hay ejemplos arqueológicos de las primeras aldeas agrícolas que fueron los prototipos de lo que serían las primeras ciudades. Zatal Juyuc en Anatolia (Turquía) es uno de esos ejemplos en los que una comunidad, racialmente heterogénea, dedicada a la agricultura y manufactura de artesanías, con una religión definida (en torno a la adoración de los bueyes en santuarios),
especialistas religiosos y un alto nivel aglomeración y densidad (las casas pegadas una de las otras) se formó de manera compacta, a modo de una experimentación de formas de vivir en ciudad, alrededor del año 6,250 AC.

¿Cuáles son los pre-requisitos de la ciudad?
Para que observemos en el tiempo la formación de una ciudad, tenemos que detectar toda una series de factores y procesos. A continuación presento una lista de esos pre-requisitos" que deben de aplicar a la mayoría de las primeras ciudades en la historia de la humanidad:

Crecimiento poblacional.
Aumento de la producción agrícola para sostener a esa población.
Aparición de unas clases dominantes que controlan el aparato político.
La burocracia (cadena de mando que opera de manera racional los sistemas).
Pago de tributos (en trabajo o especie) a las clases dominantes.
Especialistas en religión, política, agricultura, artesanías y otras actividades, que vivían en la ciudad.
Desarrollo de la escritura, y las ciencias como la matemática (sistemas de numeración y contaduría) y la astronomía para los censos de producción, la construcción de edificios, y calendarizar las actividades agrícolas.
El trabajo forzado por medio de la esclavitud o los tributos.
La producción de excedentes: es decir, la capacidad de producir mucho más de lo necesario para la subsistencia de los individuos.
Los militares para proteger a las clases dominantes y asegurar el pago de tributos.
Comercio a distancia con otras ciudades y asentamientos.

¿Cuáles son los signos arquitectónicos de las primeras ciudades?
La arquitectura edilicia (pública) monumental: templos, pirámides, tumbas, plazas, centros ceremoniales, mercados.
En Mesopotamia, la muralla bordeando la ciudad.
La planificación en el trazado urbano.
La separación de áreas de vivienda, de trabajo, de adoración religiosa y de funciones políticas.

¿Cómo eran esas primeras ciudades?
La ciudad de Uruk, también en Sumeria, era ya en el año 3,200 AC un importante centro urbano. Para muchos estudiosos, fue la primera ciudad en la humanidad. Su crecimiento urbano fue el producto de la conurbación de dos asentamientos que se fusionaron para crear la ciudad. En el año 2,800 AC Uruk era una "megaciudad” de la antigüedad, cubriendo un área de 550 acres (o aproximadamente 500 cuerdas) y unos 50,000 habitantes. Sus características más importantes lo eran las murallas y los zigurats (templos y centros de adoración montados sobre plataformas o torres altas). Originalmente el poder político estuvo en manos de los sacerdotes o especialistas religiosos.
Otra de las primeras ciudades lo fue Ur (posiblemente heredamos de los sumerios el fonema “ur" para designar lo que tiene que ver con la ciudad), que en la Biblia aparece como Ur de los caldeos.

Reconstrucción artística ae ur
Localizada en el “tell” (quiere decir montículo) al Muqayyar, entre Bagdag y el Eufrates, en Irac, es una de las primeras ciudades en la historia de la humanidad. Los primeros asentamientos se fundaron en el año 4,000 AC (la cultura ubaid) y para el año 3,000 AC ya era una próspera ciudad-estado de Sumeria. Fue regida por varias dinastías reales que construyeron gigantescos zigurats y templos, como el que vemos a continuación.


¿Qué hay del resto del mundo?
En el resto del mundo aparecen también las ciudades, como parte de la evolución regional de la agricultura y el desarrollo urbano: México (Mesoamerica. en general), Egipto, India y China son ejemplos de ello. Si está interesado en esta dimensión de lo urbano puede buscar información en el WWW sobre ciudades antiguas de México como Tenochtitlan y Teotihuacan, o de los mayas de Guatemala, como El Tikal. Cada civilización tiene sus características propias y sus procesos, pero en todas existe la misma estructuración y condiciones que permiten el paso de las primeras ciudades.

      Las ciudades antiguas
El modelo urbano aparece con la revolución neolítica. La posibilidad de cultivar plantas implica, no solamente una menor necesidad de un territorio y una mayor concentración de la población, sino la creación de unos excedentes agrícolas que permiten liberar a parte de la población para otras funciones: artesanía, comercio o Estado. Desde el comienzo serán estas otras funciones las más características de la vida urbana.
La ciudad neolítica se convierte en modelo de convivencia. En ella se encuentra la industria y el mercado, y gracias a estas actividades puede crecer, tanto en extensión como en población. Pero el tamaño de esta ciudad es limitado por culpa de la productividad agrícola e industrial, la capacidad del mercado y las posibilidades técnicas, que no permiten grandes aglomeraciones, aunque algunas ciudades de la antigüedad han sido muy grandes, acercándose al millón de habitantes, como Roma.
Las primeras civilizaciones urbanas aparecen hace unos 5000 años en siete regiones diferentes: la llanura del valle del río Hoang-ho (Huixia, Anyang, Gaocheng), el valle del Indo (Harapa, Mohenjo-Daro, Balatok), los valles del Tigris y el Éufrates (Nínive, Babilonia, Ur, Uruk, Asur), el valle del Nilo (Ilahun, Menfis, Giza, Tebas, Abidos), el valle del Níger (Goa, Tomboctú), las altas mesetas mesoamericanas (Tikal, Cocaxtlan, El Tajín, Tenochtitlan, Copán), y las alturas peruanas (Tiahuanaco, Pikimachay, Machu Picchu, Nazca). No se puede descartar una comunicación entre todas estas regiones, pero no parece que fueran lo suficientemente intensas como para determinar que una de ellas es el origen y las demás son focos de difusión, particularmente si consideramos las civilizaciones urbanas americanas. Es de destacar que en todas estas zonas hay un denominador común: las primeras ciudades se sitúan en una llanura aluvial y con buenas posibilidades para la agricultura, lo que demuestra la enorme dependencia del entorno inmediato de la ciudad antigua.

     La ciudad clásica
La ciudad clásica es muy diversa. Nos referimos a la ciudad griega y romana. Como todas las ciudades la forma y estructura de ellas depende de la concepción que sobre el ámbito urbano tienen la cultura que las crea. A pesar de todo, tienden hacia la regularidad geométrica, frecuentemente ortogonal, que ya aparece en Harapa y Mohenjo-Daro. Pero es en las ciudades griegas donde alcanza su máximo desarrollo, en la antigüedad clásica. En general las casas son de adobe, ladrillo, madera y caña.
No obstante hay otras tipologías. Las ciudades egipcias se organizan en torno a una avenida central, mientras que las mesopotámicas se fortifican y se construyen sobre elevaciones. Ilahun es la ciudad egipcia más antigua que conocemos. Su plano tiende a la regularidad geométrica, con bloques rectangulares y calles estrechas y rectas que se cortan perpendicularmente; la casa, hecha de adobe, madera y caña, se organiza en torno a un patio central; y la ciudad estaba amurallada. Las ciudades de Mesopotamia se organizan en torno a una castillo fortificado, que es el punto más elevado de la ciudad. Su función militar está siempre presente. El resto de la ciudad es ciertamente irregular, con casas de adobe y madera. A pesar de su irregularidad, no faltaba una gran avenida procesional que comunicaba la puerta principal con el palacio, lo que les da un aire monumental.
Las ciudades cretenses son precursoras de las griegas. No estaban fortificadas, ya que por su insularidad se sentían protegidas. En cambio las ciudades del Peloponeso sí tenían murallas. En estas urbes aparece una plaza central en la que tiene lugar la vida pública.
Salvo excepciones, la ciudad clásica se conforma como una ciudad estado, que organizaba el espacio circundante para su abastecimiento: agricultura, ganado, monte y puerto si lo hubiere. Las excepciones más notables son Egipto, Persia y Roma, las más representativas las ciudades griegas, cuyo modelo pasa a Roma, donde se transforma.

       La ciudad griega
          La ciudad estado griega, la polis, tiene un plano ortogonal, más regular cuanto más organizadas estuvieron. Tienen edificios y lugares públicos donde se reunía el pueblo, y donde se organizó la democracia y surgió la filosofía. Estos lugares son los templos, el ágora, el mercado que a veces estaba cubierto con soportales (la stoa). Fue necesario construir edificios de administración y de ocio, como los teatros y los estadios. El plano tópico es el que aplicó en Mileto Hipodamos, al que Aristóteles atribuye el habernos legado la doctrina de la distribución lógica de la ciudad. Este plano se basa en la disposición ortogonal de las calles y las manzanas.
        Todas las calles debían de tener la misma anchura, y la distribución de oficios debería hacerse con criterios lógicos. Los griegos construyeron colonias en diferentes partes del Mediterráneo, y para la construcción de nueva planta de una ciudad este tipo de plano es muy útil. Ciudades como Mileto, Atenas, Esparta, Antioquía, etc., tienen esta tipología, modificada sólo por la topografía. Siempre que se puede, el plano está orientado en dirección norte-sur, con lo que todas las viviendas tenían una fachada con vistas al sur.
      La casa griega se organiza en torno a un patio central. Solían ser de adobe, y no especialmente de buena calidad: en Grecia se daba más importancia a la vida pública que a la privada.
       Durante la época helenística este tipo de ciudad se extiende por todo el mundo ya que se crean muchas urbes nuevas, varias con el nombre de Alejandría; pero, en parte, los lugares tradicionales, como el ágora, han perdido su función.
        Las ciudades-estado de Grecia, o polis, se desarrollaron como ciudades centrípetas. Nacieron a partir de la acropolis, lugar que servía de refugio en caso de peligro. Poco a poco, la actividad comercial fue creando una plaza de mercado vecina a la acrópolis, llamada agora, en torno a la cual fueron surgiendo progresivamente edificios que albergaban otras actividades, como templos, teatros, gimnasios, estadios y edificios de gobierno. Al aumentar la población, las ciudades crecieron, añadiendo calles angostas de trazado irregular que luego fueron rodeadas de muros con fines defensivos.
         Además de las ciudades de origen centrípeto, los griegos fun¬daron un gran número de ciudades por todo el Mediterráneo, las cuales adoptaron un trazado en forma de damero.

       La ciudad romana
          Las ciudades romanas poseían una intensa vida urbana con espacios recreativos instalados: circos, teatros y baños. Tenían además servicios de agua y alcantarillado. Roma, la capital del Imperio, se desarrolló en forma centrípeta y el trazado de sus calles era irregular. En sus orígenes, los habitantes de Roma ocuparon el valle pantanoso, situado entre las siete colinas. Para enterrar a sus muertos y, más tarde, como centro de mercado. Luego, el valle pantanoso se convirtió en el foro romano, que servía de centro de gobierno y de culto. Allí se emplazaron los edificios gubernamentales. Roma fue la primera metrópoli de la historia y debió enfrentar problemas que posteriormente se han hecho típicos en las ciudades modernas, como la congestión, la extracción de basuras y la contaminación de la; aguas, problemas que los ingenieros romanos lograron resolver brillantemente.
         En los territorios conquistados, el Imperio Romano fundó un gran número de ciudades militares de trazado centrífugo, denominadas castres, en las que se adoptó un trazado de calle; en forma de damero. Sus emplazamientos fueron cuidadosamente elegidos para garantizar su defensa y el abastecimiento de agua, encontrándose interconectadas por una magnífica red caminera que las unía con la capital del Imperio.
        La ciudad romana es heredera directa de la griega, pero tuvo un desarrollo gradual e ininterrumpido durante todo el Imperio. Tienen, como las griegas, un plano ortogonal, lugares públicos donde se reúne el pueblo para tomar las decisiones políticas y en donde divertirse, templos y palacios; pero son claramente diferentes. Si el plano es cuadrangular no todas las calles son iguales, hay dos calles principales mucho más anchas y que cruzan la ciudad de parte a parte: el cardo con dirección norte-sur, y el decumanus, con dirección este-oeste. El resto de las calles son más estrechas y se inscriben dentro de una de las manzanas en que se divide el rectángulo. Claro que esta es la disposición de las ciudades nuevas, frecuentemente de origen militar; sin embargo, las ciudades más antiguas, las creadas sobre poblados indígenas o las que surgen a partir de una casa rural tienen un núcleo central más irregular. Además, Roma, que alcanza casi el millón de habitantes, tiene un plano más complejo. Córdoba, Mérida, León, Zaragoza, son algunas ciudades romanas de la península ibérica, Roma, Constantinopla, Verona, Lutecia, Narbo, Timgad, Tingis, en otras partes, aunque hay muchas más.
          A demás de la herencia griega, la ciudad romana desarrolla su propia morfología. Los romanos tratarán de hacer del entorno urbano un lugar digno para vivir, por lo que son necesarios: el alcantarillado, la traída de aguas (acueductos), las fuentes, los puentes, las termas, los baños, el pavimento, el servicio de incendios y de policía, los mercados y todo aquello que es necesario para que viva la gente lejos del campo y con todos los refinamientos posibles para mejorar la salud pública. Había edificios públicos para el gobierno, el culto y la diversión: los palacios, templos, foros, basílicas, teatros, anfiteatros, circos, mercados, baños, etc.; todos ellos construidos de nueva planta. Además, había motivos de adorno y conmemoración como las columnas y los arcos de triunfo. De lo que en principio carecieron estas ciudades fue de muralla, ya que el poderío del Imperio no ponía en peligro a los núcleos urbanos; aunque cuando comenzaron las invasiones germánicas en el siglo III las ciudades se amurallaron, se colmataron y la calidad de la vida urbana descendió. Esto fue un golpe mortal para una civilización urbana como la romana. Las ciudades se convirtieron en lugares congestionados y poco saludables, y que en épocas de peligro no podían proporcionar a sus habitantes los productos básicos; así que los señores hacendados comenzaron a construir casas en el campo, las villas romanas, que se procuraban todo lo que necesitaban y se defendían a sí mismas. Es el comienzo de la Edad Media: la sociedad se ruraliza y la economía se feudaliza.
La casa romana es más cómoda que la griega. También se organiza en torno a un patio, con pozo o piscina para procurarse agua, y de ahí salen diferentes estancias con diferentes funciones, desde dormitorio, hasta recibidor, cocina, caballerizas, habitaciones para esclavos, etc.; dependiendo de la renta de la familia. En Roma se llegaron ha construir edificios de viviendas de varias plantas, lo que significa que no todos los romanos tenían una casa típica, sino sólo los romanos con buenas rentas.

      La ciudad medieval
Tras la caída del Imperio romano y las invasiones bárbaras, aparecen en occidente dos culturas importantes con concepciones totalmente diferentes de ciudad: el mundo islámico y el mundo cristiano, con la religión en el centro de la civilización.
      El burgo medieval
          Con el surgimiento del feudalismo, Europa tendió a la vida rural (siglo IX), pero a consecuencia de las cruzadas, se intensificó el comercio, con lo cual se reactivó el desarrollo de las ciudades que tomaron el nombre de burgos. Los Burgos estaban amurallados y su trazado, sinuoso e irregular, les daba un pintoresco aspecto, con una sucesión de pequeñas calles y plazas que surgieron espontáneamente. Las calles angostas y oscurecidas por los numerosos balcones de los pisos superiores, resultaban mal entiladas, sucias y malolientes, ya que el sistema de alcantarillado corría por canaletas abiertas. Entre esas calles oscuras se abría la gran plaza, que servía para la localizaron del mercado y la celebración de fiestas populares.
       La mayor parte de los burgos se emplazaron sobre las antiguas ciudades romanas, aprovechando la óptima localización que habían tenido y su vinculación a la red de caminos, que continuaba siendo utilizada. A pesar de su trazado irregular, algunos burgos mantuvieron en su interior una zona cuyas calles tienen un trazado rectangular, como la ciudad de Florencia

     La ciudad barroca        
   Durante los siglos XVII y XVIII la aristocracia feudal se trasladó a vivir a la corte de los reyes, lo que trajo consigo la construcción de nuevos palacios y parques. Los reyes absolutos y los papas hicieron construir numerosas plazas y grandes avenidas arboladas. Este boulevard terminaba en los grandes palacios reales. La principal función de estas avenidas era facilitar el control militar de la ciudad y resaltar el poder del rey. En esta época, a causa del desarrollo de las técnicas de guerra, se eliminaron las murallas de las ciudades, transformándoles en grandes anillos de parques.

           LA CIUDAD ISLÁMICA
            La ciudad islámica responde a un tipo de sociedad introvertida y fuertemente jerarquizada en la que las relaciones comunitarias son mínimas. La vida se desarrolla dentro de la vivienda, muy espaciosa y lujosa, sin apenas vanos exteriores. El aspecto de la ciudad islámica es muy pobre ya que tiende a carecer de adornos. Damasco, Bagdad, El Cairo, Fez, Marraquech, Córdoba, Toledo, son ciudades islámicas bien porque se crearon de nueva planta bien porque se transformaron tan intensamente que no es posible descubrir en su plano la morfología anterior.
            El callejero es irregular y estrecho en el que con frecuencia hay calles que no tienen salida y adarves. Son auténticos laberintos. Muchas de estas calles forman barrios con puertas que se cierran por la noche y los días de fiesta, aislándolos del resto de la ciudad. No hay en la ciudad islámica plazas, edificios públicos y de diversión, como teatros y circos. Los únicos lugares comunes son los baños, el zoco y la mezquita.
  En todas las ciudades hay una segregación funcional del espacio muy acusada. Existen barrios de carpinteros, teñidores, orfebres, zapateros, etc., y el lugar del mercado, el zoco, que se situaba en un barrio con las mismas características que los demás; calles estrechas y tortuosas, incluso cubiertas. Aunque es cierto que, modernamente, se han construido zocos en recintos cerrados y plazas cercadas. En la ciudad medieval islámica existen tiendas fijas y mercados permanentes, cosa que no encontramos en las cristianas; no en vano su población supera en mucho a estas. Algunas de ellas cuentan con más de 100.000 habitantes, y otras los 500.000, como Córdoba, Bagdad, Damasco, Toledo, Granada, Fez o Marraquech. Se trata de una cultura urbana muy desarrollada, y con una morfología uniforme que se extiende desde la península ibérica hasta la India.
  La ciudad medieval islámica está amurallada y por lo tanto tiene puertas en las que se pagan impuestos de paso por las mercancías. La muralla encierra la medina: la ciudad. Tras las murallas surgen barrios de arrabales, frecuentemente especializados, donde se sitúan los oficios no deseados dentro de la ciudad, como los curtidores.
  También existen ciudades fortaleza llamadas kasba, que son en realidad un castillo con dependencias familiares en el interior, en el que no hay calles.
La casa islámica es el lugar donde se desarrolla la vida, tiene un patio ajardinado interior y dos tipos de estancias: las privadas o harén, y el salámlik en donde se reciben las visitas.

      La ciudad cristiana
  La ciudad medieval cristiana responde a otro modelo de relación social, heredado de Roma y Grecia.    
  Tienden a la regularidad geométrica y adaptarse a la topografía, si bien la poca exactitud con que se construyeron les da cierta disconformidad. No faltan ejemplos de irregularidad fruto de su origen multipolar y de la evolución histórica. Ciudades como Salamanca, Segovia o Soria nacen tras el amurallamiento de varios núcleos rurales próximos, los cuales irán creciendo hasta llegar a ser uno solo.
La intención de las ciudades medievales no es ser irregulares, por lo que encontramos en ellas varios tipos de planos básicos: circulares, lineales, bastidas (ortogonales), etc., generalmente adaptados a la topografía y en trono a un castillo. La servidumbre de los caminos interiores, y la diferente estructura y organización inicial de cada núcleo, conforman, con el paso del tiempo y la colmatación urbana, una ciudad irregular.
  El caserío es pobre, tiene vanos abiertos al exterior y la calle es un lugar de convivencia, por lo que se tiende a que existan lugares públicos: pequeñas plazas, iglesias y plazas forticadas.
  En la sociedad medieval existe una profunda división entre dos tipos de vida, la rural y la urbana. La vida urbana se caracteriza por tener una serie de privilegios derivados de un sistema jurídico especial: el fuero. El fuero concedía a los villanos el privilegio de ciertos oficios, exenciones y obligaciones fiscales, y la celebración de ferias y mercados.
  Las ciudades cristianas no eran demasiado grandes, unos 15.000 habitantes, y no tenían una desvinculación muy grande del campo, muchos de sus pobladores se dedicaban a tareas agrícolas.
En la Baja Edad Media se amurallarán la mayoría de las ciudades, sobre todo a partir de 1270 cuando las partidas de Alfonso X el Sabio especifican que ciudad es toda población amurallada. Todas las ciudades tenían que estar fortificadas, y las que no lo estaban se cercaron por motivos fiscales, para mantener su fuero y para controlar la percepción de los impuestos de paso: portazgos, pontazgos y derechos de almacenaje.
  Con las murallas aparecen también los arrabales extramuros al borde de ellas, y en principio un poco alejadas, para no dificultar su defensa. Sin embargo, no es la función militar la razón más importante para construir murallas; en España la Reconquista ya estaba en el valle de Guadalquivir, y en el resto de Europa no había grandes peligros de invasión.
  Como en las ciudades musulmanas, la segregación funcional del espacio es muy acusada. Los diferentes oficios se localizan en determinadas calles y barrios; en ellas los gremios controlan la producción, la calidad, la venta y el acceso a la profesión. Algunos de los gremios estarán privilegiados.
  Las ciudades cristianas tenían una participación activa en su gobierno, por medio de los ayuntamientos y la catedral, que eran los ejes de la política ciudadana. Algunas de ellas tenían acceso a las Cortes, que se reunían fundamentalmente para prestar homenaje al rey y para conceder impuestos extraordinarios. La burguesía medieval, urbana y feudal, controlaba el gobierno de las ciudades.
  Uno de los lugares fundamentales de la ciudad es el mercado, que se situaba en alguno de los espacios abiertos: una plaza asoportalada, una puerta de entrada, o el cementerio, si no había plazas dedicadas a tal fin. En la ciudad cristiana no había mercado permanente, ni tiendas, aunque se podía ir a comprar los artículos de consumo a los productores, en sus barrios.
  Las servidumbres colectivas en la Edad Media son muchas, lo que se refleja en el aspecto y funcionamiento de la ciudad.
   La escasez y decadencia de los centros urbanos tras el siglo III provoca que los reyes medievales tengan que volver a ocupar ciudades tradicionales (León en el 856 que había sido abandonada) o que se funden ciudades de nueva planta. La fundación de ciudades, y bastidas, consiste, fundamentalmente, en la concesión de un fuero que presente una ventaja sobre el medio rural y que favorezca la población de la urbe. Pero no faltan ejemplos de ciudades espontáneas, que se crean en los cruces de caminos de los grandes ejes económicos como el camino de Santiago, los ríos navegables, en la desembocadura o en el límite de la navegación, como en el Sena o en el Rin.
La ciudad medieval es un espacio privilegiado en un entorno feudal con fuertes servidumbre personales.

    Renacimiento: desarrollo de la ciudad ideal
     Uno de los grandes aportes del Renacimiento fue la invención de la perspectiva, por medio de la cual se hizo posible manipular la percepción que un observador tiene del espacio. Por ejemplo, determinada posición de los edificios permitía que una plaza pudiera verse más larga o más corta de lo que realmente era. Durante el Renacimiento surgieron las utopías urbanas, proyectándose y escribiéndose numerosos tratados sobre cómo debían ser las ciudades. En su mayoría, se estructuraban a partir de un centro y calles que surgían desde él.

      La ciudad moderna
   Durante el Edad Moderna se crean los estados nacionales y la monarquía absoluta. Esto implica la extensión del régimen jurídico a todo el territorio, si bien no ha todas las clases sociales. Por esta época nace el capitalismo mercantil, que tendrá en el descubrimiento de América y en la deriva del cabo de Buena    
  Esperanza sus hitos más significativos, ya que dará a los mercaderes la posibilidad de comerciar con otros ámbitos geográficos. Todo esto supone una nueva concepción de la ciudad como un lugar donde relacionarse y un punto organizador del espacio regional. La ciudad es el centro del mercado sobre la que confluyen las mercancías, pero pierden poder político y las influencias que tuvieron en la Edad Media.
      El espíritu racionalista de la Edad Moderna tiende a regularizar las calles y a ensancharlas. En España se crean las plazas mayores: grandes espacios en el centro de las ciudades, abiertos con ocasión de algún incendio o cualquier catástrofe, o alguna operación que permitiese al ayuntamiento comprar el suelo barato, como el incendio de Valladolid de 1561. Estas plazas están asoportaladas y acogen a los edificios municipales más representativos de la ciudad. Además, sirven como mercado, lugar de fiestas y ejecuciones públicas, o simplemente como centro de relación social. Suelen tener soportales y la entrada, normalmente, se encuentra en una de las esquinas.
       En el Renacimiento, durante la Edad Moderna, con frecuencia se hacen diseños de ciudades ideales basadas en las ideas de Vitrubio y en el nuevo arte de la guerra, que incluye la artillería. Tienen plantas geométricas, ortogonal o radial, y un nuevo tipo de murallas, estrelladas, que responden a la necesidad de defenderse contra la artillería desde todos los puntos. Sin embargo, este nuevo tipo de ciudad apenas se construye en Europa. Sólo Palmanova, en Italia, es una ciudad construida de nueva planta con estos supuestos. Lo que sí se levantarán serán nuevas murallas en las ciudades de frontera, y en este tipo de fortificaciones no se permitirán los barrios arrabales, a diferencia de lo que ocurre en las ciudades medievales.
      Algo más tarde, en América y África, y en la costa, sí se crearán ciudades nuevas, sobre todo en los dominios españoles y portugueses. Estas urbes tienen un plano ortogonal, con calles anchas que siguen un plan. Sólo estaban amuralladas las ciudades costeras que eran puertos importantes. Incluso algunas ciudades costeras se amurallaron muy tardíamente. Las urbes americanas tienen una plaza mayor como las españolas, pero esta plaza está planeada desde el principio y generalmente se crean por la supresión de una o varias de las manzanas del damero. No suelen tener soportales y la entrada no suele hacerse por una de sus esquinas sino por el centro de sus laterales. Estas plazas tienen las mismas funciones que las de la península, pero, además, son plazas de armas, debido al carácter fuertemente militar de la sociedad indiana.
A pesar de que la muralla moderna tiene una clara función defensiva no se pierde la función fiscal. En 1625 Madrid se rodea de una cerca fiscal que delimita su territorio y dentro de la cual los impuestos son diferentes, a los de fuera. También se mantienen los impuestos de paso y almacenaje.
      Durante toda la Edad Moderna el caserío será bajo y pobre, con amplias huertas interiores donde se suelen depositar las heces. Los longueros son más estrechos que nunca, y las órdenes religiosas, que se han vuelto urbanas, tienen amortizado gran parte del suelo. Los gremios son poderosos y ejercen un severo control funcional y espacial sobre la producción, la calidad, la venta y el acceso a la profesión. La ciudad moderna del siglo XVI continúa siendo, en gran medida, medieval.
      Pero durante el Barroco la ciudad tiende a cambiar radicalmente. Se acometen operaciones de cirugía urbana: ensanchamiento de calles, creación de perspectivas, salones, arboledas, paseos, etc. La ciudad refleja la grandeza del Estado y la monarquía, y se señalan diversos edificios emblemáticos creando espacios y puntos de vista que los destaquen. La ciudad comienza a tener una fachada, pero también tendrá espacios singulares y recogidos, que crean luces y sombras, muy del gusto barroco. El modelo universal de este tipo de ciudad es Versalles, que en España se imitará en ciudades como Aranjuez, y se hacen ciudades nuevas, en Sierra Morena, con un plano ortogonal, como La Carolina.

    La ciudad contemporánea
      Durante el siglo XIX cambia radicalmente la sociedad, la economía y, por lo tanto, el concepto de ciudad.
Aparece el capitalismo industrial y la creación de una nueva sociedad, la de clases, con la burguesía dominadora del poder político; desde la Revolución francesa y las revoluciones burguesas del 38, 48 y 68, y con el proletariado cada vez más explotado y con unas condiciones de vida miserables. La burguesía es la ostentadora del poder económico, y pronto lo será del político. Su concepto de propiedad es diferente al que había en la Edad Moderna: es la propiedad absoluta, libre de servidumbres y que se pueda comprar y vender. Uno de los hechos más trascendentales para la construcción de la nueva ciudad es la desamortización, que pone en el mercado mucho suelo urbano y posibilita la especulación por parte de la burguesía, cosa totalmente aceptada en la época.
     Durante el siglo XIX la ciudad cambia radicalmente, se hace industrial y burguesa; y crece hasta dimensiones insospechadas, gracias al transporte. La ciudad contemporánea gravita sobre dos ideas básicas: la concentración del mercado en torno a la creación de un centro urbano y la reunión de la fuerza de trabajo y los consumidores.
     El prototipo de ciudad es París, y la reforma de Haussmann el modelo de actuación en todo el mundo. Haussmann propone una ciudad ordenada, en la que estén presentes los supuestos higienistas de los ilustrados: alcantarillas, iluminación, calles anchas y arboladas, etc. Pero, además, esta ciudad está construida con criterios policiales, ya que se propone un plano; bien sea este radial, ortogonal, o cualquier otro; que permite la represión de las manifestaciones revolucionarias. Sin embargo, lo importante del modelo de Haussmann no es esto, sino el hecho de que somete a la ciudad antigua a toda una operación de cirugía urbana, tirando lo viejo para construir lo nuevo, y todo ello financiado por los poderes públicos: Haussmann es un ministro de Napoleón III.
    El primer hecho significativo es la reforma interior. Consiste en un plan de rectificación y ensanchamiento de calles en el que el municipio pone gran parte del capital. Es un negocio especulativo, en el que se crea la «gran vía». Este espacio se convierte en una zona comercial y se reserva a la burguesía. Es la creación del centro urbano. El centro urbano es la zona principal donde se hacen los negocios, y en torno a la cual se disponen las demás funciones de la ciudad, desde la administración a la residencia. El centro urbano genera una segregación social en el espacio en virtud de los diferentes precios del suelo que se crean con la actividad comercial y terciaria.
     En el centro es donde se concentran los edificios más altos que están dedicados a oficinas. A él se llega desde cualquier parte de la ciudad. El precio del suelo es muy caro. En las ciudades españolas se encuentra en el ensanche.
     La reforma interior engarza con el ensanche: un plan de expansión de la ciudad reservado a la burguesía y a la función servicios, que como prolongación de la reforma interior y la gran vía, se dirige, en la mayoría de los casos, a la estación del ferrocarril; verdadero motor de la industrialización y del desarrollo económico. Esta expansión supone la desamortización de los solares intramuros y el derribo de las murallas, al menos en el área de crecimiento. La tendencia es a la colmatación de la ciudad y a la progresiva desaparición de los espacios verdes, salvo algunos que fueron retenidos por motivos especulativos, o programados en el Plan de Ensanche y Reforma Interior. En todas las ciudades de España se hace ensanche: el de Madrid fue diseñado por Carlos María de Castro, el de Barcelona por Ildefonso Cerdá, pero también en León, Málaga, Mataró, etc. Además, algunas ciudades que no tuvieron Plan de Ensanche, el crecimiento de la ciudad en el eje de la estación hizo las veces de él, como en Oviedo o en Valladolid. Fuera del ensanche y la ciudad antigua quedaría el extrarradio.
    Alrededor del centro urbano y en torno al ferrocarril aparece la industria urbana, que caracteriza a la ciudad del siglo XIX. Pero las necesidades de espacio y los problemas de la contaminación terminan por expulsar esta actividad de las urbes, en favor de la función residencial y terciaria. La industria se instala en el extrarradio, cada vez más lejano del centro, a medida que crece la ciudad.
    Los altos precios de las parcelas tras los planes de reforma interior y ensanche suponen que el proletariado no puede acceder a estas viviendas, por lo que aparecen dos tipos de vivienda marginal: las barriadas del extrarradio, parcelaciones ilegales, sin un proyecto conjunto y que dan al plano un aspecto irregular, a pesar de su regularidad interna; y los corrales o casas de vecinos, en los cascos antiguos de las ciudades y en el ensanche. Estos corrales se suelen encontrar en el interior de las manzanas o en los edificios abandonados por la burguesía, que progresivamente se van deteriorando. Las parcelaciones ilegales carecerán de infraestructura sanitaria, ya que el Ayuntamiento no las reconocerá. Los altos precios hacen caro el suelo incluso para la burguesía, por lo que los planes iniciales casi nunca se cumplen. Las parcelas se dividen, creándose calles nuevas, porque son muy caras para un solo promotor. Las casas que se construyen tienen más pisos de los previstos y menos espacio verde, todo para rentabilizar del suelo.
   Con el tiempo, la burguesía fue trasladándose al ensanche y el casco antiguo se fue degradando socialmente hasta que recientemente el interés por conservar los testimonios del pasado y su nueva función, como lugar de ocio y turismo, lo ha revitalizado, para lo que está siendo necesario expulsar de allí a las clases marginadas.
  La nueva economía capitalista industrial creará una ciudad que acoja el mercado concentrado, pero también al proletariado que trabaja en las fábricas, por eso, en todos los países del mundo, en algún momento, hay un éxodo rural, el abandono del campo y la emigración a la ciudad, donde está la industria. Esta concentración de la mano de obra no sólo pretende tener la fuerza de trabajo agrupada y cerca, sino también desvinculada del medio rural, al que podrían volver en caso de crisis. De esta manera la burguesía se asegura que la fuerza de trabajo depende de ella para sobrevivir, y de paso que tiene dedicación exclusiva, por lo que no hay escasez de mano de obra en las épocas agrícolamente activas.
  Con la explosión demográfica y la urbanización de la sociedad industrial, las ciudades crecen. El transporte urbano es el que posibilita el crecimiento de las ciudades en superficie, hasta límites insospechados poco antes, y sin grandes trastornos de tiempo. El tranvía es el símbolo de la ciudad decimonónica y el coche privado el de la ciudad de nuestro tiempo.
  Tras la generalización del coche privado, la ciudad ha de adaptar su infraestructura para su uso: se asfaltan las calles, se crean las aceras y se ponen las señales de tráfico, especialmente el semáforo. Todos ellos son elementos presentes en nuestras ciudades actuales. La ciudad tradicional no está preparada para este tráfico y presenta problemas de congestión. Los atascos son frecuentes por lo que en todas partes han sido necesarias las carreteras de circunvalación, la construcción de vías rápidas y la peatonalización de la ciudad más antigua.
  El crecimiento urbano ha supuesto la colmatación de la ciudad y la creación de barrios social y funcionalmente diferenciados. En ellas aparecen distritos especializados en determinadas funciones: negocios, residencia, ocio, turismo, etc.
  Durante los años 60 el crecimiento demográfico fue, en España, más rápido que la construcción de viviendas. Esto ha pasado en todos los países en algún momento. El precio de las viviendas aumentó y las clases más humildes no pudieron acceder a ellas. Aparecen así los barrios de chabolas y casas de auto construcción en las periferias de las ciudades. Son suburbios socialmente marginados sin infraestructura sanitaria; lo que les convierte en permanentes focos de infección, en los que la marginación es caldo de cultivo de la delincuencia. Este proceso continúa en las ciudades del Tercer Mundo.
    Pero la ciudad contemporánea es en la que se hacen reformas fundamentales: calles nuevas, anchas y arboladas, alcantarillas, alumbrado y diversas medidas higienistas. Además, se diseñan las urbes con criterios policiales y de organización política y administrativa.
      En el siglo XIX no se crean ciudades de nueva planta, pero sí se construye la nueva urbe con arreglo a un plan. Ese proyecto dibuja distintos planos, con distintos objetivos, dentro de cada ciudad. Hoy en día nos podemos encontrar, en todas las ciudades, distintos tipos de plano según la época en la que fueron reformadas: desde el irregular de la ciudad antigua, al plano radial, ortogonal o lineal. Sin embargo, esto no quiere decir que no hubiese propuestas de ciudades ideales. Todos los socialistas utópicos tienen un modelo urbano, muy similar, pequeñas comunidades de unos 1500 habitantes que se abastecían de todo lo necesario.
    Esta es la época en la que se adapta a los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril. En los años 20 surge un nuevo modelo de ciudad: se abren las calles para los coches y se jerarquiza la red viaria; se crean las infraestructuras que llevarán el agua y la electricidad a las casas, se recogen las basuras, etc., y aparece un nuevo tipo de edificio que condicionará el paisaje urbano; el rascacielos y los edificios de varios pisos.
    Los edificios de varios pisos permitirán el uso de los bajos para mercado y el resto del edificio para vivienda. La revolución industrial necesita un mercado concentrado, y la agrupación de la fuerza de trabajo de dedicación exclusiva, de ahí que la población se reúna en las ciudades y se desvincule del campo.
     La ciudad actual necesita de una gran infraestructura que debe situarse en las afueras, desde hospitales y cementerios a vertederos, rondas de circulación, depósitos de agua, transformadores eléctricos, etc. La ciudad debe dotarse también de pavimento asfaltado, modernamente de calles peatonales, alumbrado, estaciones de transporte y taxi, mobiliario urbano, recogida de basuras y toda una infraestructura sin la cual sería imposible su funcionamiento.
    Tras la segunda guerra mundial los poderes públicos de todo el mundo toman las riendas de la planificación eficaz de la ciudad, aunque en muchos casos se salten sus propias normas. La ciudad se fue equipando, e incorporó a su entorno las barriadas marginales y del extrarradio. Se construirán viviendas obreras dignas y también para las clases marginales, con el fin de erradicar el chabolismo. En la actualidad, se intentan conservar los edificios más antiguos de la ciudad, pero la renovación del caserío ha sido tan intensa que apenas quedan edificios anteriores al siglo XIX.
      El caserío de la ciudad actual es marcadamente diferente al de la tradicional. En su concepción han tenido una influencia decisiva los argumentos de la arquitectura racionalista. Pero no es el modelo de Le Corbusier el que triunfa (edificios de viviendas en altura rodeados de campo) sino su técnica de construcción. La arquitectura racionalista permite optimizar el precio del suelo, permitiendo construir varias viviendas en altura, y que los bajos de los edificios puedan ser utilizados para diversos negocios, tiendas, oficinas, etc. En estos edificios el ascensor es un elemento esencial. Será en Chicago donde se cree este modelo de ciudad, donde se pongan los primeros ascensores, donde los bajos se reserven para los negocios y donde se construyan los primeros grandes almacenes, otra de las señas de identidad de la ciudad actual. Este modelo es el que ha permitido el aumento de la densidad humana en las urbes, y el crecimiento en altura del paisaje urbano. Además, el equipamiento de la casa ha cambiado extraordinariamente, gracias al alto consumo de energía y el abaratamiento de los electrodomésticos: luz eléctrica, televisión, teléfono, frigorífico, lavadora, lavaplatos, microondas, ordenador, etc.
      Las ciudades actuales han crecido enormemente, hasta el punto de haber absorbido pueblos y ciudades vecinas. La aparición de las conurbaciones y las megalópolis es uno de los fenómenos urbanos más dinámicos de nuestro tiempo. Existen regiones en las que el continuo urbano entre ciudades es la tónica general, como Tokio-Yokohama, Liverpool-Manchester, Washington-Boston, la región del Ruhr, etc.
Desde hace algún tiempo en todas las ciudades se observan fenómenos de rururbanización, que en las ciudades más grandes alcanzan la isócrona de 30 minutos, he incluso más. Aparecen así viviendas unifamiliares en el entorno rural habitadas por gente que viven de la ciudad conviviendo con gente que vive en y del campo

  Propuestas de ciudades ideales
   La ciudad jardín,
   En la que Ebenezer Howard intenta sintetizar todas las propuestas de los socialistas utópicos. Esta es una ciudad sin un verdadero centro urbano, de casas pequeñas y unifamiliares, que integra abundantes zonas verdes, pensada para la clase obrera, para hacerles sentirse propietarios y que viviesen en un entorno saludable. Se construyeron muchas ciudades con estos planteamientos, pero el modelo estaba tan lejos de lo que era realmente la ciudad industrial que terminaron por convertirse en pequeños pueblos, o siendo absorbidas por las grandes ciudades.

   La ciudad lineal
    Que diseñaría Arturo Soria. Su proyecto está más en la línea de lo que es realmente una ciudad actual. Es modelo que se fundamenta en las líneas de comunicación, carreteras y ferrocarriles, y en los nudos, que pueden convertirse en centro urbano. Las viviendas se dispondrían en torno a estas vías, y todas ellas con las mismas facilidades de acceso. Detrás de ellas estaría la naturaleza. Además, este modelo debería constituir un auténtico continuo urbano entre las ciudades existentes. Con esta pauta se construyó un tramo en Madrid, pero no se extendió. El ejemplo más desarrollado de ciudad lineal es Volgogrado (Stalingrado). Pero el precio del suelo no se distribuye linealmente, lo que impide la construcción lineal de las ciudades.

    Partes de la ciudad contemporánea
       Los barrios residenciales
   Alrededor del centro urbano crecen los barrios residenciales de las ciudades, allí donde vive la gente. Ocupan la mayor parte del espacio urbano y están equipados con pequeñas tiendas y lugares de ocio. Encontramos parques y zonas verdes.
En las ciudades españolas las clases altas y medias altas viven en el entorno inmediato del centro urbano y en las partes más alejadas o las peor comunicadas la clase media y los obreros.
       La zona de equipamiento
  La ciudad actual necesita de una gran infraestructura que debe situarse en las afueras, desde hospitales y cementerios a vertederos, rondas de circulación, depósitos de agua, transformadores eléctricos, etc.
En la franja más externa se sitúan, también, los polígonos industriales, los almacenes, las fábricas, los centros deportivos, las grandes superficies comerciales y la vivienda marginal de chabolas.
Todos los productos que necesita una urbe los consigue a través de las vías de comunicación: carreteras, ferrocarril, aviación y puertos. Es necesario crear una densa red de comunicaciones entre las distintas ciudades, y con el medio rural y natural, para el buen funcionamiento de estas.
      La franja periurbana
  La franja periurbana es un espacio difuso entre la ciudad y el mundo rural. Encontramos tanto pueblos en los que viven familias que trabajan en la ciudad, como urbanizaciones y casas unifamiliares. Aquí viven las personas de renta más alta ya que necesitan el coche para desplazarse a la ciudad.
Una de las condiciones para el desarrollo de esta franja es la existencia de buenos accesos al centro urbano.
      La accesibilidad y los equipamientos
  La ciudad contemporánea debe su tamaño y sus características a los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril y el automóvil. En los años 20 surge un nuevo modelo de ciudad: se abren las calles para los coches y se jerarquiza la red viaria; se crean las infraestructuras que llevarán el agua y la electricidad a las casas, se recogen las basuras, etc., y aparece un nuevo tipo de edificio que condicionará el paisaje urbano: el rascacielos y los edificios de varios pisos.
  Con la explosión demográfica y la urbanización de la sociedad industrial, las ciudades crecen. El transporte urbano es el que posibilita el crecimiento de las ciudades en superficie, hasta límites insospechados poco antes, y sin grandes trastornos de tiempo. El tranvía es el símbolo de la ciudad decimonónica y el coche privado el de la ciudad de nuestro tiempo. Cuando el tranvía se entierra se convertirá en metro. En superficie la ciudad es recorrida por autobuses y taxis, y el coche privado. En el interior de los edificios hay un tipo de transporte vertical, los ascensores.
  Tras la generalización del coche privado, la ciudad ha de adaptar su infraestructura para su uso: se asfaltan las calles, se crean las aceras y se ponen las señales de tráfico, especialmente el semáforo. Todos ellos son elementos presentes en nuestras ciudades actuales. La ciudad tradicional no está preparada para este tráfico y presenta problemas de congestión. Los atascos son frecuentes por lo que en todas partes han sido necesarias las carreteras de circunvalación, la construcción de vías rápidas y la peatonalización de la ciudad más antigua.
   Los trenes tienen disponen
   La red de metro enlaza tanto con la del ferrocarril, como con las estaciones de autobuses y las paradas de taxis.
  El transporte público de viajeros entre ciudades se concentra en una estación de autobuses. La mayoría de las ciudades españolas tiene una estación de autobuses construida en la década de los 90. Se encuentra muy cerca de la estación de tren y suele tener una parada de taxis y otra de autobuses urbanos.
En todas las grandes ciudades encontramos paradas de taxis. Normalmente se encuentra en el centro urbano y en las confluencias de las calles y plazas más importantes. Las paradas de los autobuses urbanos también se suelen situar en las confluencias de las calles, pero se encuentran tanto en el centro como en las afueras de la ciudad. La mayoría de las líneas pasan por el centro de la ciudad, aunque suele haber una que conecta los barrios de la periferia sin pasar por el centro.
En las ciudades encontramos teléfonos públicos en la calle. La mayoría de ellos están situados en el centro de la ciudad, aunque los hay por toda ella. También los encontraremos en las plazas y las confluencias de las principales calles.

        La ciudad del Tercer Mundo
   En el Tercer Mundo las ciudades tienen sus propios problemas. Son el foco de la inmigración de un entorno pobre que busca nuevas oportunidades. Las urbes de Tercer Mundo están entre las más pobladas del planeta, como México, Seúl y São Paulo que tienen más de 15.000.000 de habitantes. Todas las ciudades del mundo, sobre todo del mundo capitalista, tienen el mismo aspecto, y están construidas con los mismos supuestos independientemente de la cultura tradicional. Pero en el Tercer Mundo la vivienda marginal es un mal endémico; los barrios de chabolas que aparecen de un día para otro, en los que faltan todo tipo de medidas higiénicas, construidas por los paracaidistas; los niños que viven en las alcantarillas o en las calles, forman parte del paisaje urbano tercermundista. En El Cairo hay quien vive en los cementerios, que al menos tienen agua y recogida de basuras.
   Otro problema de las ciudades del Tercer Mundo es su mala jerarquización. Existe una gran ciudad que concentra la mayor parte de la población urbana del país y los pequeños pueblos rurales, sin que apenas existan ciudades intermedias. En los últimos años en estos países se ha intentado impulsar la red de ciudades medias, pero sólo Marruecos y China han tenido cierto éxito. Por su parte las ciudades del Tercer Mundo son las que más rápidamente cambian, se crean grandes edificios en el centro urbano; algunos de los edificios más altos del mundo se encuentran aquí, como las Torres Petronas de Singapur o la Torre biónica que se ha proyectado en Shanghai. Incluso la ciudad nueva más importante del mundo es Brasilia, toda una ciudad de nueva planta. Brasilia, Ciudad Guayana (Venezuela) y algunas ciudades soviéticas de Siberia son las únicas urbes de nueva planta construidas en el siglo XX.

   África: territorio y sociedades
   Las ciudades
     Las ciudades de los países tercermundistas han seguido un proceso diferente al de los países desarrollados.
En África hay dos ámbitos diferentes: uno urbano, al norte y controlado por el mundo islámico, y otro al sur casi totalmente desurbanizado. Sin embargo, las ciudades islámicas, en buena medida, han continuado siendo medievales hasta el impacto de la colonización, por lo que se han transformado bajo el modelo europeo occidental.
Al igual que las ciudades europeas, las africanas crecieron en un primer momento gracias a la inmigración provocada por las expectativas de una vida mejor. Al contrario de aquellas, no eran centro de regiones industriales.
   Hoy en día las ciudades continúan creciendo, pero ya no gracias a los inmigrantes sino al crecimiento vegetativo. Gran parte de la población urbana vive en la miseria, pero con frecuencia sus hijos logran sobrevivir.
     Una de las características de las ciudades africanas es la macrocefalia. La red urbana de los países africanos está desestructurada. Existe una o dos grandes ciudades por país, algunas de ellas, como El Cairo, Lagos, Uad Medani, Jartum, Ibadan, Kinshasa, Nairobi, Rabat, Casa Blanca, Luanda, El Cabo o Johannesburgo , están entre las mayores del mundo. Sólo Marruecos y Sudáfrica tienen una red de ciudades medias, y aún así no se libran de la concentración en grandes ciudades. No obstante, todos los países hacen esfuerzos por tener ciudades medias.
El factor dinamizador de las ciudades es el sector servicios, debido a falta la de industria. Los habitantes de las urbes se ocupan en el comercio y en los servicios personales. En las ciudades turísticas las oportunidades son mayores.
   En todas las urbes el chabolismo es un mal endémico. Gran parte de la población vive de este modo
los barrios sin servicios, y donde la inseguridad social es la norma. La vivienda marginal está presente en todas las urbes; son los bidonville , construidos de la noche a la mañana al margen de la ley. A estos nuevos habitantes se les llamará paracaidistas. En Egipto es frecuente utilizar como vivienda marginal los panteones de los cementerios. En realidad este no es uno de los peores sitios, ya que los cementerios suelen tener agua y recogida de basuras.

      La ciudad europea
       La europea es una sociedad muy urbanizada, más del 80% de la población vive en núcleos urbanos, y en algunos países del centro de Europa superan el 90%. Este alto índice de urbanización se debe al intenso éxodo rural que hubo en todos los países en los años 30, 50 o 60 del siglo XX, según los casos.
La cultura urbana está muy arraigada en la mentalidad europea. Encontramos ciudades desde el tiempo de los griegos y romanos. La ciudad grecorromana fue el modelo de la ciudad actual. Durante la época medieval las urbes decayeron, aunque se mantuvo en las ciudades islámicas de la península ibérica. Las ciudades cristianas medievales se crearon en torno a un mercado y a los privilegios que le concedía el fuero.       Pero el modelo urbano volvió a resurgir con la Edad Moderna. Las poblaciones se remodelan durante el Renacimiento y se hacen proyectos de ciudades nuevas, aunque no se construyen nuevos núcleos hasta el Barroco, época en la que también se embellecen con arreglo a los nuevos cánones: grandes vistas y rincones singulares.
       Pero la actual es la ciudad contemporánea, en la que se hacen reformas fundamentales: calles nuevas, anchas y arboladas (la gran vía), alcantarillas, alumbrado y diversas medidas higienistas. Además, se diseñan las ciudades con criterios policiales y de organización política y administrativa.
También es la época en la que se adapta a los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril. En los años 20 surge un nuevo modelo de ciudad: se abren las calles para los coches, se jerarquiza la red viaria; se crean las infraestructuras que llevarán el agua y la electricidad a las casas, se recogen las basuras, etc., y aparece un nuevo tipo de edificio que condicionará el paisaje urbano; el rascacielos y los edificios de varios pisos.
Los edificios de varios pisos permitirán el uso de los bajos para mercado y el resto del edificio para vivienda La revolución industrial necesita un mercado centralizado, y la concentración de la fuerza de trabajo, con dedicación exclusiva, de ahí que la población se reúna en las ciudades y se desvincule del campo.
       Todo esto nos lleva a la creación del centro urbano, dedicado a los negocios; y a la segregación social por barrios, en función del nivel de rentas. Las ciudades se especializan y aparecen barrios con funciones determinadas: negocios, residencia, ocio, turismo, etc.
Además, la ciudad actual necesita de una gran infraestructura que debe situarse en las afueras, desde hospitales y cementerios a vertederos, rondas de circulación, depósitos de agua, transformadores eléctricos, etc. La ciudad debe dotarse, también, de pavimento asfaltado, modernamente calles peatonales, alumbrado, estaciones de transporte y taxi, mobiliario urbano, recogida de basuras y toda una infraestructura sin la cual sería imposible su funcionamiento.
       Todo este entramado pide un planeamiento de las acciones, ya que la inversión en dinero es muy grande. Desde comienzos de siglo es están ejecutando estos planes, primero el de gran vía, luego el ensanche, dirigidos a crear el centro urbano, y tras él los distintos barrios. A todo este fenómeno no es ajena la especulación, por lo que los planes se han tenido que modificar con frecuencia dando al plano un aspecto irregular donde debe ser regular. Son de destacar las parcelaciones ilegales de los barrios del extrarradio para albergar obreros. Cada una de estas parcelas tiene un plano regular, pero no con la misma orientación que la vecina, lo que da un aspecto muy irregular al plano urbano. Otro fenómeno de albergue obrero es el patio de vecinos en el centro de las ciudades y en el casco antiguo. Con el tiempo la burguesía fue trasladándose al ensanche, y el casco antiguo se fue degradando socialmente, hasta que, recientemente, el interés por conservar el pasado y la nueva función del casco antiguo, como lugar de ocio y turismo, lo ha revitalizado, para lo que está siendo necesario expulsar de allí a las clases marginadas.
      Recientemente, en todas las ciudades se observan fenómenos de rururbanización, que en las ciudades más grandes alcanzan la isócrona de los 30 minutos, he incluso más. Aparecen, así, viviendas unifamiliares en el entorno rural, habitadas por gente que viven de la ciudad, conviviendo con gente que vive en y del campo.
       La parte histórica de las ciudades españolas se divide en dos: el casco antiguo y el casco histórico. La ciudad histórica es la que concentra todos los edificios con valor artístico y que merece la pena conservar. El casco antiguo es el que abarca las calles y los edificios anteriores a la revolución industrial. Conserva los restos de su origen y su historia a través de la Edad Media y Moderna. El casco histórico, además del antiguo, incluye el ensanche y las barriadas de extrarradio contemporáneas a él.
       Esta es una división administrativa, ya que las calles que forman el casco antiguo tienen un grado de protección mayor. En la actualidad se están haciendo peatonales estas calles, las reformas de edificios debe conservar la fachada y los comercios de la zona deben tener un aspecto similar y no muy llamativo. En el resto del casco histórico se permite una mayor intervención urbana, pero hay ciertos edificios con altos valores artísticos que están protegidos, para conservar el carácter de los primeros tiempos de la ciudad industrial. Japón.

    El asentamiento humano en Asia
     JAPÓN
      La ocupación humana de Japón es relativamente tardía. Apenas hay yacimientos paleolíticos. Los primeros restos de importancia que encontramos son ya neolíticos. Se considera como japoneses oriundos a la cultura yayoi, de origen mongoloide, que introdujeron la agricultura del arroz y los metales.
Pero el sistema tradicional de cultivos se organiza hacia el siglo VIII: el sistema jori. En esta práctica se establece, por ley, la restitución periódica de las tierras entre los campesinos, cada seis años. Se asignan las parcelas, que son rectangulares y todas de igual tamaño, independientemente de su productividad. Cada parcela está delimitada por caminos o canales de riego. Se trata de un openfield generalizado. Esto da un paisaje rural organizado en campos de arrozales regulares, en las tierras llanas; en contraposición con las tierras de secano que se sitúan a continuación. Tras ellas encontramos las pendientes cubiertas de bosques.   Es en la tierra de secano, que periódicamente se queda en barbecho, donde pasta el ganado. Aunque, no es muy intensa la integración de la ganadería y la agricultura. Sin embargo, el sistema jori no estuvo implantado en todo el territorio, sino sólo en las llanuras centrales. Las parcelas no son muy grandes, entre 5 y 10 áreas. Las más grandes son las granjas, seguidas de las parcelas de secano, y las más pequeñas son los arrozales intensivos.
        Los campos están abiertos, sin embargo, las casas suelen estar rodeadas de árboles para defenderlas del viento. En el sur encontramos, en su lugar, muros de sometimiento en las pendientes, de piedra seca.
Las tierras de cultivo suelen dar dos cosechas, una en verano y otra en invierno, de arroz y soja por ejemplo. El poco espacio llano disponible ha obligado a practicar una agricultura intensiva.
       En general, el hábitat rural es agrupado, aunque también se da el disperso. El sistema jori facilita el hábitat agrupado, aunque no en exclusiva. Domina en las tierras llanas del viejo Japón y en las zonas de ocupación reciente. De todas formas, el hábitat rural agrupado no suele ser denso y encontramos pequeños pueblos cada pocos kilómetros. Lo más común es que el plano del pueblo sea irregular, aunque los más modernos presentan un plano regular.
      Las casas tienen varias dependencias y está rodeadas de una hilera de árboles más o menos continua. Con frecuencia, los pueblos se suceden unos a otros sin que haya un núcleo central claro. Las parcelas se disponen perpendicularmente a lo largo de los caminos, prolongando hacia el interior el frente de la casa.
Es de destacar que, también, hay pueblos más comerciales de casas apretadas y estilo urbano. El campo japonés está muy urbanizado.
      Las ciudades japonesas tienen su origen en la Edad Media, pero se desarrollan en la época meijí. A principios del período meijí sólo cinco ciudades tenían más de 100.000 habitantes: Kioto, Edo (Tokio), Nagoya, Osaka y Kanazaua. Estas son las grandes metrópolis actuales, centro de algunas de las conurbaciones más grandes del mundo. Tokio es la ciudad más grande del mundo con sus 24.000.000 de personas.
        La red urbana en  Japón
            La red urbana tiene dos grandes megalópolis, formadas por dos grandes conurbaciones: Osaka, Kobe y Kioto, que forman la conurbación de Kinki (15.000.000 de habitantes); y Tokio y Yokohama que forman la conurbación de Kanto (33.000.000 de habitantes), donde encontramos, prácticamente, un continuo urbano. Estas conurbaciones tienen grandes puertos que les sirven.
Nagoya es un centro regional completo con uno de los puertos más importantes del mundo aunque no llega al tamaño de las grandes conurbaciones: 4.000.000 de habitantes.
Tras estos grandes centros se encuentran las ciudades satélites e industriales con alrededor de un millón de habitantes, como Hiroshima, Sendai, Kauasaki, Amagasaki, Kitakyushu, etc. Algunas de estas ciudades son centro de su región. Las ciudades de Fukuoka y Saporo están especializadas en el terciario superior, y son centros bancarios y de bolsa de primer orden mundial.
      La tercera clase de ciudades está formada por las capitales de ken (provincias), con 200.000 habitantes e influencia sólo en su ken. Todavía hay un cuarto escalón formado por las ciudades especializadas, mineras o textiles, y los pequeños centros comerciales locales, muy numerosos. En muchos de estos centros la actividad agrícola es destacada. Tras ellos está el mundo rural.
Las ciudades están situadas en las llanuras aluviales y en las antiguas plataformas de abrasión junto a las costas. La ciudad tradicional presenta un plano ortogonal. Muchas de ellas tienen puerto, aunque no todas tienen un puerto industrial y remozado. Las grandes megalópolis son ciudades modernas con grandes edificios, pero la ciudad tradicional es de casas bajas en las que sobresalen algunos templos. Se trata de una aglomeración de casas unifamiliares de madera. Una curiosidad es que la ciudad medieval es más regular que el ensanche de la era meijí, ya que este se hizo respetando los antiguos caminos rurales. Las aceras son escasas: los peatones se refugian tras los postes y señales. La ciudad tradicional japonesa no tiene mucho colorido, si exceptuamos algunos carteles luminosos. Claro que la vida moderna ha modificado profundamente este modelo general y hoy en día apenas se distinguen de las europeas, más que en sus barrios más antiguos. Además, los terremotos y los cataclismos destruyen con cierta frecuencia las ciudades, y las reconstrucciones se hacen con criterios más occidentales, aunque no han perdido su carácter. Los rascacielos no son frecuentes ya que en general han estado prohibidos debido al peligro que suponen durante los terremotos. Sólo algunos centros comerciales de las grandes ciudades y las antenas de televisión son edificios altos.
        La casa tradicional es uno de los elementos más exóticos de Japón. Está construida con madera, abundante en el bosque japonés, de planta cuadrangular y con varias edificaciones exentas, diferenciadas funcionalmente. Entre las edificaciones encontramos jardines y patios. Sin embargo, esta casa no se remonta a tiempos lejanos, muchos elementos son relativamente modernos, como las esteras o tatami. Las maderas forman el techo, el suelo y el entramado, pero las paredes son muy frágiles, cumplen más una función de cierre que de muro. Los tabiques interiores se reducen a un panel de papel vegetal traslúcido y corredizo. Los muebles son escasos, ni mesas, ni sillas, ni camas. Esta técnica de construcción es, en general, de época meijí. El plano de la casa es aleatorio, ya que las paredes móviles permiten cambiarlo. Sin embargo, el piso se divide en varios escalones que lo elevan unos centímetros. Es costumbre estar descalzo en casa, o con sandalias de madera. Las habitaciones están poco o nada especializadas. Esta casa aparece incluso en los barrios antiguos de las ciudades.
        La casa tradicional japonesa está muy extendida por todo el país, tanto en las regiones cálidas del sur, como en las frías del norte. Esto le impide una adaptación real al medio, ya que es fruto, básicamente, de la moda. Está mal adaptada al clima, ya que es fría en invierno y calurosa en verano. No resiste los tifones ni los terremotos, ni si quiera la lluvia y la nieve o la humedad, y el fuego es un mal endémico, pero es muy barata y fácil de construir, o lo era cuando los bosques eran abundantes.
         China: Población
          China es el gigante demográfico más grande del mundo. En 1970 tenía 831 millones de habitantes, en 1980 había 996 millones y en 1995 eran 1.200 millones. La progresión de la población es rapidísima. Esto quiere decir que la densidad de población media es de 128 h/km2; sin embargo, no está repartida uniformemente. El interior del país y las montañas del Tíbet son regiones casi despobladas, con menos de 1 h/km2. También hay muy poca población en los interfluvios más importantes, menos de 25 h/km2; la mayor parte de la población la encontramos en los valles de los ríos principales Amur, Hoang-ho o Amarillo, Yan-tse-kiang o Azul y Si-kiang, en las que la agricultura del arroz se hace intensiva, alcanzan los 150 h/km2. No obstante, las mayores densidades de población se encuentran en la costa y la región de Pekín, con más de 400 h/km2. Algunas regiones, como el entorno de Shanghai, Macao, Nankín, Tianjin , Cantón y Hong Kong superan los 1000 h/km2. En el interior sólo la región de Sichuan, una hoya en las estribaciones orientales del Tíbet, regada por el Yan-tse-kiang y con una buena producción agrícola, tiene unas densidades semejantes. En general, el valle del Yan-tse-kiang tiene las densidades más altas del interior.
El crecimiento demográfico tiende a ser elevado, debido a la gran cantidad de población y a que no ha terminado la transición demográfica, pero las autoridades chinas han tenido, desde hace tiempo, una política decididamente antinatalista. Los poderes públicos determinan el número máximo de hijos por mujer. En 1970 el crecimiento vegetativo era del 2,5%, en 1980 del 1,3% y en 1992 del 1,5%; este ligero incremento se debe al menor control de las autoridades. La fecundidad ha bajado del 5,4 ‰ en 1970 a cerca del 2,3 ‰ en 1992. Para controlar la natalidad se proporcionan sistemas anticonceptivos de todo tipo, sobre todo el preservativo, por ser barato, y se recurre al aborto y al infanticidio, sobre todo si nacen niñas. Pero el método más utilizado es la abstinencia, ya que no se permite el matrimonio antes de los 30 años. Tener más hijos de los permitidos está muy penado.
       A pesar de todo la población aumenta, ya que disminuye también la mortalidad infantil, aun siendo alta. En 1970 era del 71 ‰, en 1980 del 40 ‰ y en 1992 del 27 ‰, una reducción muy drástica en sólo 20 años, pero muy lejos del 5 ‰ de Japón o del 6 ‰ de España.
La reducción de la mortalidad infantil ha provocado un aumento de la esperanza de vida al nacimiento que no tiene su reflejo en la calidad de vida. En 1970 era de 61 años, en 1980 de 67 y en 1992 de 71 años.
La población china es mayoritariamente rural. El 66% de la población vive en y del campo. Pero en los últimos tiempos se observa un proceso de urbanización ligero. En 1970 la población urbana era sólo del 17%, en 1980 del 19% y en 1992 del 33%. La política comunista favorecía la vida en el campo y la población rural en contra de la urbana. Hoy en día la liberalización de la economía y las mayores oportunidades que ofrecen las ciudades favorecen la emigración del campo a la ciudad.
La pirámide china presenta un aspecto de país joven con una base amplia y bien estructurada, típica de un país en plena transición demográfica.
         El hábitat rural  Chino
       El mundo rural chino está marcado por el impacto de la revolución socialista. En tan extenso país no es posible hablar de un modelo rural único, pero la mayoría de la población vive en el entorno de los grandes ríos dedicados a una agricultura de subsistencia, intensiva y de tipo asiático, lo que quiere decir que el cultivo principal es el arroz, seguido de los cereales panificables. El bosque tiene una importancia vital en este tipo de economía.
     La aldea china carece de plano determinado, pero tiende a la regularidad. Las casas son de madera, y están construidas sobre un pedestal que las eleva sobre el suelo. No son casas cómodas, y apenas tienen estancias específicas. La calefacción sólo es imprescindible en el norte. Los servicios sanitarios brillan por su ausencia. Modernamente, ha llegado el agua corriente y la luz eléctrica. Esta es la casa típica de todo el sudeste asiático, que se ha llegado a exportar hasta a Japón.
Tradicionalmente la casa tenía un pequeño huerto abonado con las heces humanas, pero con la revolución esto desapareció. La ganadería no está integrada suficientemente en el sistema agrícola.
      La propiedad de la tierra es comunal, pertenece al pueblo, y se cultiva entre todos. La decisión de qué se cultiva y cómo se toma en común, en reuniones controladas por los cuadros del partido. Los cuadros del Partido Comunista son los auténticos oligarcas del país. La tierra se explota en parcelas pequeñas con los medios que proporciona la comunidad. Al principio, cada familia recibía una parcela, y era su responsabilidad explotarla, pero tras la revolución cultural las parcelas no se repartieron, y se comenzaron a cultivar en común, en la brigada. Tras la desaparición de Mao, y con la apertura al capitalismo, cada familia volvió a tener una parcela que cultivar, pero de manera secundaria, ya que primero tiene que dedicar su trabajo a las tierras comunes y luego a las suyas. La producción agrícola se consume en el pueblo, y se reserva algo para las ciudades y el mercado. En la actualidad los que cultivan parcelas «propias» pueden dedicar toda la producción al mercado, con lo que consiguen acumular capital. Esto ha permitido que aparezcan nuevos ricos, que emigran a las ciudades. Estos nuevos ricos son los comerciantes y los cuadros del partido: la clase media china. Salvo excepciones, como los cultivos textiles, muy poca de la producción agrícola se comercializa.
          Las ciudades chinas
      En China encontramos algunas de las ciudades más grandes del mundo, como Pekín, Shanghai, Chongoing y Tianjin , todas ellas con más de 5.000.000 de habitantes. No encontramos la macrocefalia de otros países subdesarrollados, pero sólo porque es un país muy grande y la población no se concentra en una sola ciudad.
     El resto de la red urbana está muy mal estructurada. Apenas existen ciudades medias, más allá de las capitales de las treinta provincias con que cuenta: unas provincias muy grandes a las cuales no sirven en su totalidad la mayoría de las capitales. Pero, en los últimos tiempos, ha comenzado la emigración del campo a la ciudad y empiezan a sentirse los primeros signos de superpoblación. Para evitar esto, las autoridades chinas han comenzado a primar a las capitales y a las ciudades nuevas como centro urbano, con similares oportunidades que las grandes urbes. Estas ciudades medias tratan de canalizar y ordenar el mundo rural inmediato: proporcionando productos a los grandes centros urbanos. Cada ciudad lleva a cabo un fuerte programa de desarrollo; lo que le obliga a drenar fuerza de trabajo y capitales del campo. A la postre, esta política favorecerá un auténtico éxodo rural y desequilibrará, aún más, la distribución de la población. Todo esto está, aún, controlado por las autoridades comunistas chinas, que aún deciden dónde debe vivir la población.
     Las ciudades de Norteamérica
     La sociedad norteamericana es urbana en un 75%. En la región del noreste y en California se dan fenómenos de megalópolis. El continuo urbano se extiende desde Washington hasta los Grandes Lagos, casi sin interrupción.
Por todo el país podemos encontrar grandes ciudades, y ciudades medias de unos 200.000 habitantes. La población está muy concentrada. Apenas existen pueblos de menor tamaño; y casi ninguno de menos de 5.000 habitantes.
      Las ciudades son modernas. Apenas tienen edificios de más de 80 años, salvo las más emblemáticas como San Francisco, Washington, Nueva York, Nueva Orleans o Boston. Los incendios y la renovación continua de las ciudades hacen de ellas urbes muy modernas.
    Es muy común el fenómeno de la rururbanización. Las ciudades se extienden mucho en superficie. En el centro suele vivir la gente pobre. El modelo de vivienda tipo es la casa unifamiliar, aunque no es la más generalizada. El coche privado es vital en esta sociedad, y las comunicaciones dentro de la ciudad también. Ciudades como Los Ángeles son el paradigma de este tipo de urbe. Son espacios diseñados para el automóvil privado en los que predomina el plano ortogonal.
   La sociedad norteamericana es modelo para todo el mundo: por su riqueza y por encarnar los valores del individualismo, la libertad personal, la democracia presidencialista, la empresa privada y la sociedad capitalista de consumo de masas tan querida por la burguesía liberal de todo el mundo. Todo este modo de vida está magnificado, y hasta mitificado, por la informática, la televisión y, sobre todo, el cine.
     El objeto de estudio de la Geografía urbana: Ciencias auxiliares
Antes de abocarnos al estudio de la Geografía Urbana es necesario destacar cuándo se comienza a hablar de Geografía urbana. Los estudios de Geografía Urbana son muy recientes. En Francia, hacia el año 1910, el término Geografía Urbana General era aún desconocido. Se puede citar una obra de P. Meuriot «Aglomeraciones urbanas en Europa contemporánea», a los que se suman estudios de Clouzot , P. Clerget y, sobre todo, René Maunier y F. Ratzel ; después de ellos, Otto Schluter pude ser considerado el fundador de la Geografía urbana, cuya obra fue publicada en 1907. Desde entonces ha existido una constante preocupación por el estudio de las cuestiones urbanas, consideradas desde ángulos distintos. La ciudad se estudia como sistema y desde una perspectiva multidisciplinar. La sociología, la estadística, la Geografía física, la cartografía, la aerofotogrametría, la psicología social, la economía, el urbanismo, la medicina, la agrimensura, la historia, etcétera, son algunas de las disciplinas que participan en los estudios sobre los problemas de la ciudad.
    La ciudad ha sido siempre objeto de la Geografía urbana, sin embargo, es en nuestro siglo, y especialmente a partir de la segunda guerra mundial, cuando la Geografía urbana adquiere real importancia.
Se define como Geografía urbana a la rama especializada de la Geografía humana que tiene como finalidad explicar, después de un estudio o análisis del sistema urbano, tanto su parte formal como funcional, y sus relaciones con el sistema de ciudades del mundo en diferentes escalas y con diversos enfoques; que estarán relacionados con los objetivos que se persigan respecto del objeto de estudio (la ciudad).
Dentro de la Geografía urbana podemos hacer dos consideraciones; por una parte tenemos una perspectiva externa, mediante la cual se estudia la ciudad en relación con la región donde está ubicada (ciudad en un área), y por otra parte se contempla una perspectiva interna, mediante la cual se estudia la ciudad como un sistema (aspecto intraurbano). Esto depende de la escala de tratamiento. Considerando a la ciudad como área, se puede definir a ésta como: cambiante, dinámica, abierta (sistema abierto) en constante intercambio de energía, bienes y servicios con la región, con el sistema urbano provincial, nacional, continental y mundial.

        Emplazamiento y Situación de las ciudades en  el  mundo
          El sitio es el lugar de emplazamiento topográfico de la ciudad. El emplazamiento topográfico, muchas veces está determinado por la función. Frecuentemente la elección del emplazamiento ofrece varias posibilidades que resultan igualmente aptas para la función; dentro de las alternativas existentes se opta por la que ofrece mayores comodidades y ventajas. Por ejemplo, la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, tiene por lugar de emplazamiento la margen derecha del río del valle, elegido por votación, en la época de su fundación (5 de julio de 1683), ya que la población del valle, asentamiento original, se encontraba en lo que hoy es la ciudad de San Isidro del departamento de Valle Viejo.
Cuando hablamos de sitio normalmente nos referimos al lugar de emplazamiento de la ciudad, pero localizada por medio de las coordenadas geográficas, o sea que son las líneas astronómicas que determinan la latitud y longitud de ese lugar al intersectarse.
El emplazamiento puede ser en la margen de un río, un valle, una llanura un piedemonte, etcétera, cuyo sitio está dado por las coordenadas X grados de latitud sur y de longitud X este u oeste.
              Situación
              La situación geográfica está referida a la posición relacional de la ciudad con el entorno, otras ciudades, la región, las regiones o el resto del país o del mundo. Por ejemplo, la situación de San Fernando del Valle de Catamarca podría expresarse de la siguiente manera: con relación a los departamentos que conforman el valle central o de las otras regiones de la provincia, Región Este, Región Oeste, Puna, con otras provincias, o con otras regiones del país o del mundo.
          El emplazamiento original y la situación actual
            Resulta dificultoso, a veces imposible, esclarecer los factores determinantes para el emplazamiento de una ciudad. Para llegar a desentrañar las condiciones influyentes, habría que remitirse a su origen y bucear en la historia con la finalidad de conocer el propósito del asentamiento. Esto significa que estaríamos haciendo referencia a la función original de la ciudad; hay que tener presente que el significado de función actual, como así también el de ciudad o sistema urbano presenta otros aspectos en los cuales existen otras variables y características, que difieren de los de épocas pasadas. No debemos olvidarnos, que aunque no haya cambiado sustancialmente el escenario natural, los momentos históricos tanto en lo sociopolítico, demográfico, económico, tecnológico, científico, comunicacional, etcétera, son muy diferentes hoy, con respecto al origen de las ciudades, esto es en general, porque seguramente puede haber algún caso particular.
         El objetivo de la ciudad, o la función primitiva, en muchos casos se ha modificado. En muchos casos la función ha cambiado, pero en general a la función original o a las funciones iniciales se le han agregado otras, es decir se han producido variaciones y acumulación de funciones. Por ejemplo, una ciudad que en su creación tenía función administrativa y política, con los años puede haber acumulado funciones y actualmente tener además de las originales, función comercial, industrial, turística, militar, etcétera.
       Puede decirse que el desarrollo de una ciudad, no está condicionado por su emplazamiento (sitio), sino que depende fundamentalmente de las ventajas que le otorga la posición geográfica, en la región, en el país, en el continente, en el mundo. La posición siempre está referida al papel de la ciudad en la organización regional, lo cual le asigna un rango dentro del sistema urbano desde lo local a lo global o mundial.
      El emplazamiento y la situación no deben considerarse como un factor del determinismo geográfico o como una resultante del determinismo por los condicionantes del espacio (topografía, usos del suelo, distancias a otros centros, etc.). Hoy con el avance de la ciencia y la tecnología, el hombre cuenta con los recursos necesarios para hacer frente a las más difíciles situaciones que le plantea la planificación urbana, el urbanismo, los asentamientos nuevos y todo lo que tenga relación con el uso del suelo; en lo que se llama ordenamiento urbano, planeamiento urbano, ordenación del uso del suelo urbano, etcétera.

          Tipos de planos urbanos
          Podemos reconocer cuatro tipos básicos:
Plano equirrectangular, en cuadrícula, ortogonal o en damero.
Plano lineal.
Plano radioconcéntrico.
Plano irregular
          En realidad, existen muchísimas formas de planos, algunas producto de influencia del marco o medio natural, otras relacionadas con las características culturales de la población habitante (por ejemplo las medinas de los árabes) otras derivadas de la situación socioeconómica o política etcétera. De acuerdo con mi criterio, es necesario tener un marco de referencia, para poder analizar las situaciones que se nos presenten, dentro de lo que se refiere al análisis de las formas. Con seguridad, que en las etapas de crecimiento de los planos podremos observar variaciones en las características del tejido urbano que generalmente no siguen la disposición inicial. En el caso particular de la ciudad de San Fernando del Valle de    Catamarca se puede observar, claramente, que la cuadrícula se extiende muy pocas cuadras, si tomamos como límites de referencia las avenidas Virgen del Valle, Belgrano, Alem y Guemes. A partir de ese sector (ver plano de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca) la trama urbana tiene otras formas y orientaciones. Aunque predomina el plano equirrectangular, observando con mayor detenimiento se pueden ver claramente los cambios que se produjeron en el plano, a medida que se fue expandiendo. En el caso particular de la ciudad capital, los cambios obedecen a diversos factores, ya sean de orden económico, político, social, sin dejar de tener en cuenta el marco topográfico que sirve de soporte a la ciudad.
           Plano en cuadrícula, ortogonal o damero
          Este tipo de plano (ver ejemplo), de antiguo origen, durante mucho tiempo se lo atribuyeron a Hipodamos de Mileto. Se pensaba que este había creado el plano en damero, pero las investigaciones sobre Babilonia y sobre arqueología egipcia indican que existen antecedentes anteriores a las realizaciones basadas en los proyectos de Hipodamos. Está comprobado que la cultura de la Mesopotamia tuvo gran influencia sobre Grecia, a través de la escultura, según Charles Picard «...el mérito soberano de Grecia no es tanto el de ser una patria de ideas nuevas como de técnicas perfectas». Lavedan afirma que Babilonia irradió su prestigio y su cultura a todo el mundo antiguo. Los sistemas urbanos que se originan en Asiria que se extienden a Etruria y Grecia, destacándose la influencia de las ciudades asirias en el elemento practico al urbanismo egipcio monumental.
         Herodoto describe a Babilonia como una ciudad de plano cuadrado de 21 x 21 km, aproximadamente, con un perímetro de 85 km, cubierto por una muralla completa de 27,50 metros de alto y 9 metros de ancho, con 50 torres almenadas y 100 puertas de bronce. La ciudad estaba dividida en dos por el río Éufrates, tenía calles rectas que se cortaban en ángulo recto por otras que desembocaban en el río después de atravesar las puertas de la ciudad. Las viviendas llegaban a tener 3 ó 4 pisos, sobre una margen del Éufrates estaba el palacio real y sobre la otra el templo de Belos con una torre de ocho pisos.
       El cuadrado de 404 hectáreas correspondiente al plano de Babilonia tiene una coincidencia entre sus ángulos y los puntos cardinales. Dentro del espacio correspondiente al plano se han encontrados colinas de detritus como los tell de Kasr al centro, el de Babil al norte y el de Amram al sur. El tell de Babil que pertenecía al palacio de Nabucodonosor tiene 22 metros de altura y 250 metros de por cada lado de su base.
En realidad no puede decirse que el plano en damero sea exclusivo de Babilonia. Porque se sabe que en idénticos medios geográficos se dieron resultados similares como por ejemplo en Egipto. Detalles como las perspectivas sea digno de destacar como una característica propia de Babilonia que no tiene antecedentes registrados en ninguna ciudad del mundo urbanizado antiguo.
       En el plano correspondiente a la ciudad de Timgad, en Numidia (Argelia), antigua colonia militar se aprecia un perímetro rectangular, que generalmente estaba rodeado de murallas y el recinto presentaba dos grandes ejes interiores, o calles principales (a veces portificadas ) que se denominaban el cardo (traza N-S) y el decumanus (traza E-O). En el sector de intersección de las dos vías se localizaba el foro, y en su entorno los templos, la basílica y la curia. La forma de las manzanas y la traza de las calles es perfectamente regular (plano equirrectangular, en cuadrícula o en damero).
       Este tipo de plano tiene la ventaja de que su parcelamiento es más fácil por la regularidad de la forma de sus manzanas. Tiene las desventajas que en ciudades actuales, como es el caso de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, en su casco céntrico, no permite una buena visibilidad en el cruce de sus calles porque forman ángulos rectos (90º). Este problema se subsana con las ochavas, pero también presenta otro inconveniente como por ejemplo el congestionamiento vehicular en las horas pico y la dificultad para acceder al centro o para llegar a la periferia rápidamente.
Es importante tener presente que este tipo de plano en su origen no fue concebido para las exigencias y las comodidades que hoy se requieren. El tipo la frecuencia y el flujo vehicular actual es totalmente diferente al de aquella época.
         Plano lineal
       Tiene forma alargada (en sus orígenes) generalmente es una consecuencia de la influencia de alguna vía de comunicación (ver ejemplo). En la Argentina surgieron muchos asentamientos de forma lineal con la expansión de las vías del ferrocarril. Lo mismo ocurrió con las rutas y caminos de mayor tránsito. También se produjeron estos tipos de planos en las costas y en las márgenes de algunos ríos.
      Luigi Piccinato define como ciudades lineales «las formadas a lo largo de un camino como Siria, la antigua Stigia, ciudad italiana del siglo XI en la que el centro de la calle básica se ensancha formando una elegante plaza portificada. En España son muchas estas ciudades itinerantes formadas sobre todo a lo largo del camino de Santiago: Estella, Logroño, Santo Domingo de la Calzada y Burgos, aunque ampliadas y transformadas, todavía revelan su origen itinerario».
      En el caso particular de nuestra provincia, podemos mencionar a modo de ejemplo las localidades de San Martín, Chumbicha, Casa de Piedra, Telaritos (Departamento Capayán); Esquiú, San Antonio y Recreo (Departamento La Paz) y Copacabana, Carrizal, La Puntilla, El Puesto (Departamento Tinogasta).
         Plano radioconcéntrico
        He insertado este plano (ver ejemplo) con el propósito de reflejar lo más ajustado posible la imagen con la descripción de un plano radioconcéntrico ideal. En realidad la figura no corresponde a ninguna ciudad real, pero permite contar con un ejemplo de lo que más se parecería a un plano de ese tipo.
Este tipo de plano se caracteriza por tener avenidas circunvalantes y calles o avenidas radioconcéntricas (desde el centro a la periferia o a la inversa).
       Este diseño presenta la ventaja de que permite una fácil y rápida circulación desde el centro a la periferia o en sentido contrario. Es más dificultoso el traslado de un punto a otro por las avenidas circunvalantes y la visibilidad en los cruces entre las calles o avenidas circunvalantes y las radioconcéntricas resulta incómoda, porque se forman ángulos de 120º. Además de estos problemas también es complicado su parcelamiento en comparación con el plano en damero.
       Es importante la fuerza de atracción o de concentración que ejercen los grandes monumentos nucleando la estructura de toda la ciudad. Lógicamente que la focalización de la estructura alrededor del monumento tiene directa relación con el uso y el significado del mismo en la sociedad local. Un edificio o monumento de uso religioso sumará a su función su valor estético. Este tipo de edificios como las catedrales, abadias, santuarios, centros culturales, cabildos, etcétera, tienen gran influencia en la morfogénesis de la ciudad.
       Pierre Lavedan afirma que en la organización de usos del suelo en el plano se «afirman dos ideas directrices, envolvimiento y atracción». Significa el envolvimiento por casas o viviendas a un edificio que se distingue de los demás por su belleza arquitectónica, y por su valor moral, o por su impresionante solidez material para la defensa: en general los templos religiosos (iglesias) que como elemento morfogenético, genera la aparición de calles, avenidas o sendas que convergen en él. Esto último produce como resultante la aparición de los denominados planos radioconcéntricos, es decir constituidos por calles o avenidas circunvalantes y calles o avenidas que convergen en un centro en forma radial. En el occidente medieval se encuentran muchos planos que presentan estas características, algunos con mayor aproximación que otros.   A modo de ejemplo se pueden citar Nordlingen , y Havelberg en Alemania; Vitoria y Pamplona en España y Aversa y Lugignano en Italia, entre otros.
         El plano irregular
        El plano irregular tiene un aspecto anárquico, sin forma definida (ver ejemplo). Es fruto de una decisión social, como en la ciudad medieval islámica, un origen multipolar, con varios centros que crecen hasta juntarse, o de la yuxtaposición de varios tipos de plano diferentes, como en nuestras ciudades actuales.
       La ciudades medievales presentan una gran variedad de esquemas planimétricos como resultado de la falta de planificación previa, es decir que casi la totalidad surgió como resultado del crecimiento natural y orgánico.
     Hoy en día nos podemos encontrar, en todas las ciudades, distintos tipos de plano según la época en la que fueron reformadas: desde el irregular de la ciudad antigua, al plano radial, ortogonal o lineal.
Sitio y posición
    
UNIDAD III EL PROCESO DE URBANIZACIÓN

TEMA: LA INDUSTRIALIZACIÓN Y SU ROL CONCENTRADOR
SUB TEMAS: CONCEPTOS DE REVOLUCIÓN-   REVOLUCIÓN INDUSTRIAL, LA ECONOMÍA Y LA DEMOGRAFÍA PRE INDUSTRIAL, CAMBIOS DEL SIGLO XVI,  LA PROTO-INDUSTRIALIZACIÓN, LA INDUSTRIA DOMESTICA.

CONCEPTO
¿QUE ES REVOLUCIÓN?
    Es un cambio rápido y en profundidad que afecta profundamente a las estructuras de una sociedad. Implica por otra parte una aceleración en el ritmo de las transformaciones históricas.

CONCEPTO DE REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
      Fue aquella que supuso el tránsito desde una economía agraria y atrasada a otra basada en la industria y en la producción mecanizada.
El cambio se inicia en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y se extendió a lo largo del siglo XIX a otros países.
    Actualmente numerosos países en el mundo presentan estructuras de marcado carácter pre industrial. Se les conoce como países en vías de desarrollo.

LA ECONOMÍA PRE INDUSTRIAL
Fue de base agraria. La población era fundamentalmente campesina, se concentraba en las zona rurales, dispersa y con escaso desarrollo.

LA DEMOGRAFÍA PRE INDUSTRIAL
     Estaba determinada por el crecimiento vegetativo, con altas tasas de natalidad contrarrestadas por las altas tasas de mortalidad, especialmente la infantil.
     En el siglo XVIII se van a producir cambios en este modelo, pues en ciertas zonas (Inglaterra y Francia), aumentaron los excedentes alimenticios y se mejora la nutrición. Esto condujo a una disminución de las hambrunas y las epidemias. Otro factor que influyo en estas transformaciones fue el progreso de la medicina, aunque en menor grado

OTROS CAMBIOS DEL SIGLO XVIII
     Se comienza hablar de Proto- industrialización para referirse a fenómenos anteriores a la revolución industrial, debido a: la expansión del concepto de larga distancia, que estimulo la producción de manufacturas y permitió la acumulación de capitales, parte de los cuales se invirtieron en la naciente industria moderna.
    En la etapa anterior existía una industria rural denominada “domestic Systen “ ( industria domestica).

LA PROTO INDUSTRIALIZACIÓN Y EL DOMESTIC SYSTEN
    “Es una industria de carácter rural que conjuga el trabajo agrícola con la manufactura casera de textiles.
Características:
• El empresario capitalista en general es un comerciante
• Es desarrollada por campesinos
• El pago al trabajador se realiza por salario
• La producción está destinada a la exportación
• Es una actividad que se desarrolla al margen de la reglamentación gremial.

TEMA: LAS CIUDADES INDUSTRIALES
        La Revolución industrial se inicio en Inglaterra a fines del siglo 18 y se expandió por Europa durante el siglo 19. Produjo un rápido crecimiento de las ciudades. Estas tuvieron que acoger a la creciente mano de obra que acudía del campo a trabajar a las nuevas fábricas.

CRECIMIENTO URBANO INCONTROLADO
     Manchester, en el Reino Unido fue uno de los focos industriales más importantes, pero también albergo a miles de desocupados por que los campesinos no dejaban de llegar y las fábricas no podían absorber toda esta mano de obra.
    La revolución industrial supuso el paso de una economía fundamentalmente agrícola a otra industrial. Los campesinos fueron abandonando el campo y se marcharon a las grandes ciudades a trabajar en las fábricas que iban surgiendo, lo que produjo un importante crecimiento de la población urbana.
    Las nuevas ciudades se situaron junto a las minas, que proporcionaban materias primas y energía a las fábricas y en lugares óptimos para el transporte de mercancías, como puerto y cruces de rutas y líneas férreas. La función industrial paso a ser la fundamental actividad urbana.
    Como consecuencia la ciudad creció rápidamente y genero en seguida serios desajustes, como la especulación debido a la fuerte competencia por el control de un suelo limitado y el hacinamiento de la población procedente del campo. En general estas personas vivían en condiciones lamentables, en barrios sin pavimentar, sin servicios y en viviendas que no tenían las mínimas condiciones de higiene y salubridad. Asimismo la multiplicación de las fábricas dentro de las ciudades empezó a ocasionar graves problemas de contaminación.
    Sin embargo los adelantos de la revoluciona industrial influyeron positivamente en el desarrollo de los servicios urbanos como la canalización del agua, la construcción de cloacas, distribución de la electricidad, introducción de los medios de transporte, etc.

LA PLANIFICACIÓN DE LA CIUDAD
     EL rápido desarrollo de la ciudad que se produjo con la industrialización llevo a una falta de planificación urbana.las ciudades estaban todavía rodeadas de murallas, por lo que en una primera etapa se produjo una gran masificación, al apilarse los nuevos habitantes en un espacio limitado y reducido. En el siglo 19 las murallas fueron derribadas y la ciudad se pudo extender.
Se edificaron nuevos barrios:
    Por un lado los barrios obreros que se situaron junto a las industrias, en los lugares mas contaminados .Eran barrios muy degradados, donde se hacinaban las viviendas, que eran de pequeño tamaño, las calles no estaban empedradas y carecían de servicios públicos (distribución de agua , cloacas y medios de transporte)
Por otro lado los barrios burgueses, destacan por los ensanches que tenían un trazado ortogonal, amplias avenidas y los mejores servicios. En los ensanches se daba una división social en altura, las familias más pudientes habitabas las mejores viviendas, exteriores y situadas en los primeros pisos y segundos (no existían ascensores), mientras que los más pobres vivían en las buhardillas y pisos altos o en las numerosas viviendas interiores.
    El deseo de mejorar las condiciones de vida llevo a planificar proyectos ciudad jardín y de ciudad lineal (Arturo Soria en Madrid) con viviendas unifamiliares rodeadas de zonas verdes y ajardinadas.

LOS CAMBIOS EN EL SIGLO 20
     En el siglo 20 se crearon nuevas ciudades, localizadas cerca de aglomeraciones urbanas importantes con el fin de descongestionarlas. Las nuevas urbes se han convertido en verdaderas ciudades dormitorio. Sus habitantes trabajan en la aglomeración principal y disfrutan de sus servicios, por lo que se genera un intenso tráfico entre ellas, están comunicadas por trenes, autobuses e incluso metro.
   El hábitat en la sociedad industrial
• El nacimiento de la industria urbana y las nuevas relaciones entre campo y ciudad. Entre 1760 y 1790, con motivo del surgimiento de la Revolución Industrial, se alteró radicalmente la distribución de la población en Europa. Las innovaciones tecnológicas, principalmente en la actividad textil, la invención de la máquina a vapor y la utilización del carbón como fuente de energía, provocaron el surgimiento de la gran industria urbana. A raíz de este fenómeno, enormes masas de población se trasladaron a las ciudades a emplearse como obreros, generando un rápido crecimiento urbano. Este fenómeno se denomina proceso de urbanización. Durante el siglo XIX se transformaron radicalmente las ciudades europeas. Londres, por ejemplo, pasó de 865.000 habitantes a 4.232.000 entre 1801y 1841, es decir, casi quintuplicó su población. Simultáneamente aumentó el número de grandes ciudades de Inglaterra.
     La concentración de grandes industrias al interior de los centros urbanos, provocó además una profunda transformación en el campo. Antes de la Revolución Industrial, en el campo se extraían materias primas y se producían bienes manufacturados. Por ejemplo, el desarrollo de la actividad textil en Inglaterra entre los siglos XIII y XVIII se basó en el llamado sistema doméstico, según el cual, un burgués radicado en la ciudad distribuía entre algunas familias campesinas las distintas partes del proceso productivo, pagándoles por su trabajo. Algunas familias campesinas se dedicaban a las tareas de hilado, otras a las de Teñido y otras a las de tejido de prendas de vestir que, más tarde, eran vendidas en los centros urbanos. Sin embargo, al crearse la gran industria urbana, el campo se especializó en actividades exclusivamente agrícolas y ganaderas. El campo comenzó a depender de la ciudad para obtener productos manufacturados y para adquirir nuevas tecnologías, del mismo modo que las áreas urbanas dependían de los productos extraídos del campo.
     A partir de la revolución industrial, el hábitat rural no solo se especializó crecientemente; también fue alterando su paisaje, el cual se volvió cada vez más artificial. Luego llegó el ferrocarril, se abrieron nuevos canales de navegación fluvial y se construyeron nuevas vías terrestres para intensificar el intercambio de productos con zonas cada vez más lejanas. El mejoramiento tecnológico en la producción campesina, forestal y minera permitió una mayor explotación del territorio. El paisaje alterado por el hombre iba extendiendo sus límites.
 • Los problemas de la ciudad industrial.
     La especialización del campo, junto al crecimiento poblacional causado por la disminución de la mortalidad, fueron la causa de que, a fines del siglo XVIII, una numerosa población campesina no tuviese en qué emplearse. Por otra parte, las industrias localizadas en las ciudades atrajeron a miles de hombres, mujeres y niños a trabajar a los centros urbanos. Este acelerado proceso de urbanización se tradujo en una situación insostenible para las sociedades del siglo XIX.
      Para reducir los costos de producción y obtener el máximo de ganancias, los empresarios industriales ofrecían a los obreros salarios miserables, con los que apenas podían pagar viviendas insalubres, agrupadas en densos barrios obreros que ocupaban extensas áreas urbanas.
      En las estrechas y malolientes callejuelas de estos barrios se acumulaban excretas y basuras, que hacían proliferar tas infecciones. Las familias se apiñaban en cubículos carentes de servicios y desde los cuales sus integrantes, incluidos los niños, debían recorrer enormes distancias para llegar a las fábricas, húmedas y mal ventiladas, en las que permanecían trabajando por más de doce horas al día. Esta situación, gestada en el corto lapso de una generación, golpeó a sus contemporáneos y los impulsó a buscar soluciones.
      Ante la condición de miseria de las masas obreras y los problemas de congestión y contaminación de la ciudad industrial, la sociedad reaccionó con diferentes posturas. Hubo movimientos que pretendían terminar con el progreso tecnológico y la industria, promoviendo el regreso a la vida rural y a la vida en pequeñas ciudades más hermosas. Otros, en cambio, sostenían que debía favorecerse la industrialización y eliminar las antiguas calles y edificios que impedían el tránsito expedito de productos y personas. Y no faltaron quienes, como Engels y Marx, postulaban la revolución social utilizando a los obreros como fuerza política, o como algunos empresarios humanistas que intentaron mejorar la condición de sus obreros. Robert Owen, por ejemplo, creó una industria ejemplar, en la cual redujo las horas de trabajo a diez, creó barrios con escuelas y áreas verdes, y, para sorpresa de todos, obtuvo con ello un aumento en la productividad.

PAISES MÁS CONTAMINANTES DEL MUNDO
EE.UU 21% ---------- UNIÓN EUROPEA 39 %   ------------  RUSIA 11%
ESPAÑA 2% ---------JAPÓN 8% --------------------------ALEMANIA 6 % --------------------OTROS 6%

EL IMPACTO DE LA INDUSTRIALIACION EN EL ENTORNO
INDUSTRIALIACION Y MEDIO AMBIENTE
         Durante milenios el impacto de las poblaciones humanas sobre el medio ambiente fue reducido. Pequeñas y con una tecnología modesta, las comunidades de hombres y mujeres solo modificaban su entorno inmediato a nivel local. Sin embargo, con la Revolución Industrial los seres humanos empezaron realmente a cambiar la faz del planeta.
       Además del aumento de la población, lo que transformó radicalmente el medio ambiente fue el nuevo modo de producción industrial. En esta nueva economía, las actividades productivas comienzan a basarse en la explotación intensiva y extensiva de los recursos naturales y de las materias primas. En Inglaterra se intensificó la producción agrícola, por lo que muchos terrenos baldíos fueron ocupados y cercados. El suelo pasó a ser explotado más intensivamente, sembrándose las semillas en surcos cada vez menos separados entre sí. Se generalizó la rotación de cultivos, es decir, cada cierto tiempo se cambiaba el producto a cultivar en una misma tierra.  La naturaleza pasó a ser vista con ojos comerciales, había que aprovechar todos los recursos, pues todo podía llegar a ser explotable.
        Por otro lado, los combustibles eran indispensables para que la industria pudiera funcionar. La tecnología a vapor no podía existir sin el carbón, por lo que este mineral se transformó eh un recurso mucho más preciado que antes. A lo largo y a lo ancho de todo el planeta, generalmente en zona; rurales, se perforaron pozos de gran profundidad, generándose en el subsuelo kilómetros de redes y túneles subterráneos. El carbón de leña y le madera también fueron muy apetecidos a partir de la Revolución Industrial La situación fue tal en Inglaterra, que rápidamente en el siglo XVIII los bosques de las regiones de Sussex y Kent quedaron agotados, trasladándose las industrias hacia otras regiones, mientras se reforestaban aquellas Además de la explotación intensiva de la leña y de combustibles fósiles como el carbón y luego el petróleo, se desarrollaron nuevas actividades de ante impacto medioambiental, como la química. En la industria textil, el método de blanqueado y teñido pasó de medios rudimentarios como la leche agria o los rayos solares, al ácido sulfúrico y el cloro. A partir de ahí, las industrias van desarrollando productos cada vez más artificiales y complejos.
         El aire y el agua se resienten con los efectos del uso de los combustibles fósiles y de los ácidos químicos, en lo que constituye uno de los efectos más dramáticos de la Revolución Industrial. Uno de los elementos más contaminantes de la Revolución Industrial es el CO2, o dióxido de carbono, gas que se libera cuando se queman materiales que contienen carbono, como el carbón, el petróleo o la leña. Estos gases permanecen en la atmósfera por más de 100 años y se estima que en los últimos 200 años, las concentraciones de C02 en la atmósfera se han incrementado en un tercio.
       Pero las ideas liberales, que abogaban por el libre mercado, se fueron imponiendo crecientemente en las economías europeas sin más ley que la oferta y la demanda. Como consecuencia de ello, se terminó con toda la normativa que regulaba los negocios urbanos, favoreciendo la acción de especuladores, cuyo único objetivo era obtener el máximo de ganancia, sin importar las consecuencias que debían sufrir los ciudadanos y la vida en la ciudad.
      Durante la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de los graves problemas de las ciudades y las crecientes revueltas populares urbanas, los gobiernos europeos emprendieron una serie de planes que tendían a mejorar las condiciones de vida de las ciudades, facilitando el transporte y la actividad comercial, así como la mantención del orden en la urbe. Ejemplo de estos son los planes para París (plan de Haussmannl), Barcelona, (plan Cerda), Viena (proyecto para el Rin). Londres, Berlín, entre otros

TEMA 3: PROCESO DE URBANIZACIÓN  CHILENO
SUB TEMA: AUMENTO DE LA POBLACIÓN URBANA EN CHILE
El crecimiento de la población urbana
        Hace no mucho tiempo, la gran mayoría de quienes poblaban el actual territorio chileno vivían en asentamientos pequeños y satisfacían sus necesidades con los recursos que su medio ambiente les proporcionaba. Se trataba de una población eminentemente rural, campesinos, peones e inquilinos, comunidades indígenas, mineros que se agrupaba en torno a pueblos, aldeas, haciendas, estancias o campamentos mineros. Desde finales del siglo XIX, las ciudades chilenas comenzaron a crecer en número de habitantes y superficie, de manera que en los tiempos de tus abuelos en nuestro país comenzó a predominar la población urbana.

2. TABLA GRÁFICA
El incremento de la población urbana en Chile
Censo 1992- N°de habitantes ----------Población urbana %---------------- Población rural %
1865* ---------1.819.223 --------520.663 ---------28,6 1--------.298.560 --------71,4

1875' ----------2.075.971 --------725.545 ---------34,9 1.--------350.426 ---------65,1

1885 ----------2.507.005 ------1 .041 .765 --------41,61.---------456.032-------- 58,1

1895---------- 2.695.625 -------1.223.407 --------45,4 1.---------464.577-------- 54,3

1907---------- 3.231.022 -------1.392.026--------- 43,1 1.--------828.505 ---------56,6

1920---------- 3.730.235 -------1.723.552 ---------46,2 1-------.991.335---------- 53,4

1930 ----------4.287.445------- 2.119.221-------- 49,4 2---------168.224---------- 50,6

1940 ---------5.023.539 -------2.639.311 ---------52,5 2---------.384.220--------- 47,5

1952 ---------5.932.995 ------3.573.122 ---------60,2 2----------.359.873--------- 39,8

1960----------7.374.115 ------5.028.060 --------68,2 2-----------.346.055 ---------31,8

1970 ---------8.884.768 ------6.675.072 --------75,1 2.-----------209.696---------- 24,9

1982-------- 11.329.736 -----9.316.127 ---------82,2 2-----------.213.609---------- 17,8

1992 --------13.348.401---- 11.140.405--------- 83,5 2.-----------207.996 ---------16,5

La pregunta que debemos formularnos a continuación es: ¿Por qué aumentó tanto la población urbana, especialmente a lo largo del siglo XX?

Un poco de historia
         Ya durante la segunda mitad del siglo XIX, las principales ciudades de la zona central constituyeron un importante polo de atracción para ios habitantes del campo, sobre todo para los más pobres. Esto se debió al hecho que en aquella época la economía campesina atravesaba una y otra vez por prolongados períodos de crisis y a la dificultad que tenía la gran mayoría de los labradores y peones para acceder a un pedazo de tierra, pues éstas ya se encontraban en manos de un reducido número de hacendados. La mayor parte del trabajo en las haciendas lo realizaban los inquilinos, de manera que grandes contingentes de peones veían disminuir cada vez más sus posibilidades de subsistencia.
         Después de la Guerra del Pacífico o del Salitre (1879-1883), Chile incorporó a su territorio las actuales regiones de Tarapacá y Antofagasta y comenzó a recibir grandes sumas de dinero por la venta del salitre que allí se extraía. Estos recursos permitieron al Estado invertir en importantes obras públicas, como
caminos, líneas férreas, puentes o edificios públicos, que requerían de trabajadores. Además, se necesitó abundante mano de obra para explotar el salitre en el norte. Estas nuevas posibilidades laborales motivaron a muchos peones a abandonar sus asentamientos rurales para probar suerte en el Norte Grande Y en ciudades como Santiago o Valparaíso.
         La prosperidad salitrera llegaría a su fin durante las primeras décadas de! siglo XX. A partir de entonces, oleadas de obreros cesantes tuvieron que alejarse de los campamentos mineros y terminaron asentándose en las ciudades. Por su parte, muchos habitantes del campo continuaron migrando hacia los centros urbanos, huyendo de la miseria rural. A la ilusión de encontrar un nuevo empleo, se sumaban otros atractivos de la vida urbana como las mayores probabilidades de acceder a la educación para los hijos o la disponibilidad de servicios, como luz, agua potable y alcantarillado, que no existían en el medio rural.       Además, el proceso de industrialización que se inició en la década de 1940, brindó a muchos
la posibilidad de encontrar un empleo en las nuevas industrias, situadas en las ciudades. De esa forma, muchas ciudades chilenas crecieron a lo largo del siglo XX y se generalizó un modo de vida urbano en nuestro país.
      Según los datos del censo de 1992, un 83,5% de los chilenos y chilenas vive en zonas consideradas urbanas. Ciudades como Santiago, Viña del Mar, Concepción, Antofagasta,Temuco, Valparaíso o La Serena concentran al grueso de nuestra población y continúan creciendo.

Población urbana y rural por regiones, según el censo de 1992
Poblacion------------TOTAL -------      URBANA   ----------------     RURAL
Total País
PAIS -----------------13348.401------------- 11.140.405------ 83,5 2.-------207.996 -----16,5
I ----------------- 339.579---------------- 318.925------- 93,9 ----------20.654------- 6,1
II ------------------410.724 ---------------399.515 --------97,3 1 ---------1 .209 ------2,7
III------------------ 230.873-------------- 208.960 --------90,5 ---------21.913------- 9,5
IV ------------------504.387 --------------355.284 --------70,4 1--------49.103 -------29,6
V -----------------1.384.336 ------------1.248.255------- 90,2 ---------136.081-------- 9,8
R.M. --------------5.257.937 -----------5.074.681------- 96,5 ---------183.256------- 3,5
VI------------------- 696.369------------- 445.080 --------63,9--------- 251.289 ------36,1
VII------------------ 836.410 -------------500.146---------59,8 ---------335.995------ 40,2
VIII--------------- 1.734.305 -----------1.343.097--------- 77,4 -------391.208------- 22,6
IX------------------- 781.242------------- 478.825 ---------61,3 -------302.417 -------38,7

ACTIVIDADES APLICADAS
  1.- Considerando los datos de la Tabla gráfica de la página 18,
¿cuáles fue ron las décadas en que se produjo el mayor incremento de la población urbana?
 ¿Qué razones explican dicho aumento?
Representa en un gráfico circular la población urbana y rural de tu región. Consulta los Métodos y Técnicas de la unidad.
2- Basándote en la historia de tu grupo familiar, determina si el proceso de migración urbano-rural forma parte del pasado de tu familia. En caso que sí, señala el período en el cual tus familiares se trasladaron a la ciudad y las motivaciones que tuvieron para hacerlo. Bajo la coordinación del profesor o profesora, compartan las experiencias de sus familias en el curso.

LOS ASENTAMIENTOS URBANOS EN CHILE 
A continuación conoceremos las características que ofrecen las ciudades, medio en el cual habita la mayoría de nuestra población en la actualidad. Recuerda que en Chile los pueblos que tienen entre 2.000 y 5.000 habitantes también son considerados asentamientos urbanos, pero que sólo se habla de ciudad cuando en dicho asentamiento viven más de 5.000 personas.
RASGOS CARACTERÍSTICOS DE LAS CIUDADES
       Suelen ser centros político-administrativos, donde tienen su sede las autoridades de gobierno y de la administración pública (municipalidades, registro civil, etc.).
        Concentran múltiples actividades económicas, especialmente las industriales, financieras, comerciales y los servicios.
        Constituyen centros de distribución de los productos que llegan de las zonas rurales o del extranjero
        Funcionan como puntos claves de las redes de comunicación y transporte (carreteras, líneas férreas, aeropuertos, etc.).
          Aparecen como un lugar de encuentro y de interacción entre la gente que vive en ellas y quienes provienen de áreas rurales aledañas o cercanas

CLAIFICACION   DE LAS CIUDADES CHILENAS 
             Existen distintos tipos de ciudades que se pueden jerarquizar según su tamaño e infraestructura en pequeñas, medianas, grandes y metrópolis
a) Ciudades pequeñas:
    Atienden el consumo diario de la población que allí reside y de los habitantes de las aldeas y áreas rurales cercanas.
En general, sólo cuentan con servicios básicos, como postas y liceos.
Albergan algunas instituciones dependientes del Estado (municipalidad, comisaría, etc.}.
Ejemplos: Los Vilos, Purén, Carahue, Yumbel, Teño, El Quisco, San José de Maipo

b) Ciudades medianas o intermedias:
   Desempeñan importantes actividades a nivel regional y prestan sus servicios a una vasta área que incluye ciudades pequeñas, pueblos y aldeas.
Cuentan con instituciones financieras, un comercio más activo, equipamiento más completo en salud y educación (con hospitales, mayor número de liceos y, a veces, sedes universitarias).
Ofrecen más posibilidades para conectarse con el exterior (carreteras, terminales de buses o alguna estación de ferrocarril).
Ejemplos: Curicó, San Antonio, Los Ángeles, Copiapó, Linares.

c) Ciudades grandes:
    Lideran el desarrollo tanto a nivel regional como nacional.
Concentran las principales actividades del país.
Benefician con sus recursos y servicios a todo el territorio nacional y albergan a una población que comprende a cientos de miles de personas.
Suelen ser los principales centros de poder y establecen vinculaciones políticas, económicas o culturales con otros países.
Ejemplos: Concepción, Viña del Mar, Antofagasta y Valparaíso.

d) Metrópolis:
    Ciudad que sobrepasa el millón de habitantes.Se puede convertir en aglomeración urbana, al absorber otros núcleos urbanos. Ejemplo: Santiago: 4.311.133 (Censo de 1992).

Para que tengas una referencia mundial te presentamos la siguiente tabla:
Las 10 aglomeraciones urbanas más grandes del mundo en 1994
Tokio (Japón)-------------------- 26.518.000
Nueva York (EE.UU.) -----------16.271.000
Sao Paulo (Brasil) ----------------16.110.000
Ciudad de México (México) -----15.525.000
Shanghái (China) -----------------14.709.000
Bombay (India) ------------------14.496.000
Los Ángeles (EE.UU.)----------- 12.232.000
Beijing (China)------------------- 12.030.000
Calcuta (India) -------------------11.485.000
Seúl (Corea del Sur) -------------11.451.000

Fig: Modelo de estructura de ciudad en América Latina (dibujo inspirado en La ciudad de Santiago)

FUNCIONES DE LAS CIUDADES  ACTUALES
      Si bien podemos reconocer a una ciudad determinada por la función específica que ésta cumple, en muchos casos una ciudad se distingue por cumplir varias funciones.
Los principales usos del suelo en las ciudades
    En términos generales, una vasta porción del suelo en las ciudades es de uso residencial. En América Latina es muy común que entre los barrios residenciales se observen muchos contrastes, producto de la diferente situación socio económica de las familias que allí viven. Además, podemos distinguir también suelos que son de uso comercial, recreativo o industrial.
   En los barrios céntricos de las ciudades el uso del suelo es ante todo comercial, aunque también existen espacios residenciales. En el centro se instalan las oficinas, bancos, restaurantes y locales comerciales, de manera que muchas personas concurren diariamente allí a su lugar de trabajo. En los alrededores del centro o en los límites de los barrios es habitual un uso del suelo con fines recreativos y de esparcimiento, de manera que allí hay parques o áreas destinadas a practicar deportes. Finalmente, en las urbes existen zonas reservadas para desarrollar actividades industriales, que generalmente se ubican en los límites de la ciudad o en la periferia.

LA VIDA EN LAS CIUDADES Y SUS PROBLEMAS
    El vertiginoso crecimiento experimentado por las ciudades chilenas durante el siglo XX no ha sido sinónimo de una mejor calidad de vida para la mayoría de sus habitantes. Por el contrario, las olas de migrantes fueron arribando a ciudades que no estaban preparadas para recibirlos y que carecían de las más mínimas comodidades. A principios del siglo, servicios básicos como alcantarillado, agua potable y electricidad prácticamente no existían, además de no haber suficientes viviendas para albergar a la población. Algunas de estas cuestiones aún no han podido ser resueltas.
Así el deficiente equipamiento urbano y la contaminación ambiental son dos de los grandes problemas de las ciudades hoy día
a) Problemas de equipamiento urbano
    La escasez de viviendas es uno de los más grandes problemas de América Latina en general. Muchas personas todavía carecen de una vivienda. Como consecuencia de esta situación, cada cierto tiempo se producen tomas de terreno que han derivado en asentamientos precarios sin las condiciones higiénicas mínimas para vivir dignamente.
   Por otra parte, el equipamiento existente (pavimento, iluminación, locomoción, áreas verdes, hospitales, postas, establecimientos educacionales, etc.) en muchas ciudades se encuentra mal distribuido y en la periferia es común encontrar barrios que no cuentan con servicios básicos. La marginalidad en que subsisten los sectores más pobres de la población urbana acentúa una serie de problemas sociales como la delincuencia, la drogadicción y la violencia.
b) Problemas ambientales
    Los problemas del medio ambiente son el reto del nuevo milenio. La salud en las ciudades se deteriora a causa de los mismos. La contaminación atmosférica o del aire es causada por las emanaciones de gases y partículas sólidas {polvo, hollín, plomo), principalmente desde vehículos motorizados, industrias y generadoras de energía. En lugares como Santiago, Constitución o Talcahuano estos gases y partículas forman una compacta nube de «smog» que cubre la ciudad, disminuye la visibilidad y acentúa las enfermedades respiratorias.
Gran parte de los desechos domiciliarios e industriales de las ciudades van a parar al suelo (basurales) o a las aguas (cloacas).
   Los ruidos son inseparables de la vida en las ciudades. En los centros más poblados la concentración de actividades industriales, la construcción y el tránsito generan una fuerte contaminación acústica que puede producir irritabilidad, tensión nerviosa y trastornos auditivos.

LAS CIUDADES CHILENAS Y SUS PRINCIPALES FUNCIONES URBANAS
    Las aglomeración de personas en las ciudades implica una enorme concentración de energía que se expresa en múltiples y variadas funciones o actividades. Es frecuente que algunas de estas por ser predominantes, caractericen a la ciudad.
   Ciudades de función especializada: En ellas una función predomina sobre las demás, que directa o indirectamente asegura el ingreso de la mayoría de los habitantes y confiere un aspecto particular a la ciudad ( ejemplo ciudades mineras , turísticas, industrial, religiosas, etc.,)
Ciudades de funciones múltiples: Algunas ciudades favorecidas por el sitio, la evolución histórica, y los recursos naturales han logrado agrupar poco a poco funciones muy diversas- Es el caso de las grandes urbes.

Funciones de los centros urbanos de Chile
En nuestro país dentro de las variadas funciones ya citadas, hay algunas que por su trascendencia per4miteesn singularizar a un centro urbano con una determinada función. Por ejemplo:

FUNCIÓN
MINERA CIUDADES 
Chuquicamnta y Calama Copiapó y Vallenar Rancagua Lola y Coronel María Elena y Pedro de Valdivia
INDUSTRIAL Y COMERCIAL 
Santiago - Valparaíso Concepción - Talcahuano San Bernardo - Puente Alto Talagante - Quüicura - Tomé
RELIGIOSA 
Andacollo Yumbei
CULTURAL 
Santiago - Valparaíso -Concepción - Valdivia
TURÍSTICA 
Vifia del Mar La Serena Anca Valdivia Víllarrica Aneud Castro Pucón
COMERCIAL Y TRANSPORTE Valparaíso San Antonio Coquimbo Talcahuano

TEMA 4: PROCESO DE URBANIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA
SUB TEMAS:
-POBLAMIENTO Y CRECIMIENTO URBANO EN AMÉRICA LATINA
-URBES DIVERSAS
-ESPANSION  ECONÓMICA
-OFERTAS DE TRABAJO EN CIUDADES DE LATINO AMÉRICA
-SÍNTESIS DEL TEMA

 La formación de Metrópolis en América Latina
(Tomado de: Carrillo Estefa, Nabor. 2000).
Los sistemas de América Latina en el contexto de la metropolización. 
(Tesis para optar al grado de Magister en Economía y Gestión Regional. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Universidad Austral de Chile. Valdivia).
Breve repaso histórico de la formación de las metrópolis latinoamericanas. Este repaso abarca desde el período pre-Colombino hasta el siglo XX.

1. PERÍODO PRE-COLOMBINO.
Las tres grandes culturas del período pre-Colombino (hasta el año 1500) eran la Azteca (Meso- América), la Maya (Centroamérica) y la lnca (América del Sur). Estas tres culturas aprendieron a modificar la estructura física del territorio y aprovechar sus potencialidades. En efecto, según Ra- mírez (1990), la urbanización durante ese período estuvo asociada con la presencia de recursos naturales y humanos del mismo Continente sin ninguna influencia externa. Así, se construyeron
ciudades-templo de gran tamaño y jerarquía: Tenochtitlán en la cultura Azteca, 250 a 400 mil habitantes; Tikal en la Maya, 35 a 45 mil habitantes; y Cuzco en la lnca,
100 a 300 mil habitantes (Butterworth y Chance, 1981). Sin embargo, aunque queda como mera hipótesis, existe la sospecha de que entre estos grupos hubo comunicación e intercambio cultural. Esta situación se manifiesta a través de la arquitectura de sus centros ceremoniales (Hardoy, 1975).
Asimismo, tal como lo señalan Woytinsky y Woytinsky (1955), estas tres culturas construyeron caminos por los que era posible transportar pesados cargamentos y, a la vez, permitían la comunicación entre sus principales centros ceremoniales con otros sitios localizados a muchos kilómetros de distancia. A la postre, estos caminos fueron utilizados para facilitar la colonización española y lusitana.
En este contexto, Joseph Campillo de Cossio (Zavala, 1947), en su tratado Nuevo sistema de gobierno económico para la América, publicado en Madrid en 1887, demostraba que los nativos de estas tierras tenían notorias luces de talento y discurso y afirmaba que:
‘‘Manifiesta esto claramente las grandes poblaciones y ciudades que construyeron, los imperios tan poderosos que fundaron, su modo arreglado de vivir baxo ciertas leyes civiles y militares, tenien- do su género de culto de divinidad,- y aun ahora vemos que las artes y oficios los exercitaban a imitación de los más hábiles europeos, con gran destreza (... )’’. Tanto en Tenochtitlán como en Cuzco se encontraban asentados los poderes militares, sociales y religiosos. En ellos se presentaban ya elaborados y complejos sistemas de urbanización y concen- tración de actividades. Por ello, no es de extrañarse que cuando arribó Hernán Cortés a la capital azteca en 1519 le pareció tan grande como Córdoba o Castilla, las principales ciudades de la Coro- na Española en ese tiempo (Harris, 1975; Butterworth y Chance, 1981).

2. LA COLONIA.
     Una vez que Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo en 1492, tanto España como Portugal, a través de la Bula del Papa Alejandro VI de 1493, se repartieron las rutas de colonización. Esta Bula establecía la distribución de las rutas a partir de una línea recta imaginaria formada por las Islas Azores y Cabo Verde. Esta línea cortaba longitudinalmente desde el Ártico hasta la Antártica a 370 Leguas (1776 Km.) de dichas islas. Portugal colonizaría al Este de esta línea, mientras que España al Oeste ( Woytinsky y Woytinsky, 1955).
Entre 1540 y 1600 las estructuras espaciales de ocupación española y lusitana fueron introducidas en América. Estas estructuras sobrevivieron y sentaron las bases para el sistema de ciudades latino- americano de hoy; sin embargo, en aquel tiempo, el objetivo de la ocupación espacial era establecer rutas marítimas y terrestres con fines comerciales y militares que permitieran unir a las colonias con Europa, quedando latente la comunicación de las colonias entre sí mismas (Hardoy, 1975). En otras palabras, la urbanización que se verificó durante ese tiempo en la Región estuvo en función de las necesidades de las potencias coloniales.
Retomando los conceptos de Ramírez (1990):
‘‘Las ciudades estaban directamente unidas con las metrópolis a las cuales servían de intermediarias sin casi tener relaciones con el territorio, a no ser por funciones muy precisas, entre esas, recursos, impuestos, justicia’’.
De aquí que, como lo sugiere Maravall ( Véliz, 1984):
‘‘Las Indias fueron creadas desde la metrópoli europea como estructura centralizada por mentes políticas que contemplaban el Renacimiento desde Madrid, la capital imperial, llena de confianza tras grandes victorias militares y gobernada por un aparato de Estado burocrático y proyectado esmeradamente para impedir cualquier tipo de usurpaciones del poder central”.
Al respecto, como lo señalan Báhr y Mertins (1993), las ciudades que fundaron los españoles, y que posteriormente se transformarían en capitales y en metrópolis de los países latinoamericanos, cumplían funciones militares, políticas y religiosas: Ciudad de México fundada en 1524, Lima en 1535, Bogotá en 1538, Santiago en 1541 y Buenos Aires en 1580. Por su parte, las ciudades fundadas por los portugueses tenían el objetivo de servir como puertos comerciales y bases para la navegación: Sao Paulo en 1554 y Río de Janeiro en 1555.
     Aunque la colonización lusitana, como lo señala Harris (1975), se llevó a cabo de forma distinta que la española  ya que se implantó un sistema de grandes propiedades de tierras donde no regía el control central y, como lo señala Landes (1998), los portugueses tenían el propósito de comerciar más que conquistar en ambos tipos de colonización las ciudades principales se convirtieron en centros de organización y control. En este sentido, es distintivo que Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo y el conglomerado Lima-Callao son ciudades fundadas sobre la costa (porteñas) y permitieron el flujo de mercancías de personas y de bienes entre el Nuevo y el Viejo Mundo, mientras que Ciudad de México, Bogotá y Santiago en aquel tiempo tenían el propósito de servir como bodegas y sitios de paso.
Es hasta 1573 que Felipe II, a través de las Ordenanzas de Descubrimiento y Población, reguló la fundación y el asentamiento humano de las ciudades coloniales en el Nuevo Mundo. A pesar de ello, a lo largo del tiempo los historiadores urbanos se han cuestionado si los colonizadores, antes de la promulgación de estas Ordenanzas, traían o no un plan para la ocupación territorial de la Amerindia (Butterworth y Chance, 1981; Hardoy, 1975; Harris, 1975; Morse, 1975; Ramírez,
1990; Schutz, 1996).
Como sea que haya ocurrido esa ocupación territorial, las perspectivas de colonización española se truncaron en 1588, una vez que la armada inglesa venció a la española. A partir de ese hecho, España tuvo que compartir el Norte del Continente con Gran Bretaña y con Francia.

3. LA INDEPENDENCIA Y LAS REPÚBLICAS.
           Después de la dominación europea, Latinoamérica tuvo un rápido crecimiento poblacional, al pasar de los 10 millones de habitantes en el año de las guerras de independencia a 22 millones de habitantes para mediados del siglo XIX. 
En la Tabla 1 se presentan los cambios que se verificaron en México, Argentina y Brasil.

TABLA 1. Dinámica de la población para México, Brasil y Argentina entre 1790 y 1880
                            Circa 1790 (miles)      Circa 1880 (miles)      Incremento porcentual
México                    5 000                                 9 000                                 80
Argentina                   300                                 1 700                                467
Brasil                       2 000                                8 000                               300
       Fuente: Elaboración propia sobre la base de Harris (1975).
     Una situación similar se observó al interior de sus ciudades principales (ver Tabla
2). Aunque los incrementos porcentuales en estas ciudades fueron mucho menores en comparación con las cifras de sus respectivos países, su número de habitantes, cuando menos para la Ciudad de México, a finales del siglo XVIII, se aproximó al de las grandes ciudades de aquellos años: Nueva York 79 mil, 
Barcelona 115 mil y Milán 135 mil habitantes (Harris, 1975).
TABLA 2. Habitantes en Ciudad de México, Buenos Aires y Río de Janeiro, 1790 y 1880
                               Circa 1790 (miles)      Circa 1880 (miles)      Incremento porcentual
Ciudad de México           130                          250                        92.30
Buenos Aires                   24                          178                       641.66
Río de Janeiro                 43                           250                       481.39
     Fuente: Elaboración propia sobre la base de Harris (1975).

      En las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, los migrantes europeos eran atraídos por la explosión de oportunidades en Argentina, Uruguay y sur del Brasil. Cabe recordar que el comportamiento de esos migrantes obedecía a las transformaciones que se daban en Europa tales como la mecanización de las industrias y las crisis agrarias. Esta situación permitió constatar el rápido crecimiento de las ciudades más importantes del cono sur del continente, entre ellas Buenos Aires y Río de Janeiro (Box, 1998). Al final del siglo XIX, ocho países de América Latina recibieron al 95 por ciento de las migraciones totales de ultramar; mientras que México y Perú recibieron una pro- porción menor (UNCHS, 1993).
     Un hecho muy singular, denotado por Harris (1975), es que las personas con niveles de ingresos muy altos y que, además, eran dueños de grandes extensiones de tierras agrícolas, tenían su residencia en las ciudades principales, las capitales. Esta situación consolidó el dominio económico y político de las ciudades capitales latinoamericanas a través de sistemas de transporte centrados en torno a ellas. Tercer o Cuarto Año Medio Historia y Ciencias Sociales Ministerio de Educación

4. EL SIGLO XX.
              A principios del siglo XX, 5 de cada 100 latinoamericanos habitaban en zonas urbanas, 61 de cada
100 en 1975 y las estimaciones para el inicio del siglo XXI indican que serán 76 de cada 100 (UN- CHS, 1996; Lattes, 1995). Sin embargo, esta dinámica no ha sido homogénea sobre el territorio (ver Tabla 3). Este hecho tiene como fundamento el modelo de desarrollo urbano latinoamericano que confiere una calidad hegemónica a las ciudades grandes -metrópolis- como centros políticos, económicos, socioculturales y administrativos (Renaud, 1981; Villa y Rodríguez, 1997; Cuer vo y González, 1997; Jordán y Simioni, 1998; Borges-Méndez y Vergara, 1999).

TABLA 3. Concentración de población en las metrópolis de América Latina, 1950-1990
                                                      Circa 1950       Circa 1960      Circa 1970    Circa 1980    Circa 1990
Número de ciudades                1                           4                     4                     5                    7
Población (millones)                    5.04                 21.81             32.58             49.94            72.71
Porcentaje de la población total 3.2                    10.4                11.9                14.2               15.6
Porcentaje de la población urbana  7.6               21.0                20.6                21.7               21.1
           Fuente: Elaboración propia sobre la base de V illa y Rodríguez (1997).

La Tabla 4 presenta la cantidad de habitantes que las metrópolis han albergado durante el período de 1950 a 1990.

TABLA 4. Habitantes en las metrópolis de América Latina, 1950-1990
(Millones de habitantes)    Circa 1950       Circa 1960      Circa 1970      Circa 1980    Circa 1990
Buenos Aires                      4.72                    6.73                   8.35                9.76                10.92
Ciudad de México              3.36                     5.48                   9.01               14.05               15.04
Bogotá                               0.64                     1.68                   2.89                 4.12                  5.23
Sao Paulo                          2.56                      4.79                  8.11                 12.58               15.19
Río de Janeiro                   3.17                      4.84                  6.89                   8.77                 9.73
Lima                                  0.64                       1.84                 3.30                 4.60                   6.32
Santiago                            1.50                       2.13                 2.87                 3.93                   4.73
    Fuente: Elaboración propia sobre la base de Villa y Rodríguez (1997).

Es interesante señalar que Brasil (el país más grande de América Latina con 150 millones de habitantes en 1990) alberga a dos metrópolis y 12 ciudades grandes
(Entre 1 y 3.99 millones); por su parte, México (el segundo país más grande con 84.51 millones de habitantes) tiene una metrópoli y tres ciudades grandes;
Argentina (el tercer país con 32.54 millones de habitantes) tiene una metrópoli y dos ciudades grandes; Colombia (cuarto país con 32.30 millones de habitantes) tiene una metrópoli y tres ciudades grandes; mientras que, por el otro lado, están Perú (quinto país con 21.58 millones de habitantes) y Chile (sexto país con 13.15 millones de habitantes) ambos con una única metrópoli, pero sin ciudades por arriba de un millón de habitantes.
La Tabla 5, por otra parte, presenta los cambios porcentuales en el número de habitantes de las metrópolis para el período de 1950 a 1990. Como se puede observar, Lima ha crecido en ese lapso en 880 por ciento, el cambio porcentual más elevado de las siete metrópolis de la Región; le siguen Bogotá en 708 por ciento, Sao Paulo en 493 por ciento, Ciudad de México en 347 por ciento, Santiago en 214 por ciento, Río de Janeiro en 207 por ciento y, por último, Buenos Aires en 131 por ciento.

 I.-ACTIVIDADES
1.-En un Mapa se localice  geográficamente las siete metrópolis de América latina 
Ciudad de México (México),
Bogotá (Colombia),
Lima (Perú),
Río de Janeiro, Sao Paulo (Brasil),
Buenos Aires (Argentina) 
Santiago (Chile) además, aquellas ciudades mayores al millón de habitantes

Nota trabaje con un Mapa de Ciudades latinoamericanas mayores al millón de habitantes
2.-ORDENA LAS CIUDADES DE MENOR A MAYOR SEGÚN SU CANTIDAD DE HABITANTES
Monterrey 
C. de México 
Guadalajara 
Puebla
La Habana
Sgto. de los Caballeros
San Juan
Sto.
Océano Atlántico
C. de Guatemala 
Pto. Píncipe 
Barranquilla
Caracas
San Salvador San 
José Managua
Maracaibo
Maracay 
Medellín
Valencia
Cali
Quito 
Guyaquil 
Bogotá
Belem
Fortaleza
Recife
Lima
Brasilia  
Salvador
La Paz
Goiania
Campinas
Belo Horizonte
Santiago
Asunción
Córdoba
Rosario
Sao Paulo                 
Río de Santos
Curitiba
Porto Alegre
Montevideo
Buenos Aires


TABLA 5. Cambios porcentuales en el número de habitantes de las metrópolis Latinoamericanas, 1950-199
1950-1960    1960-1970   1970-1980  1980-1990  1950-1990
Buenos Aires       42.60    23.94      16.91       11.90   131.26
Ciudad de México    62.87     64.47   16.91        7.09      347.20
Bogotá    159.89      71.90   42.53     26.86     707.90
Sao Paulo    86.86     69.46     55.05    20.73       492.83
Río de Janeiro        52.72 42.26      27.29      10.96       206.90
Lima    186.11        78.91      39.53      37.17          879.76
Santiago     41.35     34.58     37.13       20.24           213.70
Con los contenidos de la tabla nº5 construya un gráfico para cada periodo de tiempo
2.- Cual seria el motivo  de el mayor crecimiento de las principales ciudades.Explique

Unidad 4: La ciudad un sistema vivo

    En esta unidad se busca que los alumnos y alumnas entiendan que la ciudad no sólo es una estructura física conformada por espacios construidos (edificios) y espacios vacíos (calles, espacios abiertos, sitios eriazos), sino que como una entidad que nace, crece y también muere; es decir, como un sistema vivo que tiene su propia dinámica de funcionamiento. En este sentido, las ciudades son sistemas abiertos que reciben influencias desde otras ciudades e importan materia y energía, para poder funcionar, al tiempo que como producto de su actividad generan desechos que deben disponerse en lugares adecuados.
A la vez es importante que comprendan que buscando la optimización de su funcionamiento, las ciudades organizan su espacio interno, de manera de responder de mejor manera a los requerimientos de sus habitantes y para ser más eficientes en su función económica y social. Esto ha llevado al desarrollo de técnicas e instrumentos de planificación urbana, que pretenden conseguir la mejor organización interna de las ciudades, junto a la racionalización de su crecimiento y expansión. Unidad 4: La ciudad un sistema vivo
•   Estructura interna: el uso del suelo y los barrios. La segregación social del espacio urbano. Modelos explicativos del uso del suelo urbano.
•   La ciudad. Problemas de equipamiento: salud, vivienda, educación recreación, ser- vicios básicos.
•   La metrópolis. Atractivos y problemas de Santiago: equipamiento, trabajo, contaminación, violencia.

Aprendizajes esperados
Los alumnos y alumnas:
1. Recuperan el concepto de desarrollo sostenible y sus alcances, aplicándolo a las posibilidades de sustentabilidad en la ciudad que habitan.
2. Aplican modelos teóricos a la realidad y establecen la existencia de barrios al interior de la ciudad.
3. Comprenden que dentro de la estructura interna de las ciudades se verifica una segregación social y espacial.
4. Conocen de los problemas ambientales y sociales que aquejan a las ciudades con- temporáneas y proponen acciones destinadas a reducir sus efectos negativos.
5. Evalúan críticamente las condiciones de vida que presenta la ciudad de
Santiago, sus virtudes y problemas.
6. Valoran los instrumentos de planificación urbana como un medio para la creación de espacios habitados de mejor calidad.

Acerca del concepto de calidad de vida
       (Fragmentos de: Edelmira González, La calidad de vida en los espacios urbanos)
       Las investigaciones sobre calidad de vida son relativamente recientes. Una serie de conceptos se usan indiscriminadamente, la mayoría de las veces otorgándole sentidos similares; bienestar, felicidad, nivel de vida, condiciones de vida, estilo de vida, etc., se confunden entre sí y se asimilan genéricamente a Calidad de Vida. Interesantes reuniones han realizado organismos internacionales, como UNESCO, para aunar criterios y buscar consenso sobre aspectos generales, así como también diversos autores han elaborado una serie de conceptualizaciones acerca del tema, pero la verdad es que aún falta por dilucidar, no sólo en lo que a aspectos conceptuales se refiere, sino que también en la búsqueda de indicadores que permitan evaluar objetivamente el fenómeno.
    Existe, como se expresó anteriormente, un amplio rango conceptual, es así como Hilbrath (1976) la define como ‘‘un sentimiento general y permanente de felicidad o bienestar’’; Apostol (1973), la enuncia como la totalidad de las amenidades naturales y culturales, la calidad de los bienes y servicios disponibles a los miembros de una sociedad, así como también la actividad de los miembros del sistema social, considerado con respecto a las amenidades realmente accesibles. Por su parte Hankise (1978), distingue entre una calidad de vida objetiva y una subjetiva, refiriéndose esta última a la percepción de los individuos de los diversos valores. La UNESCO (1977) establece la definición de calidad de vida bajo dos ópticas; la primera en relación con el sentimiento de los individuos de estar contento, feliz o satisfecho con los elementos vitales para él; el segundo enfoque, se refiere a la totalidad de las condiciones en que la gente vive, evaluado a base de la obser vación de hechos objetivos. Este segundo enfoque, incorpora la variable espacio en la definición y evaluación del fenómeno, aspecto de real significado.
Mallman (1978), incorpora la acepción necesidad para conceptualizar y evaluar la calidad de vida al expresar que, la calidad de vida es el producto, para cada persona, de sus estados de salud (bienestar físico, mental, social) y satisfacción (discrepancia entre aspiraciones y logros).
Como se observa, la mayor parte de las conceptualizaciones coinciden en que la calidad de vida es experimentada por las personas de un lugar e incluye dos factores básicos; la salud o las condiciones objetivas en las que viven las personas y la percepción, satisfacción o evaluación subjetiva de la gente acerca de su situación. Esto lleva necesariamente a efectuar consideraciones sobre las necesidades humanas.
     Las necesidades han sido definidas por la OMS como los requerimientos de los humanos para estar saludables. Las necesidades están siempre presentes, difieren de un grupo humano a otro, especialmente en lo que a las necesidades complementarias se refiere dependientes del grado cultural, condiciones históricas de desarrollo y en especial del espacio en el cual los habitantes viven.
      En relación a estos planteamientos surge el de los ‘‘satisfactores’’ es decir, todos aquellos elementos cuya utilización o consumo determina la cobertura o satisfacción de las necesidades, es decir la serie de bienes o servicios a las que toda sociedad aspira a tener. Esto lo lleva a realizar una serie de actividades que le permitan adquirir los satisfactores adecuados.
       En general se puede establecer que todas las necesidades humanas son básicas en el sentido que todas deben ser satisfechas, pero en un mundo caracterizado por fuertes desigualdades en la distribución de satisfactores, es necesario establecer criterios priorizantes, es así como se establecen necesidades de primer orden y de segundo orden, siendo las primeras aquellas que el individuo debe satisfacer a fin de asegurar su existencia y prosecución de la especie.
Gallopin en su documento Calidad de Vida y Necesidades, establece tipo de necesidades y presenta sus indicadores:
1) Necesidades de Existencia o Identidad (mantenimiento, protección, amor) siendo alguno de los satisfactores los siguientes; alimentación, trabajo, vestimenta, vivienda, ser vicios asistenciales, amistad.
2) Necesidades de integridad (comprensión, autodependencia) con satisfactores tales como: educación, información, participación.
3) Necesidades de funcionamiento óptimo (recreación). Podría señalarse también que existen una serie de necesidades básicas operativas, relacionadas con la nutrición, salud, vivienda, vestido, educación, trabajo.
   Mallman (1978) trató de resumir las necesidades y estableció las siguientes categorías:
1) De Mantención
2) Protección,
3) Amor,
4) Comprensión,
5) Autodependencia
6) Recreación.
      Sea cual sea el enfoque clasificativo que se le otorgue a las necesidades humanas, se debe tener presente la escala temporal y espacial de ellas. Es así como las necesidades cambian con el tiempo, tanto a nivel individual como de grupo; por ejemplo, las necesidades de trabajo sólo surgen a cierta edad y los tratamientos de salud y alimentación necesarios para el niño difieren del adulto.
     En lo que a la escala espacial se refiere, las necesidades varían según la localización relativa del espacio habitado, así como de su localización absoluta, desierto y selva por ejemplo, así como también en lo que a espacios urbanos y rurales se refiere. Su variación más que en tipo, es en lo relativo a la intensidad de ellas y en la diferencia de satisfactores que deben existir, en relación a la presión demográfica existente. De especial interés, es la búsqueda y otorgamiento de estos satisfactores por parte de los organismos encargados de la planificación. El estudio de las desigualdades espaciales, en lo que a satisfacción de necesidades se refiere, es un tema de interés para la Ciencia Geográfica y los geógrafos, los que conllevan a estudiar los diferentes grados de calidad de vida de los diversos territorios, tema que ha cobrado relativo interés en los últimos tiempos.(…)

Calidad de vida en los espacios urbanos
     La calidad de vida en estos espacios, se ve ampliamente influida por cuanto suceda en el medio físico natural que los alberga, ya que como se expresó anteriormente ambos medios actúan interrelacionadamente. Esto nos lleva a considerar el medio ambiente urbano como un subsistema autocontenido, pero no cerrado, de elementos naturales y elementos construidos por el hombre, por lo tanto toda unidad urbana o estructura urbana constituye una parte integral de un sistema mayor, por lo que la calidad de vida que presenten los habitantes que en ella habitan debe ser entendida como el resultado de esas interacciones.
     Se debe tener presente que los elementos del medio ambiente urbano no se presentan con la misma intensidad y con la misma escala en toda la ciudad, así por ejemplo la calidad del aire y del agua o los grados de contaminación alcanzados no son los mismos en toda la metrópoli sino que será más intenso en aquellas áreas de congestión de tránsito o en lugares afectados por un emplazamiento industrial con caracteres contaminantes. Un análisis de estas diferencias explicará los diferentes patrones de calidad de vida encontrada en los centros urbanos.
Se hace necesario también considerar para evaluar y calificar los distintos grados de calidad de vida en los espacios urbanos, algunos aspectos perceptuales y subjetivos de los habitantes que en ella habitan.
     Como se estableció anteriormente la calidad de vida de los grupos humanos sea cual sea su localización o característica, depende en gran medida del grado de satisfacción alcanzado para sus necesidades, es por esto, que las mismas necesidades antes esbozadas, subsistencia y relacionales se hacen presente en los espacios urbanos, con las salvedades de intensidad y escala expuestas.
      Se debe tener presente que el grado de calidad de vida de los habitantes obedece a la sumatoria de las necesidades satisfechas, que unas y otras están relacionadas entre sí, así como las acciones que el grupo humano ejerce sobre el medio natural y el construido para satisfacerlas son el producto de acciones conjuntas sobre ambos medios.

 Ciudad y sustentabilidad
DOCUMENTO A
UNA GESTIÓN URBANA DIRIGIDA A LA PROMOCIÓN DEL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL Sr. Jaime Lerner, Gobernador de Paraná
(Conferencia dictada en el Seminario Las ciudades en el desarrollo nacional: desafíos para un buen gobierno, realizado por la Municipalidad de Santiago, Junio de 1997)
      Señor Alcalde de Santiago, Jaime Ravinet, Ministro de Vivienda y Urbanismo, Sr. Edmundo Hermosilla, Sr. Alcalde de Toronto, Alan Tonks, Sr. Alcalde de la Ciudad de Buenos Aires, Fernando de la Rúa, Sres. que me honrarán con sus comentarios, Senadores, participantes de este seminario.
      Me encantó que el tema del seminario no sea como siempre sobre la tragedia urbana y los temas negativos. Quizás hemos tenido durante las últimas décadas una visión trágica sobre el futuro de las ciudades. Ha sido de cierta manera un determinante para que no hubiera cambio, porque cuando se proyecta la tragedia se va a encontrar la tragedia. Y me encantó cuando el Alcalde de Santiago dijo que lo más importante es hacer entender a la clase política la importancia de la ciudad. Después de 30 años de participar en la discusión del problema urbano mi sentimiento es que hace falta una visión más generosa sobre la ciudad, porque durante muchos años se discute siempre la tragedia, en Brasil, cuántos niños vamos a tener en la calle el próximo siglo, en qué año vamos a tener 40 millones de habitantes en la ciudad de México y todas las tragedias que se pueden proyectar.
      Tengo una resistencia a este pensamiento porque entiendo que tenernos que investirnos de energía, no para registrar la tragedia, sino para cambiar la tragedia. La gran razón porqué una parte de los políticos no quiere cambiar ese discurso es porque para los manipuladores, los carismáticos, ellos adoran la tragedia; ¿como van a sobrevivir sin la tragedia? He participado en muchas reuniones. Una de las reuniones más importantes fue una discusión entre América y Europa en el magnífico teatro de Odeon en París y había representantes de mi país hablando de la tragedia, siempre sobre la tragedia y siempre colocando la ciudad como problema. Esto fue la discusión en gran parte en Estambul, eso no se puede hacer; ¿porque la tragedia y la tragedia? Otra vez quiero decir que para cambiar es necesario intentar el cambio y no solamente registrar la tragedia, hay una frase de un gran humanista llamado René du Bos que una vez ha dicho que ‘‘tendencia no es destino’’. Eso quiere decir que siempre que una sociedad detecta una tragedia no deseable, es el exacto momento del cambio.
       Estambul fue quizás el momento del cambio para que los gobiernos entiendan que las ciudades no son un problema, sino que las ciudades pueden ser en su mayoría una solución para los países.     En gran parte de los países el problema urbano es considerado un problema no importante. En la gran mayoría -que no es el caso de Chile- ni siquiera hay un ministerio para las ciudades y en la gran parte, la ciudad es considerada un problema de quinto escalón, como si la ciudad fuera una externalidad del problema económico. Eso no es verdad. Las ciudades son determinantes, son transformadores, y me encanta decir que las ciudades no son problemas, las ciudades pueden ser la solución de muchos países. No se puede mejorar un país sólo con medidas económicas porque no hay medida económica que pueda sobrevivir sin que haya una voluntad nacional, y jamás tendremos una voluntad nacional si la gente no se siente respetada. Los más evidentes escenarios de respeto están en las ciudades, las ciudades responden diariamente a los escenarios de respeto y esto va a ser cada vez más importante en la vida de un país. No se conseguirá una voluntad nacional si esta voluntad no esta calcada o inserta en el respeto y las más evidentes señales de respeto, están en el día a día de las ciudades: cuando uno tiene necesidad de transporte, cuando hay necesidad de salud, la atención al niño, al medio ambiente, la vivienda, todo eso se puede resolver mejor en la ciudad.
Nuestra sociedad está habituada a respuestas rápidas, la tarjeta de crédito nos da la mercancía en una hora, el fax envía los mensajes rápidamente, la telemática está dando respuestas cada vez más rápido, la única cosa que sigue en la edad de la piedra son los gobiernos centrales.
       Yo estoy casi en un gobierno central, es un gobierno de Estado. En nuestro país los Estados tienen mucha autonomía. El único poder que tiene la posibilidad de dar una respuesta más rápida es el poder local. Es por eso que se ha dicho que el próximo siglo será el siglo de las ciudades, por la capacidad de respuesta rápida. Los países tienen que aprovechar eso, y no intentar resolver los problemas de manera centralizada. Los países que encuentren la manera más rápida de traspasar las funciones y recursos al poder local van a encontrar más rápidamente las soluciones que son importantes para configurar un pacto nacional, una voluntad nacional.
        ¿Qué tipos de ejemplos se pueden mostrar de una ciudad?. Me gustaría dar tres simples ejemplos: el primero, en transporte urbano; el segundo, el medio ambiente; y el tercero, el niño de la calle; apenas para mostrar cuánto se puede avanzar en el problema de la ciudad y en la solución de los problemas nacionales. También es importante decir que no hay mucha diferencia entre ciudades del primer mundo y ciudades del tercer mundo; tenemos problemas semejantes. La única gran diferencia para los países del tercer mundo es que aparte de los problemas normales de las ciudades, nosotros tenemos que enfrentar el problema de la migración y de la pobreza. Son tareas que crecen en relación a las ciudades del tercer mundo, pero conceptualmente, en las ciudades del primer y tercer mundo, los problemas son siempre los mismos.
Vamos a tratar el problema del transporte urbano, que es muy conocido por el caso de Curitiba, sólo para apenas mostrar cómo se puede cambiar. A comienzos de 1971, cuando yo era alcalde por primera vez, había una idea que las ciudades que no tuvieran metro no podrían sobrevivir, no podrían resolver su problema de transporte colectivo. Nosotros no teníamos recursos para hacer un metro. Era una ciudad de 700 mil habitantes; hoy Curitiba tiene un millón y medio, y en la región hay dos y medio millones de personas. Entonces teníamos que encontrar una salida con las cualidades de un sistema de transporte de masa y que pudiera ser accesible a nuestras condiciones financieras. Comenzamos a analizar un sistema de transporte que fuera rápido, que fuera confortable y que fuera un sistema que no hiciera esperar mucho rato a las personas, ¿por qué no poder intentar eso en superficie? La respuesta era que nuestras calles eran muy estrechas, y no teníamos recursos para expropiación,
¿y por qué no utilizar las calles como son, porque no combinar o intentar resolver el problema con lo que tenemos?. Porque intentar esperar resolver el transporte el año 2020 significa sacrificar a toda la población y la gran parte de la solución del año 2020 está ahora; ¿si no conseguimos montar un sistema ahora, cómo lo vamos a hacer el 2020? Comenzamos un sistema en superficie, porque no teníamos otra posibilidad. Comenzamos el sistema con 25.000 pasajeros por día trabajando con un equipo de arquitectos e ingenieros, economistas y administradores muy jóvenes.
            Yo tenía en esa época, hace mucho tiempo, 33 años. Todo el equipo era muy joven y continuamos jóvenes por más de 25 años. Porque ser jóvenes es intentar hacer las cosas, tener entusiasmo, amar a la ciudad. Queríamos hacer cambios como aquí lo está haciendo Ravinet.  Querer hacer, tener la voluntad de hacer. El sistema fue perfeccionándose cada año, cada año una línea nueva, nuevas líneas alimentadoras, nuevos terminales, tarifas sociales. Con una tarifa se puede recorrer todo el sistema y hoy estamos transportando con el mismo sistema un millón ochocientos mil pasajeros por día, cuatro veces más pasajeros que el metro de Río de Janeiro con un costo más barato. Eso nos mostró una cosa, que cualquiera que sea la ciudad del mundo, a pesar de las dificultades, se puede introducir algunas mejorías, ya que en una ciudad hoy es muy difícil tener una red completa de metro. Las ciudades que consiguieron red completa son Londres, París, Moscú, Nueva York, que hicieron su red al principio cuando era más barato trabajar el subsuelo. Hoy es muy difícil poder hacer convivir una, dos, tres líneas o cuatro o más. Eso es muy difícil. Lo que hay que hacer es metronizar un sistema de superficie, transformar el bus en un metro actuando integradamente con todos los sistemas.
Esto fue una tarea que un equipo implantó durante todo el tiempo. Probó que no era una cuestión de recursos, que el problema era más una cuestión de gestión, de voluntad política de hacer el cambio.
      Otro ejemplo que me gustaría dar es el de medio ambiente. El medio nos coloca cada día los problemas del crecimiento global, de la capa de ozono y todos nos sentimos como pacientes terminales. Pero la verdad no es esa, la verdad es que se puede cambiar cada uno, no sólo los Alcaldes y políticos, sino cada ciudadano puede ser un agente de cambio. Esto nosotros lo empezamos a en- tender con el problema de la basura en Curitiba. Rápidamente empezamos a enseñar a los niños cómo hacer la separación y hoy el 70 % de la población hace la separación de la basura. No hay ninguna ciudad en el mundo que haya llegado a ese porcentaje. Lo importante que la población comenzó a entender cuál era la razón básica, ya que eso era la base para un sistema autosustentable. Cada familia entendió que con la separación de la basura, reciclando papel, se podía salvar árboles. En Curutiba se estaba ayudando a salvar entre 1200 y 1500 árboles por día. Si todas las ciudades brasileñas hicieran lo mismo nos podríamos ahorrar 500 bosques por día. No es solamente árboles, sino también energía. Cuánto se ha desperdiciado. La mayor fuente de energía es el desperdicio y la gente de Curitiba comenzó a entender eso y que la acción local es más importante.
     Toda vez cuando veo a la gente preocupada del problema global del medio ambiente y quieren hacer alguna cosa, siempre les digo que pueden hacer por lo menos doscosas: utilicen menos el coche y separen su basura, porque si todas las personas de todas las ciudades del mundo hicieran eso, no tendríamos estos problemas globales,
o por lo menos sensiblemente disminuidos. Porque el transporte colectivo da la posibilidad, como en Curitiba, de retirar de un 20 a 25 % de los coches. 0 sea, cuanto menos se da importancia al coche mejor se transforma la ciudad para la gente, inclusive para el coche, porque si hay 20 o 25 % menos de coches en las calles, es más fácil. Pero hacer un transporte colectivo que tenga la atracción y calidad para satisfacer a las personas de dejar su coche, es una tarea muy difícil. Tengo que reconocer que aquí en Santiago con 34 municipalidades es una tarea más difícil, pero yo digo que poco a poco se va a obtener esto.
      La gran posibilidad de avanzar con el problema de medio ambiente y avanzar con el problema del niño de la calle. Nosotros teníamos los datos trágicos del niño de la calle. Empezamos una acción en Curitiba y hoy tenemos 230 guarderías, un 15 % mantenidos con la municipalidad. Con los sistemas de guarderías hemos podido avanzar. Avanzamos con la idea de las escuelas informales, que procura retirar a los niños de la calle y salvar a los niños que ya habían abandonado la escuela.
         Después los buses reciclados se transformaron en escuelas de iniciación del oficio.
Todo ese sistema ha obtenido un gran avance en relación al problema del niño en la calle y hoy, yo puedo decir con mucha satisfacción, que este problema en la región de Curitiba es muy pequeño en relación con las otras ciudades brasileñas. Quisiera dar un dato importante del Estado de Paraná, empezamos un programa llamado de la ‘‘Calle para la Escuela’’ o sea posibilitar que los niños de la calle, que por razones económicas las familias los mandan a la calle para mendigar, fueran a la escuela. La idea fue encontrar una compensación económica para las familias que consiste en una canasta básica de comida para todas las familias que lleguen a un acuerdo: mientras los niños estén en la escuela, las familias tendrán asegurada una canasta básica de comida. Nosotros tenemos 399 municipalidades en el Estado de Paraná, hoy 171 municipalidades están incluidas en el programa. Las escuelas y los profesores tienen que recibir a estos niños, tienen que tener más paciencia de atender mejor a estos niños. Puedo decir con mucho orgullo que ya 30.000 niños dejaron la calle y hoy están en la escuela, o sea, si la sociedad lo quiere no vamos a tener el problema de estos niños. Eso se empieza por la ciudad, por la municipalidad.
        Entonces los problemas de transporte urbano, del medio ambiente y del niño de la calle se pueden resolver de manera mucho más efectiva con el poder local. Yo quiero esclarecer un punto: Curitiba no es un paraíso; Curitiba tiene todos los problemas que las ciudades brasileñas tienen, que todas las regiones metropolitanas tienen, pero; ¿cual es la diferencia? La diferencia esta en el respeto, esto significa respeto al ciudadano. Cuando el ciudadano se siente respetado, asume una corresponsabilidad para con su ciudad y con su país. Este punto es el que me gustaría resaltar por- que para resolver un problema de una ciudad, primero es necesario una visión estratégica, porque no se hace cambio sin una visión estratégica. En mi opinión la visión estratégica se da con un balance diario de necesidades y potencialidades. Si una ciudad se ocupa solamente de las necesidades vamos siempre a estar corriendo tras el problema, no habrá cambios. Pero si una ciudad se ocupa solamen- te de las potencialidades, un gran número de personas se va a ir del pueblo. Entonces cuando no hay recursos, y nunca hay recursos, en cualquier ciudad del mundo la solución es encontrar una ecuación de corresponsabilidad. Para todos los Alcaldes que empezaron en Brasil recién hace cuestión de unos 4 ó 5 meses yo les he dicho que no se preocupen tanto de la falta de recursos, porque no hay problema urbano que no se pueda resolver con una ecuación de corresponsabilidad. Por ejemplo, en transporte urbano, nosotros teníamos que invertir 300 millones de dólares en la flota y no los teníamos, y la ecuación se organizó de la siguiente forma: la ciudad gerencia el sistema, define cuál es la calidad, cuál es la frecuencia del sistema y principalmente cuál es la tarifa; los privados operan los vehículos, buses simples, articulados o biarticulados; y nosotros pagamos por kilómetro recorrido.    El equilibrio es la tarifa. Si la tarifa es muy alta, es inaccesible al poder adquisitivo, si es muy baja, no vamos a tener calidad en el sistema. Eso es lo que yo llamo ecuación de corresponsabilidad.
La misma cosa en la basura; ¿cómo encontramos la solución a este problema?. Haciendo trans- formarse cada casa en una oficina de separación de basura. Bueno, en todo problema es posible encontrar una solución de corresponsabilidad. Por ejemplo, ahora en el Estado de Paraná nosotros no tenemos los recursos para hacer todo el cambio de infraestructura, ¿cuál fue la ecuación de corresponsabilidad?. El Estado se ocupa del avance social, la iniciativa privada se ocupa de la infra- estructura, siempre con el poder regulador del Estado que define el interés público. Por eso avanzamos mucho en infraestructura, porque encontramos esta ecuación de corresponsabilidad.
      Otra cosa importante en la ciudad, es la estructura de vida y trabajo. Porque la Ciudad no puede ser pensada sólo desde un punto de vista económico. Cuanto más se relacionen las soluciones urbanas, la renta, la edad, más humana serían las ciudades. Me encanta ver que aquí en Santiago se está ocupando el centro con la función que está faltando y que es la residencia, la vivienda. Cuando trabajábamos en Río, nuestra propuesta fue siempre hacer todas las funciones urbanas permitidas, porque la ciudad más lógica, que menos desperdicia, es la que relaciona más, mezcla más sus funciones urbanas. Por lo tanto, la ciudad es una estructura de vida y trabajo. Esto es verdad, porque todas las veces que en los países que se separó la actividad económica de los asentamientos humanos hubo la tragedia. No se puede separar la actividad económica sin pensar cómo vas a organizar los asentamientos humanos, en todas las ciudades que no se preocupan al mismo tiempo de esto están favoreciendo a tener problemas en el futuro.
      Yo quería también decir que me preguntaron una vez si yo podía decir, en dos palabras, qué es importante definir en la ciudad. Primero, tener una visión estratégica; segundo, garantías y accesibilidad a todos, al mayor número posible de ciudadanos; tercero, encontrar una ecuación de corresponsabilidad; más sobre todo, encontrar la manera de transformar la ciudad en una estructura de vida y trabajo, o sea, para dónde va la ciudad. Durante 30 años visité muchas ciudades, muchas estructuras de planeamiento de ciudades del mundo, algunos muy sofisticados. Yo hacía dos preguntas y no me sabían responder; ¿hacia dónde va la ciudad? y ¿de qué vive la gente?, muchas veces yo tenía la respuesta de un taxista, que decía la ciudad está creciendo por ahí y la gente vive en esto y de esto. Encontrar la respuesta por lo menos a estas dos preguntas para que la ciudad sea cada vez más una estructura de vida y trabajo juntos, es muy importante.
      Muchas veces las personas me preguntan ¿y al final Curitiba no tenía recursos? Es verdad, Curitiba no era una ciudad que pertenecía a un Estado económicamente fuerte. En aquella época no era, hoy es. ¿Cuál es el secreto de Curitiba?, y yo digo que el primer secreto es simplicidad, no tener miedo de hacer soluciones simples porque en el mundo entero se implantó una idea de que las ciudades son muy complejas. Hay otra cosa, el problema de una ciudad no es un problema vial de los especialistas de tráfico, ingenieros de tráfico. Si hay aquí un ingeniero de tráfico, que me disculpe porque yo creo que debiéramos expulsar los ingenieros de tráfico. No es porque no sean competen- tes, no es esto, sino porque la ciudad es una concepción de ciudad, no una consecuencia del tráfico. La solución de transporte de Curitiba toda fue hecha por gente que no es experta. Una vez el Director de Planificación del metro de París visitando Curitiba dijo, ¿sabe por qué el sistema no fue hecho por expertos? porque si hubiera sido hecho por expertos (el plan), llegarían a la conclusión de que no es viable. No quiero exagerar pero quiero decir que la concepción de la ciudad es importante, pero más importante es empezar a no querer tener todas las respuestas, porque nosotros tenemos una influencia muy grande de la metodología europea, de la metodología de países que no tienen rápido crecimiento. No es errada la metodología porque en ciudades inglesas o francesas no va haber mucho cambio, entonces proyectar la situación existente es lógico, pero intentar de proyectar la situación existente en Sao Paulo es proyectar la tragedia.
     Nosotros tenemos la posibilidad de hacer el cambio. La gran ventaja que existe en trabajar la ciudad es siempre como dar un tiro y que se pueda controlar la trayectoria. El dar el tiro es empezar y luego acompañar la trayectoria, porque yo he obser vado en muchos países y en muchas ciudades americanas y europeas un miedo de no arriesgar. Esas ciudades están perdiendo la creatividad por- que quieren todas las respuestas antes, y no se puede tener todas las respuestas antes. Podríamos escribir un tratado de cómo nadar o cómo manejar un coche, pero vamos a tratar de no escribir un tratado antes de empezar. Ese es uno de los secretos de Curitiba. El otro es, si se empieza, la posibilidad de sinergia es muy grande: la solución de transporte ayuda a la solución de la vivienda, la vivienda ayuda a la solución del problema cultural, la solución de la recuperación histórica de la ciudad ayuda al problema de identidad, al problema de sentimiento de orgullo del Tercer o Cuarto Año Medio Historia y Ciencias Sociales Ministerio de Educación ciudadano con su ciudad, hay toda una sinergia. Resolver una ciudad es resolver un sueño colectivo. Cambiar una ciudad es cambiar un sueño colectivo. La verdad es que es tan difícil resolver un sueño individual, tantas son las diferencias entre las necesidades de uno, ambiciones de otro, ¿cómo será un sueño colectivo?. Para intentar resolver un sueño colectivo tenemos que encontrar una causa compartida, si la ciudad no se transforma en una causa compartida no se va a cambiar.
     Yo quería cerrar esta parte sobre la ciudad de Curitiba y decir que una vez, en un debate, me preguntaron cómo hacer para producir cambios. Era gente de todo el mundo, de diferentes sistemas de gobierno. Entonces, ¿cómo hacer para decir lo que hacer? pero yo dije aquel día que me permitieran pensar en voz alta: hacer acontecer es presentar un escenario, una idea, un proyecto, una propuesta que todos o la gran mayoría entienda como deseable y todos juntos ayuden al propósito. Esto es funda- mental en la vida de una ciudad para que las ciudades se transformen en un sueño colectivo. Yo tengo la certeza que aquí en esta platea con participantes de tan gran nivel, estamos frente a personas que son capaces de provocar el cambio como una causa compartida como un sueño colectivo.
Muchas gracias.

DOCUMENTO B
CIUDADES MEDIANAS Y ASPECTOS DE LA SUSTENTABILIDAD URBANA  EN LA REGIÓN ANDINA
(Cristoph Stadel, En: Revista Espacio y Desarrollo, Pontificia Universidad Católica del Perú, N 12, 2000, págs. 25-44)
   Resumen
   Considerando la creciente importancia y las altas tasas de crecimiento de muchas ciudades media- nas en América Latina, el enfoque de la investigación sobre aspectos de sustentabilidad en ciudades no primarias resulta ser de suma importancia. En los últimos dos años un grupo de investigadores de América Latina y Europa ha estudiado dentro de marco de dos proyectos de investigación de la Unión Europea (programa ALFA) padrones de crecimiento y opciones para una sustentabilidad urbana de un número selecto de ciudades en países andinos.
   El objetivo de este artículo es presentar una introducción tanto al papel como a las posibilidades y limitaciones de ciudades medianas, así como discutir el concepto de un desarrollo sustentable en los Andes tropicales y proponer un marco conceptual para el estudio de la sustentabilidad urbana en América Latina. Resumido en un cuadro se establecen las condiciones básicas para la sustentabilidad urbana, sus mayores objetivos, así como un número de estrategias específicas para su implementación.
    Dado que las ciudades están estrechamente ligadas a su respectivo hinterland un modelo con- ceptual resume los diferentes factores y parámetros espaciales de una región sustentable, así como sus relaciones con unidades espaciales mayores.
   Un segundo modelo conceptual se refiere a las dimensiones temporales y espaciales de la sustentabilidad urbana y a su importancia para el medio ambiente natural, la economía, el individuo y la sociedad.
    Finalmente se presentan, en forma de un modelo, las diferentes etapas necesarias para lograr la sustentabilidad urbana junto con los cinco aspectos más importantes: sustentabilidad ecológica, cultural, económica, social y política.
Introducción
     No es posible ignorar el impacto de las ciudades latinoamericanas sobre el ambiente natural y humano y sobre la existencia de las poblaciones urbanas y rurales. Dentro de un contexto regional, nacional e internacional, las ciudades tienen un papel complejo y fundamentalmente ambivalente.
     En la discusión de los problemas que atañen a la sustentabilidad urbana en el contexto espacial de la América Latina es imprescindible tener en cuenta que en la mayoría de los países un 70 % de la población está concentrada en las zonas urbanas y que las ciudades afectan una proporción de la población considerablemente elevada. Por todo aquello nos preguntamos cómo las zonas urbanas podrían tener un papel constructivo para mejorar la existencia de las poblaciones latinoamericanas y para proteger y restaurar la calidad medio-ambiental. Como las ciudades no metropolitanas en la América Latina ganan rápidamente en importancia en el sistema de poblaciones debido al crecimiento rápido y a su rol funcional más amplio, es necesario, dentro del marco regional, nacional e internacional, que los círculos académicos y profesionales tomen en serio los aspectos de crecimiento urbano, de la sustentabilidad y del desarrollo.
     Particularmente es necesario determinar si estos centros no metropolitanos -con un cierto retraso temporal y de intensidad están siguiendo el modelo de las ciudades metropolitanas o si ofrecen alternativas de crecimiento y desarrollo, y un potencial para un medio ambiente más sustentable y una mejor calidad de vida urbana.
     Considerando la importancia y los potenciales recién reconocidos de los centros no metropolitanos, durante los dos años pasados, el autor ha conducido la coordinación del programa internacional de investigación ALFA-GEORED I y II apoyados en gran parte por la Comisión Europea. Este programa trata de los procesos de crecimiento, de las estructuras urbanas y los aspectos de la sustentabilidad urbana de ciudades medianas en los países Andinos. Participaron en una red de investigación las universidades de Austria (Salzburg e Innsbruck), de Alemania (Marburg), de España (Barcelona y Salamanca) así como instituciones de Colombia (Manizales), Ecuador (Quito), Perú (Lima) y Chile (Santiago, Valdivia, Temuco). En una serie de talleres en Lima, Manizales, Valdivia, Salzburg, e Innsbruck, los participantes se concentraron en el estudio de las ciudades de Manizales (Colombia), Cuenca (Ecuador), Cajamarca (Perú), y Valdivia, Puerto Montt, y Temuco (Chile) para examinar las dimensiones, los parámetros, los potenciales y las limitaciones de la sustentabilidad urbana.

El rol de las ciudades medianas en la América Latina
     Las ciudades medianas se hacen más y más importantes en el sistema de los asentamientos huma- nos debido a su crecimiento rápido que está relacionado con las tendencias demográficas y urbanas. De la misma manera, el dinamismo de estos centros depende de los cambios en las estrategias utilizadas para localizar las actividades económicas en un ámbito abierto y competitivo. Ocurre que a pesar de las ventajas que tienen los grandes mercados urbanos en relación al tamaño y la concentración de las transacciones económicas que favorecen la localización en los grandes centros, la proximidad de la marco de obra, del capital y de la tecnología- este nuevo ámbito económico abierto puede implicar que otras locaciones también pueden ser oportunas si tienen a su disposición nuevas tecnologías que faciliten los procesos de producción segmentada y descentralizada; es decir, que las ciudades se especialicen económicamente. Además, la importancia del mercado como un factor en la determinación de la distribución de los recursos económicos ha disminuido en casi todos los países. En este contexto, la proximidad de centros donde se toman las decisiones políticas entra en el plan cuando se trata de escoger la locación apropiada para las actividades de producción. Resulta que en algunos casos las ciudades medianas ofrecen más ventajas para la localización de negocios que las capitales nacionales debido a su proximidad a los recursos de materias primarias o los productos básicos, a los corredores supranacionales o a grandes aglomeraciones metropolitanas.
    Debido a su crecimiento vigoroso, algunas de las ciudades medianas están sufriendo de una deficiencia muy marcada en el área de la administración urbana, infraestructura y viviendas lo que significa que los niveles de productividad, capital y sustentabilidad medio ambiental parecen aún menos favorables que en el caso general de los grandes centros. En consideración de esta situación, se han desarrollado varias iniciativas durante esta década para fomentar un desarrollo sustentable en los centros urbanos medianos.
     En un documento sobre las “Ciudades Intermedias y Calidad de Vida. Conceptos
Básicos” (1995) publicado por un equipo de científicos de la Universidad de
Bío-Bío, Chile, se da un núme- ro de definiciones y características de las ciudades intermedias, el más detallado por Bueno (1989):
•   Interacción constante y duradera con su espacio regional, así como las aglomeraciones urbanas de jerarquía superior.
•   Tamaño demográfico y funcional suficiente para poder ofrecer bienes y ser vicios al espacio mi- cro-regional al cual está ligado.
•   Capacidad para recibir migrantes de ciudades menores, ofreciéndoles oportunidad de trabajo y funcionando, a la vez, como puntos de interrupción del movimiento migratorio en dirección a las grandes ciudades saturadas.
•   Condiciones para el establecimiento de relaciones dinámicas con el espacio rural micro-regional que las envuelve.
•   Diferenciación del espacio intra-urbano con un centro funcional individualizado y una periferia dinámica envolvente.
•   Surgimiento, evidentemente en menor escala, de ciertos problemas semejantes a las grandes ciudades.
     Dentro de la misma publicación, comparando a los grandes centros, se da una lista de ventajas y desventajas relativas de las ciudades intermedias. Las ventajas son las siguientes:
1. Escala apropiada para la participación en los asuntos comunicatorios.
2. Mejores condiciones físicas en cuanto a su calidad de vida.
3. Una más adecuada escala humana para los recorridos diarios y distancias centro-periferia.
4. Mejor equilibrio. Presupuesto, y tiempo de viajes cotidianos.
5. Una más, fácil accesibilidad al campo como lugar de recreación.
6. Menor contaminación del aire y menor nivel de ruido.
En cambio figuran las siguientes desventajas:
1. Escasez de amenidades.
2. Poca diversidad económica en general. Tanto para la inversión como para el consumo.
3. La juventud tiende a emigrar a las grandes ciudades.
4. Carácter cerrado de la sociedad frente a la innovación positiva.
5. Estrechez del mercado laboral.
6. Hipersensibilidad a lo conyuntural económico.
7. Frecuente dependencia exagerada de un monocultivo o de una sola rama de la industria.
8. Menos opciones para elegir profesionales.
9. Menor movilidad social vertical.
10. Susceptibilidad al impacto de obras públicas y/o masivas.
     Para el proyecto ALFA-GEORED sobre las ciudades medianas en los países Andinos. los investigadores han establecido los criterios siguientes para caracterizar y clasificar estas ciudades:
•   Tamaño de la población.
•   Crecimiento de la población y expansión del espacio de la zona urbana.
•   Tamaño de la periferia urbana y su crecimiento demográfico y económico.
•   Rol funcional como centro regional de servicios y especialización funcional.
•   Rol en el transporte regional e interregional, y en el área de comunicación.
•   Posición dentro la jerarquía de la red urbana regional y nacional.
     Dentro del marco del Proyecto GEORED, el equipo de investigación ha formulado las hipótesis siguientes que se examinarán por la investigación empírica de los estudios de centros urbanos seleccionados:
•   Ciudades medianas mantienen su identidad cultural (‘‘patrimonio urbano’’).
•   Ciudades medianas se identifican por sus potenciales locales y regionales, y sus problemas específicos.
•   Ciudades medianas no están tan afectadas por los fenómenos de la
“superurbanización” que los grandes centros urbanos.
•   Ciudades medianas tienen un buen potencial para conservar y restaurar el medio ambiente.
•   Ciudades medianas tienen un buen potencial para llegar a los objetivos de la sustentabilidad urbana y para establecer los planes y estrategias necesarias para su realización.
         Desarrollo sustentable en los Andes Tropicales
        Desde la publicación del informe de la Comisión Brundtland “Our Common Future” (1987), el término ‘‘desarrollo sustentable’’ se puso de moda entre los científicos, políticos, expertos de desarrollo y aún los economistas. Como este término viene siendo usado por diferentes personas y agencias para justificar sus objetivos, programas y estrategias, existe muy poca unanimidad en su interpretación. En el Brundtland Report, la Comisión Mundial del Medio    Ambiente y Desarrollo (World Commission on Environment and Development) articula una definición de “desarrollo sustenta- ble” significando un esfuerzo para resolver los problemas corrientes de la gente de una forma que no perjudique las capacidades de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades por sus inicia- tivas propias. En esta definición se supone que los sistemas de valores sociales y culturales así como la productividad económica y el consumo se desarrollarán dentro del marco de los parámetros eco- lógicos, culturales y económicos sustentables. Sin embargo, esta definición universal y generalizada  ha sido la causa para una multitud de discusiones sobre las prioridades del desarrollo, por ejemplo,
     ¿Cuáles son los sectores y grupos de la población a desarrollar? ¿Cuál es el período apropiado en que se debe realizar este desarrollo? ¿el desarrollo se debe realizar por adentro o debe iniciarse por influencias de afuera? ¿Ciertas iniciativas de desarrollo son deseables o no? o ¿es preferible mantener el statusquo ecológico, cultural o económico?
      Para los defensores del concepto de crecimiento económico continuo, el desarrollo sustentable significa la continuidad y el fomento de un progreso económico universal realizado en base a cono- cimientos ecológicos profundizados y una organización efectiva. Sin embargo, Barbier (1987) y muchas organizaciones no-gubernamentales identifican el desarrollo económico sustentable intrínseco con los esfuerzos para mejorar las condiciones materiales de vida de los pobres y marginalizados, trabajando en los niveles básicos.
           Para Bandyopadhyay (1992:301-302) significa:
Sustainability needs to be defined in terms of the continued welfare of all. Sustainability becomes meanin- gless when survival is under threat. Accordingly, the nature of socio-economic transformations, unequal access to resources, and localization of growth resulting in a threat to the survival of people in the hinter- lands are all factors contributing to unsustainability in some form or the other. The root of insustainability may be a better starting point than simply the meaning of sustainable development. To locate the roots of unsustainability, it will be important to listen to the South.
         Otros mantienen que una integración autentica de parámetros ecológicos en las decisiones políticas a los niveles locales, regionales, nacionales e internacionales (niveles micro o macro?) es de mayor importancia. Según Redclift (1987), el desarrollo sustentable propone satisfacer las necesidades básicas de la gente, manteniendo al mismo tiempo el crecimiento económico, conservando el capital natural, o bien alcanzando estos tres objetivos al mismo tiempo.
Escuchando las voces del Sur y considerando las condiciones locales del medio ambiente, se ha establecido el concepto de que los valores sociales y la manera de ser de las poblaciones indígenas, así como los recursos familiares considerados “como patrimonio de una generación a la otra” (Davidson y Dence 1988) forman unos elementos fundamentales para el desarrollo sustentable. Desde los años 1970, los actores profesionales del desarrollo han expresado su preocupación por las dimensiones del crecimiento económico y su distribución en relación con el mejoramiento de las condiciones sociales. Debido a estas preocupaciones se han implementado nuevos conceptos de desarrollo conocidos bajo los términos: community development (desarrollo integral de comunidades), integrated rural development (desarrollo integral rural) y basic needs perspective (perspectiva de necesidades básicas). La implementación de estas formas del dasarrollo debe hacerse en la base, es decir en las comunidades locales y las instituciones democráticas e inspirarse en la filosofía de la participación directa de los beneficios del desarrollo en la identificación, el orden de prioridad y la solución de problemas. El objetivo de estas iniciativas de desarrollo fue de apartarse de la asistencia financiera a los pobres implementada de una manera “desde arriba hacia abajo” (“paternalismo”). Debido a estas formas de asistencia se ha observado una tendencia a espectar la satisfacción continua, gratuita y sin esfuerzos, de las necesidades con los bienes materiales y servicios requeridos, generando una mentalidad de dependencia pasiva de la parte de las poblaciones locales (“Clientelismo”).
En la base de las nuevas prácticas del desarrollo integral de la comunidad se encuentran los criterios como el valor de los individuos, de la familia y de la comunidad como miembros responsables y participantes de la sociedad. El propósito de estas prácticas es facilitar comunidades estables e independientes caracterizadas por una sensibilidad para las necesidades sociales y económicas en su orden de prioridades. Además, se enfoca en la importancia de la participación local y la movilización de los recursos materiales y humanos locales a todos los niveles del proceso de desarrollo. De manera creciente, se reconoce que:
Despite their poverty, poor people possess substantial resources, knowledge, and understanding of their circumstances, the will and persistence to make things better, and a capacity to organize and mount collec- tive action.
La intención de estas estrategias es animar a las poblaciones locales y fortalecer las relaciones co- munales. Las comunidades locales se ven incentivadas a participar eficientemente en los esfuerzos del desarrollo y los beneficios del mismo, y a instalar los mecanismos necesarios para asegurar la sustentabilidad del esfuerzo de desarrollo.
En general, se reconoce que el desarrollo sustentable en los Andes tropicales debe implementarse de una forma que sirva, de una parte, a mejorar las condiciones de los pobres y por otra, a proteger y restaurar un medio ambiente muy frágil. Frente a la marginalidad extensiva de las regiones andinas rurales y urbanas, el desarrollo sustentable no debe identificarse con el fomento de una explotación sin control de los recursos andinos para estimular las economías nacionales e internacionales que al mismo tiempo excluye a la mayoría de las poblaciones locales de los beneficios económicos y dejándolas con el patrimonio de un medio ambiente en degradación y unos sistemas sociales perjudicados. Es indispensable, por razones morales, sociales y económicas, que el desarrollo sustentable sea aplicado en las regiones amenazadas por su ecología y económicamente subdesarrolladas, así como en los barrios urbanos, incluyendo las poblaciones marginadas y ‘silenciosas’ cuya vida diaria no califica el término sustentable de ninguna manera.
             Considerando que las condiciones ecológicas, las tradiciones culturales, las estructuras socia- les, los recursos y el potencial económico están tan diversificados en la región andina, deben incluirse en el proceso de desarrollo consideraciones relativas a la situación del medio ambiente local, las experiencias, las necesidades y prioridades de la población indígena: todo esto apoyado, de una manera eficaz, por una base sustentable.
El concepto de la sustentabilidad urbana
        En comparación con la temática del medio ambiente, de las áreas protegidas, de la agricultura y de la silvicultura, el concepto de la sustentabilidad a enfocado menos a las áreas urbanas a pesar de que “most of the creative ideas and initiatives which now focus on sutainability are also urban in origin” (Stren 1992:1) En un modelo de los factores esenciales para un desarrollo regional y sustentable (figura 1) que se han verificado ulteriormente en la región de Cuiabá, Mato Grosso en Brasil Coy (1997) utiliza el con- cepto de sustentabilidad de una región aplicándolo al medio ambiente natural, el espacio económico, el espacio cultural y social, y el espacio social y político. El desarrollo regional y sustentable está afectado por factores endógenos potenciales y limitaciones, así como por ciertos procesos exógenos y estructuras establecidas por los sistemas nacionales o bien dependientes de influencias globales. En otro modelo, Coy (1997, modificado por Stadel) ilustra la dimensión temporal y espacial de la sustentabilidad urbana
          En un tiempo quiere asegurar un medio ambiente sano y una calidad de vida decente “para las generaciones a venir”. Además involucra una dimensión retrospectiva en un esfuerzo de mantener y restaurar los valores tradicionales de la ecología urbana y proteger o revitalizar el patrimonio urbano, que son elementos esenciales para fortalecer la identidad local y el respeto en los valores de la población. En el concepto de la sustentabilidad urbana también está involucrada una dimensión espacial cuando se precisa, a varios niveles, si existe la sustentabilidad o no, desde el nivel local de las comunidades y los barrios, hasta los niveles internacionales de las redes de comunicación urbanas.
      Sustentabilidad también es un concepto y un objetivo para las cuatro categorías mayores que suelen beneficiarse del desarrollo: la familia, la sociedad, el medio ambiente y la economía. Es eviden- te que existe una multitud de relaciones entre estas categorías. La sustentabilidad involucra los mayores elementos de la protección y restauración del medio ambiente, la sustentabilidad cultural y social, la sustentabilidad económica y la sustentabilidad política. En un modelo realizado por Stadel (1999) figuran estos elementos así como las etapas necesarias para implementar la sustentabilidad urbana (figura 3). La concientización y la capacitación, y muchas veces un cambio en las actitudes de la población urbana, así como en los actores exteriores, se consideran como requisitos indispensables para las estrategias y acciones hacia la sustentabilidad urbana. Para alcanzar este objetivo es necesario que todas las partes de la población urbana por un proceso de participación, empoderamiento y una autonomía mayor puedan desarrollar un sentido del lugar y respecto (sense of place y pride) e identificarse con su ciudad. También es necesario que las responsabilidades comunes, (shared responsibility), dirección y buen gobierno (stewardship y good governance) no sólo sean principios de las políticas y la administración urbanas, sino también una realidad aceptable e implementada por todos.
     La mayoría de los autores latino-americanos sostiene que la sustentabilidad debe dirigirse primeramente hacia las necesidades y aspiraciones de los pobres en los centros urbanos, de la gente marginada y discriminada. El supuesto es que se alcanzará unas formas sociales de desarrollo más justas. De esta manera, el objetivo primordial para alcanzar la sustentabilidad para la América Latina será elevar los niveles aceptables para satisfacer las necesidades materiales y el nivel y la calidad de vida de las poblaciones actuales y las generaciones futuras. En  el documento “Metodología Básica para detectar Calidad de Vida en Ciudades Intermedias” (1995) publicado por un equipo de investigadores de la Universidad del Bío-Bío en Chile, “ Calidad de Vida” se define de la manera siguiente: Calidad de Vida involucra la satisfacción de necesidades del ser humano. Sus satisfacciones tienen una perspectiva espacial y ambiental, de tal manera que para alcanzar la satisfacción de éstas, se involucra el medio físico y humano en un tiempo dado. Las necesidades de la población son por lo tanto graduales en el tiempo y en el espacio, lo que significa que para elevar el nivel de un satisfactor, requiere alcanzar otro satisfactor generándose así una cadena conducente a mejorar la Calidad de vida. Olave Farías, Bodini Cruz-Carrera y González González, (1995:13)
Según el estudio, ‘la Calidad de Vida’ involucra las siete dimensiones siguientes, exploradas mediante una gran variedad de parámetros mensurables:
•   Dimensión Natural
•   Dimensión Social
•   Dimensión Económica
•   Dimensión Recreación y Amenidades
•   Dimensión Comunicaciones
•   Dimensión Equipamiento Comunitario
•   Dimensión Perceptiva
             Debido al crecimiento explosivo de un número de ciudades latino-americanas, en muchos casos se ha llegado al límite de las capacidades para resolver los problemas ecológicos, económicos, sociales y políticos de las ciudades y su periferia, y en algunos casos este límite ha sido sobrepasado. Di Pace et. Al. (1995) hablan de cuatro “lecciones” a aprender del estudio de las ciudades latino-americanas:
First. Uncontrolled urbanization without the minimum investments required is the major cause of the degra- dation in human environments. Second, economic factors linked with urbanization have a devastating impact in the ecosystems that surround cities. Third, the environments where the poor live and must receive a high priority, since they ones that suffer most the effect of degradation processes that affect Latin America’s cities. Finally, a series of unused or misused resources can be mobilized to face these problems-among them, the full participation of community organizations. Di Pace et. al. (1995:205)
          Para la implementación de los objetivos de la sustentabilidad para todos los segmentos de la población urbana, parece imprescindible fortalecer el sistema político y administrativo y posiblemente crear un concepto nuevo para estos sistemas y gradualmente llegar a un equilibrio y a una mayor justicia en los aspectos políticos y sociales. Este proceso también debe involucrar las diferentes necesidades y aspiraciones culturales y sociales. No es posible realizar estos objetivos sin estimular las oportunidades para unas formas más efectivas de la participación también en el proceso de las decisiones de la población y las comunidades al nivel básico de los grupos de auto ayuda y las organizaciones de los barrios. Sin embargo, los objetivos y estrategias al nivel local suelen imple- mentarse en armonía con la planificación y los programas formulados por la ciudad,o a un nivel regional, para resolver los mayores problemas del medio ambiente; y, al mismo tiempo, responder a los problemas económicos y sociales de la ciudad y sus alrededores.
       En el documento “Sustainability Development of Human Settlements: Achievements and Cha- llenges in Housing and Urban policy in Latin America and the Caribbean” (1998) publicado por las Naciones Unidas, se ha formulado un plan de acción para los asentamientos humanos, con la finalidad de lograr un desarrollo sustentable, que involucra los cinco siguientes objetivos:
•   Alcanzar mayor justicia social y mejorar las condiciones de los pobres urbanos.
•   Un crecimiento de la productividad de las poblaciones.
•   Mejorar el medio ambiente urbano.
•   Mejorar el buen gobierno y la participación.
•   Realizar una mayor eficiencia en las estrategias y la implementación. Mac Donald et. Al. ( 1998:9). 
Conclusión
Durante las dos últimas décadas, las áreas urbanas de la América Latina han tenido un crecimiento enorme de sus poblaciones, una gran expansión de su espacio y se han transformado en el hábitat de la mayoría de las poblaciones nacionales. Durante los últimos años, también muchas ciudades me- dianas, por una variedad de razones, han asistido a una verdadera explosión demográfica. La cuestión fundamental es determinar si acaso estas ciudades medianas están simplemente siguiendo el mode- lo de desarrollo y de supra-urbanización de los grandes centros urbanos, o si acaso pueden ofrecer alternativas urbanas adecuadas para los países y regiones respectivos.
En este sentido, el concepto de la sustentabilidad, con sus múltiples dimensiones sería capaz de ofrecer a estas áreas urbanas una serie de objetivos que involucran un potencial para la protección de los ecosistemas de las regiones, la posibilidad para obtener una calidad de vida decente, individual como colectiva, para sus habitantes, y un buen gobierno urbano. Todo esto podría crear un sentido de identidad (sence of place) en la población local, respeto hacia la identidad específica de la ciudad y una actitud comunitaria de responsabilidad para la creación de un porvenir urbano común:
There is an alternative urban future, within each city, where government policies become rooted in ma- king the best use of local skills, knowledge, culture and resources. This failure of government to support and help coordinate the actions of these people represents an enormous loss in what both government and these people can achieve. Cairncross, Hardoy y Satterthwaite (1990:236).

Figura 1: Factores determinantes hacia un desarrollo regional sustentable. Fuente: Coy 1997 (modificado y traducido por STADEL 1999).(Esquema)


Influencias a Nivel Global
Nivel Nacional
Nivel Regional
Espacio Económico
• Sistemas de producción, potencial económico
• Relaciones funcionales, Intercambios
• Infraestructuras económicas
Espacio Societal Político
• Sistemas políticos, actores políticos
• Organizaciones de la sociedad,’’stewardship‘‘
• Instituciones sociales y políticas
Redes Regionales Cooperación Infraestructuras Servicios
Potenciales Internos
REGIÓN
Vulnerabilidad, Problemas
Internos Autonomía, Empoderamiento
Recursos Naturales y Humanos
Espacio Cultural Social
• Patrimonio cultural
• Identidad regional y cultural
• Aspectos demográficos sociales
Ambiente Natural
• Factores geográficos
• Recursos
• Riesgos

Figura 2: Dimensiones de la sustentabilidad urbana. Fuente: Coy 1997 (modificado y traducido por STADEL 1999).(Esquema)

DIMENSIÓN ESPECIAL LA  ciudad
• Nivel Local (cuadra)
• Nivel de barrio
• Nivel de la ciudad
• Nivel de la región urbana
• Nivel regional y nacional
• Nivel internacional

Individuo / Familia
• Concientización/ Capacitación
• Responsabilidad
• Empoderamiento, Participación
• Garantizar las necesidades básicas

Sociedad
• Concientización
• Responsabilidad
• Empoderamiento, Autonomía local
• Justicia social y Equidad social
• Calidad de vida
• Mantenimiento de la cultura e identidad urbana

Sustentabilidad
Ambiente natural
• Protección ambiental y estabilidad
• Capacidad ambiental
• Protección y uso sustentable de recursos
• Rehabilitación ambiental

Economía
• Calidad y crecimiento cuantitativo
• Suficiencia y eficiencia
• Equidad social e intergeneracional
• Compatibilidad de la economía con valores culturales y sociales
Figura 3: Etapas hacia una sustentabilidad urbana. Fuente: STADEL 1999.
Cambio de Concientización

ACTORES INTERNOS ACTORES EXTERNOS
Capacitación/Cambio de actitudes
Estrategias y acciones sustentables al nivel individual y de las comunidades
Políticas urbanas sustentables
Políticas urbanas sustentables

SUSTENTABILIDAD URBANA
• Ambiente y ecología sustentable
• Tradiciones, valores culturales e identidad urbana
• Base económica y calidad de vida sustentables
• Condiciones sociales e infraestructuras sociales sustentables
• Procesos políticos estructuras políticas y manejo político sustentables

Las mujeres y los niños en la ciudad
DOCUMENTO A
EL TRABAJO DE LA MUJER
(Tomado de: Borja, J. Y Castells, M. Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Ed. Taurus, Madrid, 1997, p. 95-102)
Uno de los efectos sociales más importantes de la nueva economía informacional global es la entra- da masiva de la mujer en la población económicamente activa de todos los países, tanto en situación de asalariadas como de trabajadoras autónomas. Naturalmente, la mujer ha venido desempeñando tradicionalmente trabajo socialmente productivo, tanto en las tareas de la casa y el cuidado de los niños como en el cultivo de la tierra o en la ayuda a las actividades remuneradas del hombre/cabeza de familia. Lo nuevo es que, aún manteniendo la mayoría de las actividades mencionadas, la mayoría de las mujeres en casi todos los países industrializados
y una proporción que crece rápidamente en las economías urbanas de los países en vías de industrialización, se incorporan al mercado de trabajo, tal y como muestra la evolución de la tasa de actividad femenina para países seleccionados entre 1970 y 1994, así como la proporción de mujeres en la fuerza de trabajo, según los datos presentados en las tablas 1, 2 y 3.
Al añadir tareas remuneradas a las tareas domésticas, las mujeres, en todos los países, trabajan un número de horas superior al de los hombres: sobre un índice 100 de horas de trabajo masculino (pagado y no pagado), el índice femenino es de 127 para Italia, 111 para Francia, 112 para Colom- bia, 109 para Indonesia, 106 para Estados Unidos y 106 para Venezuela (UNDP, 1995).
Ahora bien, ¿cuál es la relación específica entre el nuevo tipo de economía y la masiva incorpo- ración de la mujer al trabajo remunerado? Por un lado, la globalización ha penetrado las economías de todos los países, desestructurando sectores tradicionales, comercializando modelos de vida y concentrando en grandes aglomeraciones urbanas una proporción de la población que muy pronto será mayoritaria (Satterthwaite, 1995). Pero es sobre todo la necesidad creciente de fuerza de traba- jo en la nueva economía informacional (desmintiendo las profecías sobre el paro estructural) la que ha requerido la movilización de la reserva de mano de obra que constituían las mujeres en todo el mundo. Cierto es que los cambios culturales en las mujeres de todo el mundo, en buena parte suscitados por movimientos feministas y de defensa de la mujer, han incrementado el deseo de autonomía de las mujeres, el cual, en nuestra época, pasa por un trabajo remunerado. Pero aún más importante que esta demanda de las mujeres, ha sido la oferta de trabajo por parte de empresas, administraciones y circuitos de producción y distribución. Ahora bien, ¿por qué la expansión del empleo ha tenido un cariz femenino en la nueva economía? Las interpretaciones de orden biológi- co, relativas al menor esfuerzo físico requerido en las economías de ser vicios, son pura ideología: la historia de la humanidad es la historia de agotadores trabajos agrícolas llevados a cabo por las mujeres de todo el mundo, al igual que la historia de la industrialización ha sido escrita en buena medida por las obreras de fábrica, salvo cuando sub-culturas masculinas (por ejemplo, los mineros) prohibieron a la mujer el acceso a la producción directa. No es la fuerza física ni la habilidad de sus manos, ni su facilidad para sonreír lo que ha determinado la condición laboral de la mujer. Lo que la ha convertido en un trabajador altamente deseable en la nueva economía informacional global es la posibilidad de prestar un ser vicio equivalente por menor salario y en condiciones laborales mu- cho más precarias que las de sus compañeros masculinos. Y ello, por una única razón: la discriminación existente en la sociedad, reproducida en las leyes y mantenida en los sindicatos de trabajadores de muchos países. Así, la tabla 4 indica las diferencias medias de salario de las mujeres con respecto a los hombres a mediados de la década de los noventa.

TABLA 1: Relación de la actividad económica de las mujeres, países seleccionados
(Índice: hombres = 100)
País                                    1970                   1994
Canadá                                   47                     63
EE:UU                                     53                     65
Francia                                    53                     64
España                                    22                     31
Italia                                         37                     44
Reino Unido                             51                     60
Japón                                       60                     64
Argentina                                 33                     38
Brasil                                        27                    38
Chile                                        27                     39
México                                     21                     37
Corea del Sur                          47                     52
Singapur                                  36                     58
Malaisia                                   45                     55
China                                       74                     81
Botswana                                 61                    49
Sudáfrica                                  47                    54
Namibia                                   28                     30
Zimbabwe                                56                     49
Kenia                                        70                    62
Zaire                                         65                    52
Estados Árabes                         12                   21
Este asiático                               73                  80
América Latina y Caribe             27                  37
Sur de Asia                                 35                  35
Sudeste asiático y pacífico         57                  56
África subsahariana                    65                  58
Países menos desarrollados      63                  57
              Fuente: V ickers, 1991.

TABLA 2: Porcentaje de mujeres como mano de obra
Región
Porcentaje
América del Nort      38 %               América Latina   24 %            Europa occidental 34 %    Asia 34 %
África 32 %                                                Oceanía   33 %

TABLA 3: Indice de actividad económica de las mujeres, 1994 (porcentaje de mujeres en trabajo remunerado)
Región                                 Porcentaje
Estados árabes                           18
Este asiático                                 69
América Latina y Caribe               30
Sur de Asia                                   29
Sudeste asiático y Pacífico           49
Africa subsahariana                      52
Unión Europea                              40
Países Nórdicos                            56
                            Fuente: UNPD, 1995

TABLA 4: Porcentaje de salario no agrícola de las mujeres en relación al de los hombres. Países seleccionados
País                                                     Porcentaje
Tanzania                                                   92,0
Vietnam                                                     91,5
Australia                                                    90,8
Suecia                                                       89,0      
Kenia                                                         84,7                 
Francia                                                      81,0
Italia                                                           80,0
Brasil                                                         76,0        
Alemania                                                   75,8
Estados Unidos                                         75,0
México                                                       75,0
Reino Unido                                               69,7
Tailandia                                                    68,2
Suiza                                                         67,6           
Canadá                                                      63,0       
China                                                         59,4
Corea del Sur                                             53,5
Bangladesh                                                42,0
Media                                                         74,9
             Fuente: UNPD, 1995.

          Pero aún hay algo más importante que el nivel de salario: la flexibilidad del trabajo. En una economía cambiante, con constantes interacciones globales, y entre lo local y lo global, las empresas, y los mer- cados de trabajo, han necesitado liberarse de las trabas de la legislación social conquistadas por las luchas obreras de la sociedad industrial. El trabajo a tiempo parcial, la subcontratación, el empleo temporal y los procesos de informalización de la economía son mecanismos esenciales del nuevo mo- delo de producción flexible. En Japón, por ejemplo, el mantenimiento del empleo de por vida en las grandes empresas concierne fundamentalmente a los hombres, mientras que el empleo femenino (un 49 por ciento de tasa de participación de la mujer en el trabajo) ocupa un mercado de trabajo secundario, generalmente precario y a tiempo parcial que proporciona a las empresas el colchón amortiguador en tiempo de crisis (Gelb y Lief Pillay,
1994). La documentada investigación de la OIT sobre el trabajo temporal y al tiempo parcial en las economías desarrolladas muestra que en dicha forma de relación laboral (la de mayor tasa de crecimiento en este fin de siglo) es predominante femenina (Bosch et al, 1994). En los países de nueva industrialización, el papel de la joven mano de obra feme- nina, sometida a la doble autoridad patriarcal de la empresa y la familia, ha sido decisivo para asegurar la competitividad de las multinacionales descentralizadas a dichos países (Rosa, 1994). La tabla 3.5 muestra la predominancia de mujeres en la fuerza de trabajo de las zonas procesadoras para la exportación de países seleccionados. La investigación de Beneria y Roldán (1987) sobre la contratación de mujeres en las empresas informales de México revelan las razones de dicha preferencia por parte de las empresas: los ingresos de la mujer se consideran complementarios; el trabajo temporal y a tiempo parcial aparece como norma; se considera que las mujeres tienen una actitud más sumisa, aceptan órdenes más fácilmente y tienen menor tendencia a sindicarse; además, las mujeres no se emborrachan como los hombres y tienen menor tasa de ausentismo. Sin embargo, la realidad es más compleja: al cabo de un tiempo, las mujeres reaccionan, luchan e imponen condiciones de trabajo, como muestran los trabajos de María Patricia Fernández Kelly sobre las industrias maquilladoras. Pero en la medida en que las empresas cuentan con una gran reserva de mano de obra femenina, su reclutamiento garan- tiza igual trabajo por menos salario y en condiciones más precarias que los hombres, hasta que, agotada una generación, se recurre a la siguiente.
En cuanto a los países en vías de desarrollo, las mujeres forman la mayor parte de la fuerza de trabajo de la economía informal urbana, la otra cara de la globalización, sector indispensable para asegura la vida de las ciudades en la mayor parte del mundo. Así, según la UNDP (1995), en Bolivia las mujeres representaban la mitad de los trabajadores del sector informal y sólo una cuarta parte del sector formal. Asimismo. En Congo y Zambia, dos tercios de los trabajadores de servicios informales son mujeres, y en Nigeria, el 94 por ciento de los vendedores callejeros. El citado estudio de Beneria y Roldán (1987) sobre Ciudad de México muestra la articulación del trabajo informal de la mujer con sec tores industriales modernos, incluyendo sectores exportadores, desde la confección y el textil, al empaquetado y a la producción de accesorios electrónicos. El ajuste estructural que sacude a numerosas economías en desarrollo ha agravado las condiciones de salario y trabajo de las mujeres, al tiempo que ha incrementado su ventaja comparativa con los hombres, desde el punto de vista de las empresas, por su mayor vulnerabilidad social. Así, en México, la renta de las mujeres en comparación con los hombres bajó del 71 por ciento en 1984 al 66 por ciento en 1992. Al mismo tiempo, el empeoramiento de condiciones de vida y el recorte de los servicios sociales han hecho aún más vital el papel de la mujer, tanto en su contribución al ingreso familiar como en la gestión cotidiana de la austeridad.
Así pues, los procesos de informalización y globalización de la economía, así como las políticas de reestructuración empresarial y ajuste macroeconómico, se han basado, en buena medida, en una incorporación masiva de la mujer al trabajo remunerado, en condiciones de discriminación, así como en el mantenimiento de la función múltiple de la mujer como productora y educadora de niños, gestora del hogar y agente de organización de la vida cotidiana, más importante que nunca en las condiciones del nuevo modelo de urbanización.

DOCUMENTO B      LA CIUDAD DE LOS NIÑOS
(Tomado de: Borja, J. Y Castells, M. Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Ed. Taurus, Madrid, 1997, p. 95-102)
            Los niños son responsabilidad tanto de los hombres como de las mujeres y, en último término, de la sociedad en su conjunto, que va creando, o destruyendo, su futuro a través del cuidado de ellos. Sin embargo, la división social del trabajo en el sistema patriarcal que caracteriza nuestras sociedades, hace que la procreación, cuidado y educación de los niños, formen parte esencial de la ciudad de las mujeres tal y como existe en la actualidad. Tanto más cuanto que la niñez urbana se encuentra en estos momentos en un punto crítico.
En efecto, la incorporación masiva de la mujer al trabajo remunerado y la consiguiente limitación de su disponibilidad para el cuidado de los niños no se ha acompañado salvo excepciones, por una mayor responsabilidad de los hombres en sus deberes parentales, ni por un reconocimiento de la sociedad de la necesidad de institucionalizar el cuidado de los niños, al menos en las economías de mercado. Las economías socialistas, que necesitaron la plena movilización de la fuerza de trabajo femenina, asumieron la socialización del cuidado de los niños, manteniendo al mismo tiempo la estructura familiar. En cambio, en la medida en que los mecanismos de mercado se han extendido a todo el mundo mediante el proceso de globalización y que se ha puesto en crisis el estado de bienestar por la igualación hacia debajo de las reglas de la competencia, los sistemas de guarderías infantil, escuelas y protección de la infancia han sido sometidos a fuerte presión en el conjunto del mundo. Natural- mente, la situación es aún más crítica para los niños pobres y para los niños de las grandes ciudades de los países en desarrollo. Un importante informe de la UNICEF sobre los niños urbanos publicado en 1994 constata un panorama preocupante: ‘‘Las actuales transformaciones sociales y las condiciones existentes en el mundo están creando una población de jóvenes relativamente poco sana, descorazona- da y perturbada, que están creciendo con problemas de adaptación social más severos que nunca. El deterioro social es crónico en las áreas urbanas del mundo en desarrollo. (…) Los niños urbanos tienen una probabilidad más alta ahora que en 1980 de nacer en la pobreza, de ser prematuros, de morir en su primer año de edad, de nacer con peso insuficiente, y de tener madres que no han recibido asistencia prenatal. También tienen una probabilidad más alta de tener unos padres parados o gravemente subempleados, de ver morir a sus padres o de que vayan a la cárcel, de vivir en una familia uniparental, de vivir en una vivienda deteriorada, de sufrir abusos físicos, de abandonar la escuela primaria, de no ir nunca a la escuela secundaria, y aún menos a la universidad. También tienen mayor probabilidad de trabajar en un ambiente explotador, de drogarse, de practicar la prostitución, de estar expuestos a la violencia callejera, y de sufrir conflictos armados’’ (Blanc, 1994, p. 2).
En Estados Unidos, desde los años sesenta, un niño de cada 5 vive en la pobreza, y la propor- ción sigue aumentando. La pobreza alcanza a casi la mitad de los niños negros (4,3 millones) y a un sexto de los niños blancos (8,1 millones). La mortalidad infantil en los barrios de minorías étnicas de Nueva York o Washington es igual o más alta que la de los países latinoamericanos. El número de madres solteras tienen una probabilidad de ser pobres 9 veces más alta que las mujeres jóvenes que viven solas sin niños (Blanc, 1994). Existe una relación directa entre pobreza, residencia en las áreas urbanas deterioradas de las grandes ciudades norteamericanas, abandono de la escuela, perte- nencia a pandillas, uso y tráfico de drogas y violencia, incluyendo violencia armada, cada vez más frecuente entre los adolescentes.
La combinación de crisis y reestructuración económica, urbanización acelerada y desintegración familiar ha creado un fenómeno masivo de trabajo infantil en el mundo, así como de millones de niños que viven en las calles, parcialmente o a tiempo completos. Aunque este distinto fenómenos no son equivalentes, juntos configuran un panorama de creciente infantilización de la pobreza urbana que constituye quizás la más flagrante negación de la noción de progreso en una economía global segregante. Así, el citado estudio de la UNICEF evalúa el
número de niños que viven por su cuenta en la calle de diversos países encuestados, en proporción de la muestra representativa de niños urbanos, en un 11 % en Filipinas, entre un 2 y un 16 % (según estimaciones dispares) en Brasil, en un 27 % en Nairobi, en un 10 % en México, en un 20 % en Honduras, etc. (Blanc, 1994, p. 324). 
Estos niños abandonan sus casas incapaces de soportar la situación de violencia y desinte- gración familiar, frecuentemente atraídos por amiguitos que ya están en la calle y constituyen su grupo de apoyo. Una vez en la calle, trabajan (incluyendo el ejercicio de la mendicidad), frecuente- mente aprovechando las basuras y como vendedores ambulantes, casi siempre por cuenta de adultos que los emplean. Están expuestos a toda clase de abusos, físicos, sexuales, de explotación económica, e incluso, en algunos casos, a cacerías humanas, como las que han tenido lugar en Bogotá y Río. Pero el fenómeno de los niños de la calle es mucho más amplio que el de los niños abandonados o escapados de sus hogares. Hay decenas de millones en todo el mundo que, aun viviendo con sus familias de forma más o menos regular, trabajan en la calle, llevando lo esencial de sus ganancias a sus familias, mediante el desempeño de una serie de tareas. El principal impacto de su presencia en las calles es su ausencia de la escuela, con la destrucción de recursos humanos que ello representa. Así, en la India, el 60 % de los niños urbanos encuestados nunca había asistido a la escuela; en Kenia, tres cuartas partes de los encuestados estaban fuera de la escuela y la mayoría habían dejado la escuela en el nivel primario; en Filipinas, la mitad no estaban en la escuela; en Brasil, tres cuartas parte estaban en la escuela, pero muy atrasados en sus estudios (Blanc, 1994, p. 330). Algunas categorías de niños están sometidos a condiciones particularmente duras. El informe de UNICEF cita en particular tres de ellos: los niños-trabajadores domésticos, que son mantenidos por familias de ingresos medios y altos en régimen de servidumbre, viviendo en la casa y sometidos a constantes demandas de servicios de todo tipo, a cambio de su super vivencia; los hijos de los trabajadores de la construcción que siguen a sus padres de trabajo en trabajo en distintas ciudades, viviendo con ellos, frecuentemente, en el lugar de la construcción; y la prostitución. La prostitución de niños es un fenómeno masivo y creciente en muchas ciudades de los países en desarrollo y, en algunos casos, como Bangkok y Manila, está organizada como una parte de circuitos turísticos especializados en el nuevo mercado global de bienes y ser vicios especializados. Más generalmente, la permanencia del trabajo infantil no regulado, tanto en empresas grandes como en empresas familiares y en los ser vi- cios de la economía informal urbana, alcanza proporciones en torno a los 100 millones de puestos de trabajo, si se toma un punto medio de las distantes estimaciones, y representa una marcha atrás con respecto a la legislación social alcanzada en las luchas obreras en el periodo de la primera industrialización (OIT, 1991). Una cuantificación del fenómeno en su nivel mínimo, realizada por la OIT, aparece en la tabla siguiente:
Participación de la mano de obra de niños entre 10-14 años
Región                           Porcentaje de niños                Cifras totales (miles)
Africa                                          22,0                                       16,681
América                                        7,9                                         4,723                                                       
Asia                                             15,3                                        49,287
Europa                                          0,3                                         90,0
Oceanía                                        6,9                                       148,0
Total Mundo                                13,7                                        70,929

                 Fuente: Grootaert y Kanbur, 1995.

              El conjunto de estas condiciones sociales en que vive la infancia urbana de buena parte del mundo se traduce en una serie de graves efectos físicos, psicológicos y sociales que resume el informe de la UNICEF.
Ahora bien, el problema principal para elaborar políticas urbanas que remedien la situación consiste en que no se puede legislar la pobreza. El trabajo de los niños urbanos es un elemento esencial en las estrategias de supervivencia de los pobres de muchas ciudades del mundo. Y la salida del hogar, el abandono de la escuela, los embarazos prematuros, la adicción a las drogas, alcohol o cola de pegar, la violencia de las pandillas son la consecuencia directa de la exposición prematura de seres aún más frágiles a la dureza cotidiana de nuestras ciudades.
Más allá de la pobreza, los niños de todas las condiciones sociales y en casi todos los contextos urbanos también ven su existencia ignorada con frecuencia en el diseño de las ciudades y en la organización de los servicios urbanos. Los estudios realizados en MIT y en Berkeley por el urbanista Michael Southworth sobre la ciudad de los niños, muestran la necesidad de autonomía de los niños en su uso de la ciudad, dentro, precisamente, de una red de protección. En ciudades en las que la movilidad se basa en el automóvil, niños y jóvenes están privados de la diversidad urbana, excepto en situaciones familiares controladas. Y los terrenos de juegos infantiles obedecen a módulos preconcebidos por burocracias y frecuentemente anticuados, sin conocimiento real de la psicología evolutiva de los niños y niñas en distintos momentos y en distintas sociedades. Cuando ciudades como Barcelona y París toman iniciativas en el desarrollo de actividades festivas callejeras o de espacios educativo-lúdicos pensados para niños, los ciudadanos sienten inmediatamente los efectos positivos de dichos ser vicios sobre la calidad de vida urbana en general. Un gesto simbólico fue la reapertura de Sarajevo a la vida urbana en la Navidad de 1995, protagonizada por una troupe de payasos y mimos de Barcelona que permitieron la recuperación de las sonrisas infantiles en las calles de la ciudad torturada por años de guerra.
Las ciudades han sido construidas a lo largo de la historia con escasa consideración de las necesidades específicas de los niños, y el urbanismo moderno, en general, apenas ha añadido algu- nos complementos simbólicos en forma de jardines urbanos y guarderías. Pero en el período reciente, la urbanización incontrolada ligada a la nueva economía global ha llevado aún más lejos la negación de la existencia urbana de los niños al forzar su inserción en el mundo productivo de los adultos en condiciones de servidumbre o al expulsarlos a la calle sin la protección necesaria para la condición infantil. En las clases medias urbanas la televisión es frecuentemente el principio cuidador de niños, en la medida en que la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar no ha sido reconocida socialmente por un desarrollo paralelo de servicios urbanos para la infancia. Así
la ciudad de los niños, como negación actual y como promesa futura, es uno de los retos más importantes que tienen planteados las ciudades de todo el mundo, con distintos problemas y diferentes niveles de dramatis- mo según los niveles de desarrollo y las condiciones familiares.

Problemas sociales en las ciudades

LAS CONDICIONES DE VIDA EN ÁREAS URBANAS (UNFPA, The State of World Population, 1996. )
                      Las condiciones de vida en las ciudades, sobre todo para los grupos más vulnerables, están mal documentadas o los datos son difíciles de obtener, y están subanalizados y poco utilizados. Hay una necesidad urgente de mejorar indicadores para medir la calidad de las vidas individuales.
Los problemas más serios en todos los sectores son experimentados por el urbano pobre. Es todavía difícil de evaluar la naturaleza y la seriedad de la pobreza urbana y sugerir soluciones espe- cíficas de política. Pero no es difícil concluir que es necesario otorgar más atención al problema. Mejores ser vicios básicos, educación y salud, con énfasis en igualdad de oportunidades para niñas y mujeres, mejorarán la ventaja competitiva del pobre urbano.

Pobreza urbana
Para todas las ventajas relativas de la vida en ciudad, la pobreza extendida ensombrece el futuro urbano. Preguntas difíciles permanecen acerca de la definición de pobreza, pero no puede ser nega- do que un número enorme de gente en las áreas urbanas no puede satisfacer adecuadamente sus necesidades básicas de vivienda, empleo, agua, saneamiento, salud (incluyendo la salud reproducti- va) y educación. Tal pobreza puede afectar un tercio de todos los habitantes urbanos directamente, pero sus efectos indirectos son sentidos por la sociedad entera. La capacidad de alcanzar el desafío de erradicar la pobreza extrema y satisfacer las necesidades básicas definirá y, en cierta medida determinará, la viabilidad de los centros urbanos y de las economías las que ellos cada vez más dominan. Una proporción grande de los más pobres son mujeres. En conjunto, las mujeres forman un recurso de gran tamaño y de importancia crucial. Su capacidad individual para proveerse a ellas mismas y a sus familias, determinará si el potencial de aquel recurso es realizado.
Existen varias estimaciones de la proporción de poblaciones urbanas que viven en la pobreza; aun- que son usadas definiciones diferentes. Una estimación global sugiere que el 27.7 % de la población urbana del mundo en desarrollo vive bajo el nivel de pobreza oficial. La variación regional es considera- ble: en África Sub-sahariana el 41 %; en Asia, el 23 %; en América Latina, el 26.5 %; y en el medio-oeste y al norte África, el 34.2 %. La pobreza urbana ha estado aumentando más rápido que la pobreza rural.
Según estudios nacionales más de la mitad la población de varias ciudades, en algunos de los países más pobres del mundo, viven debajo de la línea de pobreza oficial. Incluso esto puede estar subestimado: ya que las líneas oficiales de pobreza frecuentemente se ponen demasiado bajo, por debajo de niveles requeridos para satisfacer las necesidades básicas; y las definiciones basadas en el ingreso medio, por lo general no tienen en cuenta el costo mayor de vivir en ciudades. En 1990 ‘‘al menos 600 millones de habitantes urbanos en África, Asia y América Latina viven en casas y vecindades que amenazan su vida y salud, debido a la misma pobreza de las viviendas y de las condiciones de vida; y la provisión inadecuada de agua potable, y de saneamiento, drenaje, y retiro de basura, y de asistencia médica’’.
Algunos individuos y familias superan la pobreza, pero otras caen a ella. El status social, incluyendo la pobreza y las posiciones cercanas a la pobreza, no es estático sino dinámico. Los relativamente pobres comparten una vulnerabilidad particular a los choques de la vida: hasta las menores enfermedades y oportunidades perdidas pueden conducir a profundizar la pobreza y a la miseria. Muchos millones de personas nunca consiguen el acceso a las habilidades, recursos u oportunidades requeridas para escaparse del flagelo de la pobreza. Se conoce poco sobre la movilidad social hacia fuera de la pobreza en áreas rurales y urbanas.
Aunque la pobreza urbana tenga sus características especiales, los mismos factores estructurales son la base de la pobreza en ambas áreas urbanas y rurales. Vivienda
Mal alojamiento con servicios pobres o inexistentes es una característica de la pobreza, siendo los
‘‘sin casa’’ su expresión más extrema. La interrupción social, el desastre ambiental y los efectos de la mala planificación urbana, rápidamente pueden exponer la vulnerabilidad de los pobres. El espacio libre en las áreas urbanas tiende a estar sobre tierras marginales como laderas escarpadas, barrancos y cursos de agua. Las viviendas hechizas son poca protección contra el viento, la inundación o el derrumbamiento, como se mostró en dos ocasiones, muy seguidas, en 1995, cuando miles de casas pobres fueron destruidas por un huracán en el Caribe y tifones en Filipinas, y las casas mejor cons- truidas en terrenos más seguros resultaron relativamente intactas.
La evidencia de provisión inadecuada de infraestructura a los pobres es aplastante. En un estu- dio de ocho megaciudades, la Organización Internacional de Trabajo estimó las poblaciones pobres entre el 12 % (Seúl) y el 84 % (El Cairo) de las poblaciones (Otras ciudades eran: Shanghai, el 20 %, Ciudad de México, 25; Río de Janeiro, 34; Bombay, 57; y Lagos, 58.) Estudios nacionales en Asia muestran los grandes porcentajes de la población urbana que viven en asentamientos pobres: Bangladesh el 47 %; India, 36; Sri-Lanka, 21; Malasia, 15; Tailandia, 15; y Indonesia,
En Río de Janeiro, los residentes de la periferia tenían tres veces más probabilidades de carecer del acceso a la electricidad que los habitantes del centro de la ciudad. Las construcciones de la periferia carecían de agua potable ocho veces más que los edificios del centro; el 64 % de casas pobres en la periferia no tenían agua corriente adecuada en comparación con el 30 % de casas pobres en el distrito central. En la periferia 35 % carecía de alcantarillado y sólo el 14 % del área central. El número de profesionales de salud per cápita en la periferia era un tercio que el del centro. Mientras muchos aspectos de la infraestructura de Río mejoraron durante los años
1980, las comparaciones mostraron desventajas grandes para las poblaciones más pobres. Hacia el final de la década, más de un tercio del los pobres residen en viviendas que carecen de agua potable, mientras sólo uno octavo del sector no-pobre carece de agua. Casi un tercio de los pobres no tienen ser vicio de alcantarillado comparado a menos que un décimo de los nopobres. La mitad de los pobres viven en sectores donde no se recolecta la basura, comparado a un cuarto de los nopobres. Las pobres condiciones habitacionales afectan a la comunidad entera. Asentamientos atestados y mal ventilados son lugares de cría para las enfermedades infecciosas de todas las clases. El alojamiento inadecuado contribuye a la interrupción social; la violencia doméstica, el embarazo no deseado y las altas tasas de familias monoparentales son solo algunas de sus muchas consecuencias. Un nivel más alto de crimen violento y de consumo de drogas ilegales está asociado con el alojamiento pobre.
Las estimaciones de las personas sin hogar en los estados industriales del norte varían bastante. En los Estados Unidos, la gama de estimaciones va desde aproximadamente 250.000 a más de 3 millones de personas. A pesar de las redes sociales de seguridad, el europeo sin hogar es estimado de manera conservadora entre 2,5 y 5 millones de personas. Fuera de los países industrializados, las cifras son difíciles de obtener y se confunden con la naturaleza informal de muchos alojamientos: si se aplica la misma proporción que en los países industrializados los sin casa darían un número de 200 millones para el mundo menos desarrollado.
(El artículo desarrolla una serie de otros problemas de las ciudades tales como: trabajo, distri- bución del ingreso, violencia, acceso al poder, higiene, agua potable, salud, etc.).

Unidad 5: Territorio y sistema de ciudades
         En esta unidad se amplia la mirada hacia una visión sistémica de las ciudades. se explora las relaciones entre ciudades, la relación de la ciudad con el territorio circundante, y las relaciones urbano-rurales.
        Esta unidad se basa en el supuesto de que la ciudad no es una entidad aislada sino que por el contrario forma parte de un sistema de ciudades, a escala regional, nacional y actualmente incluso mundial.       Como parte de esos sistemas, la ciudad adopta un rol funcional de manera de obtener los mayores beneficios posibles. Existe una competencia entre las ciudades por ocupar posiciones dominantes, unas respecto a otras. Esta competencia origina jerarquías de ciudades: centros de importancia mundial o continental, capitales nacionales, capitales regionales, ciudades menores. La posición y la función de cada ciudad incide en su dinámica económica y demográfica, llevando a la formación de grandes aglomeraciones en algunos casos. Según la importancia que tiene una ciudad dentro del sistema es la influencia que ella ejerce sobre el territorio que la rodea, por eso se afirma que la ciudad organiza su territorio, su área de influencia, para fortalecer su rol dominante.
          Respecto a la relación urbano rural interesa que los alumnos y alumnas también se aproximen a ella desde una visión sistémica. No se trata ya de plantear una relación dicotómica y competitiva entre lo urbano y lo rural, que sea pro-urbe o anti-urbe. Lo que interesa es entender que son dos espacios en relación, siendo los flujos migratorios y económicos los vínculos más importantes entre ellos

     Contenidos
•   Las funciones urbanas y el rol regional de las ciudades. Las jerarquías urbanas: tamaño, funciones y base económica.
•   Las relaciones campo-ciudad: migraciones; dependencia alimentaria.
•   La expansión de la ciudad sobre los espacios rurales.
•   El mundo rural: la población rural y sus problemas. Importancia de la agricultura.
Discusión acerca de las tendencias futuras del mundo rural.
•   La formación de metrópolis y megalópolis. Ciudad y escala humana: pasajes, cités, condominios, plazas, barrios. Tendencias futuras.

Aprendizajes esperados
Los alumnos y alumnas:
1. Comprenden el papel que desempeñan las ciudades como organizadoras del territorio a través de áreas de influencia.
2. Conocen las características del medio rural y la importancia que sus actividades económicas tienen para la mantención de la sociedad.
3. Se hacen conscientes de las relaciones funcionales entre la ciudad y el medio rural.
4. Analizan críticamente las tendencias que están marcando las formas de vivir e interrelacionarse en las ciudades.
5. Aplican sus conocimientos para identificar las características o de una ciudad para los ciudadanos o una ciudad a escala humana.
6. Comprenden las tendencias de metropolización y formación de megaciudades.
7. Recuperan el concepto de globalización y lo relacionan con la estructuración de un sistema jerárquico mundial de ciudades y sus respectivas redes.

 Relaciones urbano rurales
 (Tomado de: UNCHS, The State of World cities 2000) “URBANO VERSUS RURAL” VERSUS “URBANO PLUS RURAL”
     En las últimas décadas se han observado diversas tendencias referidas a la relación urbano rural. Primero, la implementación de políticas de ajuste estructural, especialmente en Africa, han forzado a muchos hogares urbanos a buscar fuentes adicionales de comida e ingresos, incluyendo la agricultura urbana. Crecientemente hogares de ingresos medios y altos se involucran en actividades de agricultura urbana para complementar sus ingresos decrecientes. Segundo, la profundización de la pobreza urbana ocasionada por el ajuste estructural ha impulsado un proceso de “migración de retorno”, con personas volviendo a sus hogares rurales para sobrevivir. Tercero, las remesas urbanas al mundo rural han declinado, en tanto la capacidad de los hogares urbanos para importar comida para su propio consumo de sus parientes rurales es crecientemente dificultosa debido a los costos del transporte. Cuarto, en diversos países, grandes cantidades de trabajadores agrícolas temporales se emplean por la agro-industria, especialmente en la época de cosecha, dando origen a una diver- sificación de las fuentes de ingreso de los hogares urbanos más pobres. Esto, junto con la agricultura urbana está poniendo a prueba las definiciones tradicionales de “urbano” y “rural”, ya que tanto sus límites físicos como ocupacionales se están diluyendo crecientemente. Quinto, la globalización está creando nuevas formas de vinculación para los pueblos pequeños y las áreas rurales, usualmente llamadas la “metropolización de la economía mundial”. Una serie de redes horizontales y verticales entre los asentamientos están emergiendo, posibilitadas por los avances tecnológicos en la información y las comunicaciones.

ACTITUDES AMBIVALENTES
        Los argumentos pro-urbanos o pro-rurales han tenido una fuerte influencia en las estrategias de desarrollo. Entre las agencias de desarrollo internacionales, por ejemplo, las inversiones en las áreas rurales o urbanas se han considerado de modo excluyente y en competencia. Con frecuencia, las inversiones en las áreas rurales han perseguido reducir la migración del campo a la ciudad, en tanto las inversiones urbanas han sido interpretadas con sesgo urbano. Mientras algunas políticas buscan reducir las tasas de migración rural-urbano, otras políticas consideran tales políticas inútiles e incluso indeseables.
Las evidencias refuerzan el último punto de vista, ya que no hay antecdentes históricos que muestren políticas exitosas en inhibir la emigración del mundo rural al urbano. La urbanización es inevitable, y las políticas nacionales deben aprender a reconocer sus implicancias, absorber sus im- pactos y destacar sus beneficios. La paradoja de las políticas de desarrollo rural que han intentado aminorar la migración es que usualmente han logrado lo contrario. El aumento de la productividad genera un excedente de trabajadores rurales, asimismo como el mejoramiento de la educación de la fuerza de trabajo rural, la que ahora tiene los medios y la expectativa de buscar empleo en la ciudad.

PENSAR EN SISTEMAS
        En la última década se han sacado lecciones importantes para las políticas:
a) Más que tratar lo rural y lo urbano como espacios de desarrollo diferentes y en competencia, deben ser vistos como un todo, y se deben fomentar sus vínculos. Los flujos urbano rurales más importantes son económicos y demográficos, y las respuestas políticas que se concentran en la provisión de infraestructura, han sido frecuentemente inadecuadas para resolver los problemas estructurales de ambas. En tanto las políticas diseñadas para facilitar los flujos se preocupan tanto de la provisión de infraestructura como del fomento de redes jerárquicas que vinculen a los poblados pequeños y centros de servicios rurales.
b) En términos económicos, las áreas rurales y urbanas están relacionadas por el intercambio de productos procesados y no procesados, con ambas áreas actuando como mercados que interactúan. Estrechar estos vínculos requiere, en muchos países, descentralizar la urbanización a través de la promoción de ciudades medianas. Esto puede aumentar el acceso a los insumos agrícolas de los productos rurales y proveer al mismo tiempo la infraestructura de mercado necesaria. Las ciudades pequeñas también pueden ofrecer la infraestructura básica para incrementar la producción rural.
c) Sin embargo, las políticas regionales aisladas no tendrán éxito en transformar la vida de los pobres, ni tampoco para erradicar las inequidades urbano-rurales.
Las políticas espaciales, económicas regionales necesitan estar integradas en programas de desarrollo nacionales para disminuir la pobreza a través de diferentes estrategias sectoriales, tales como, redistribución de tierras, mejor acceso al crédito, a la salud y la educación, entre otras. Para reducir la pobreza y las inequidades, es necesario que las políticas sectoriales se dirijan a las principales causas de la pobreza, incluyendo: i) la falta de tierras y la inseguridad de la tenencia tanto rural como urbana; ii) los términos injustos del comercio entre las áreas urbanas y rurales; y, iii) la inseguridad del ingreso, generada principalmente por el desempleo y el subempleo en las áreas rurales y urbanas, y parcialmente, por la falta de diversificación de las fuentes de ingreso. d) Se debe otorgar mayor énfasis a los problemas relacionados con la urbanización, tal como las altas tasas de desempleo urbano, la presión por la infraestructura y los ser vicios urbanos, y las deficiencias laborales dentro de las áreas rurales. Sin embargo, la migración campo ciudad, frecuentemente, tiene impactos positivos, ya que los pueblos y ciudades adquieren un importante papel en la absorción del exceso de población de las regiones sobrepobladas y frágiles económicamente. Este es precisamente el papel que jugaron los pueblos y ciudades durante la Revolución Industrial europea, permitiendo la consolidación y el acercamiento de las unidades agrícolas que se encontraban fragmentadas y eran antes de esto inviables económicamente.
e) Más aún, la urbanización no es simplemente el crecimiento de las poblaciones residentes dentro de los límites legales y administrativos de las ciudades. también implica la transformación de los modos de vida rurales y urbanos. En el siglo XX, los mejoramientos tecnológicos, inicialmente en el transporte y más recientemente en la información y en las telecomunicaciones, han permitido a las personas residentes rurales urbanizarse sin migrar a las ciudades. Al crecer su acceso a la infraestructura y servicios modernos, normalmente asociados a las áreas urbanas, se reduce su dependencia de las ciudades para satisfacer sus necesidades económicas y sociales.
f ) Es crecientemente evidente que estrechar los vínculos urbano rurales requiere esfuerzos coordina- dos del sector público y del privado, capacitando a todos los actores para participar en el proceso de desarrollo. Esto implica cambios fundamentales de parte del Estado, incluyendo: la ampliación del rango de actores implicados en el mejoramiento de la infraestructura, a través de la formación de relaciones con organizaciones comunitarias de base, ONGs y el sector privado; aumentando la participación a través de la descentralización del gobierno y el
‘empoderamiento’ de las comunidades locales; y, estableciendo una coordinación más efectiva de los actores implicados.

DESDE LAS JERARQUÍAS A LAS REDES
Los vínculos urbano rurales necesitan ser comprendidos en el contexto de la urbanización global creciente. El estrechamiento de las relaciones determinarán las condiciones de vida de las personas tanto en las áreas rurales como urbanas.
Pueblos y ciudades están experimentando transformaciones económicas y espaciales significativas que es probable que se intensifiquen en las primeras décadas del nuevo milenio.
El impacto de la globalización en las ciudades pequeñas y aldeas es un hecho que debe ser analizado y deben formularse respuestas políticas adecuadas a ello. Está claro que se requieren políticas que fomenten las relaciones verticales y horizontales entre asentamientos en el nivel regional (intranacional), nacional e internacional, dirigidas a mejorar la competitividad de las regiones rurales y de los pueblos pequeños. Ya no es solo cuestión de cómo se integran a la economía nacional, sino de cómo se integran a la economía global además.

2.22 La formación de Metrópolis en América Latina
(Tomado de: Carrillo Estefa, Nabor. 2000).
Los sistemas de América Latina en el contexto de la metropolización. 
(Tesis para optar al grado de Magister en Economía y Gestión Regional. Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas. Universidad Austral de Chile. Valdivia).
Breve repaso histórico de la formación de las metrópolis latinoamericanas. Este repaso abarca desde el período pre-Colombino hasta el siglo XX.

1. PERÍODO PRE-COLOMBINO.
Las tres grandes culturas del período pre-Colombino (hasta el año 1500) eran la Azteca (Meso- américa), la Maya (Centroamérica) y la lnca (América del Sur). Estas tres culturas aprendieron a modificar la estructura física del territorio y aprovechar sus potencialidades. En efecto, según Ra- mírez (1990), la urbanización durante ese período estuvo asociada con la presencia de recursos naturales y humanos del mismo Continente sin ninguna influencia externa. Así, se construyeron
ciudades-templo de gran tamaño y jerarquía: Tenochtitlán en la cultura Azteca, 250 a 400 mil habitantes; Tikal en la Maya, 35 a 45 mil habitantes; y Cuzco en la lnca,
100 a 300 mil habitantes (Butterworth y Chance, 1981). Sin embargo, aunque queda como mera hipótesis, existe la sospecha de que entre estos grupos hubo comunicación e intercambio cultural. Esta situación se manifiesta a través de la arquitectura de sus centros ceremoniales (Hardoy, 1975).
Asimismo, tal como lo señalan Woytinsky y Woytinsky (1955), estas tres culturas construyeron caminos por los que era posible transportar pesados cargamentos y, a la vez, permitían la comunicación entre sus principales centros ceremoniales con otros sitios localizados a muchos kilómetros de distancia. A la postre, estos caminos fueron utilizados para facilitar la colonización española y lusitana.
En este contexto, Joseph Campillo de Cossio (Zavala, 1947), en su tratado Nuevo sistema de gobierno económico para la América, publicado en Madrid en 1887, demostraba que los nativos de estas tierras tenían notorias luces de talento y discurso y afirmaba que:
‘‘Manifiesta esto claramente las grandes poblaciones y ciudades que construyeron, los imperios tan poderosos que fundaron, su modo arreglado de vivir baxo ciertas leyes civiles y militares, tenien- do su género de culto de divinidad,- y aun ahora vemos que las artes y oficios los exercitaban a imitación de los más hábiles europeos, con gran destreza (... )’’. Tanto en Tenochtitlán como en Cuzco se encontraban asentados los poderes militares, sociales y religiosos. En ellos se presentaban ya elaborados y complejos sistemas de urbanización y concen- tración de actividades. Por ello, no es de extrañarse que cuando arribó Hernán Cortés a la capital azteca en 1519 le pareció tan grande como Córdoba o Castilla, las principales ciudades de la Coro- na Española en ese tiempo (Harris, 1975; Butterworth y Chance, 1981).

2. LA COLONIA.
     Una vez que Cristóbal Colón descubrió el Nuevo Mundo en 1492, tanto España como Portugal, a través de la Bula del Papa Alejandro VI de 1493, se repartieron las rutas de colonización. Esta Bula establecía la distribución de las rutas a partir de una línea recta imaginaria formada por las Islas Azores y Cabo Verde. Esta línea cortaba longitudinalmente desde el Ártico hasta la Antártica a 370 Leguas (1776 Km.) de dichas islas. Portugal colonizaría al Este de esta línea, mientras que España al Oeste ( Woytinsky y Woytinsky, 1955).
Entre 1540 y 1600 las estructuras espaciales de ocupación española y lusitana fueron introducidas en América. Estas estructuras sobrevivieron y sentaron las bases para el sistema de ciudades latino- americano de hoy; sin embargo, en aquel tiempo, el objetivo de la ocupación espacial era establecer rutas marítimas y terrestres con fines comerciales y militares que permitieran unir a las colonias con Europa, quedando latente la comunicación de las colonias entre sí mismas (Hardoy, 1975). En otras palabras, la urbanización que se verificó durante ese tiempo en la Región estuvo en función de las necesidades de las potencias coloniales.
Retomando los conceptos de Ramírez (1990):
‘‘Las ciudades estaban directamente unidas con las metrópolis a las cuales servían de intermediarias sin casi tener relaciones con el territorio, a no ser por funciones muy precisas, entre esas, recursos, impuestos, justicia’’.
De aquí que, como lo sugiere Maravall ( Véliz, 1984):
‘‘Las Indias fueron creadas desde la metrópoli europea como estructura centralizada por mentes políticas que contemplaban el Renacimiento desde Madrid, la capital imperial, llena de confianza tras grandes victorias militares y gobernada por un aparato de Estado burocrático y proyectado esmeradamente para impedir cualquier tipo de usurpaciones del poder central”.
Al respecto, como lo señalan Báhr y Mertins (1993), las ciudades que fundaron los españoles, y que posteriormente se transformarían en capitales y en metrópolis de los países latinoamericanos, cum- plían funciones militares, políticas y religiosas: Ciudad de México fundada en 1524, Lima en 1535, Bogotá en 1538, Santiago en 1541 y Buenos Aires en 1580. Por su parte, las ciudades fundadas por los portugueses tenían el objetivo de servir como puertos comerciales y bases para la navegación: Sao Paulo en 1554 y Río de Janeiro en 1555.
     Aunque la colonización lusitana, como lo señala Harris (1975), se llevó a cabo de forma distinta que la española  ya que se implantó un sistema de grandes propiedades de tierras donde no regía el control central y, como lo señala Landes (1998), los portugueses tenían el propósito de comerciar más que conquistar- en ambos tipos de colonización las ciudades principales se convirtieron en centros de organización y control. En este sentido, es distintivo que Buenos Aires, Río de Janeiro, Sao Paulo y el conglomerado Lima-Callao son ciudades fundadas sobre la costa (porteñas) y permitieron el flujo de mercancías de personas y de bienes entre el Nuevo y el Viejo Mundo, mientras que Ciudad de México, Bogotá y Santiago en aquel tiempo tenían el propósito de servir como bodegas y sitios de paso.
Es hasta 1573 que Felipe II, a través de las Ordenanzas de Descubrimiento y Población, reguló la fundación y el asentamiento humano de las ciudades coloniales en el Nuevo Mundo. A pesar de ello, a lo largo del tiempo los historiadores urbanos se han cuestionado si los colonizadores, antes de la promulga- ción de estas Ordenanzas, traían o no un plan para la ocupación territorial de la Amerindia (Butterworth y Chance, 1981; Hardoy, 1975; Harris, 1975; Morse, 1975; Ramírez,
1990; Schutz, 1996).
Como sea que haya ocurrido esa ocupación territorial, las perspectivas de colonización española se truncaron en 1588, una vez que la armada inglesa venció a la española. A partir de ese hecho, España tuvo que compartir el Norte del Continente con Gran Bretaña y con Francia.

3. LA INDEPENDENCIA Y LAS REPÚBLICAS.
           Después de la dominación europea, Latinoamérica tuvo un rápido crecimiento poblacional, al pasar de los 10 millones de habitantes en el año de las guerras de independencia a 22 millones de habitan- tes para mediados del siglo XIX. 
En la Tabla 1 se presentan los cambios que se verificaron en México, Argentina y Brasil.

TABLA 1. Dinámica de la población para México, Brasil y Argentina entre 1790 y 1880
                            Circa 1790 (miles)      Circa 1880 (miles)      Incremento porcentual
México                    5 000                                 9 000                                 80
Argentina                   300                                 1 700                                467
Brasil                       2 000                                8 000                               300
       Fuente: Elaboración propia sobre la base de Harris (1975).
     Una situación similar se observó al interior de sus ciudades principales (ver Tabla
2). Aunque los incrementos porcentuales en estas ciudades fueron mucho menores en comparación con las cifras de sus respectivos países, su número de habitantes, cuando menos para la Ciudad de México, a finales del siglo XVIII, se aproximó al de las grandes ciudades de aquellos años: Nueva York 79 mil, 
Barcelona 115 mil y Milán 135 mil habitantes (Harris, 1975).
TABLA 2. Habitantes en Ciudad de México, Buenos Aires y Río de Janeiro, 1790 y 1880
                               Circa 1790 (miles)      Circa 1880 (miles)      Incremento porcentual
Ciudad de México           130                          250                        92.30
Buenos Aires                   24                          178                       641.66
Río de Janeiro                 43                           250                       481.39
     Fuente: Elaboración propia sobre la base de Harris (1975).

      En las postrimerías del siglo XIX y principios del XX, los migrantes europeos eran atraídos por la explosión de oportunidades en Argentina, Uruguay y sur del Brasil. Cabe recordar que el compor- tamiento de esos migrantes obedecía a las transformaciones que se daban en Europa tales como la mecanización de las industrias y las crisis agrarias. Esta situación permitió constatar el rápido cre- cimiento de las ciudades más importantes del cono sur del continente, entre ellas Buenos Aires y Río de Janeiro (Box, 1998). Al final del siglo XIX, ocho países de América Latina recibieron al 95 por ciento de las migraciones totales de ultramar; mientras que México y Perú recibieron una pro- porción menor (UNCHS, 1993).
     Un hecho muy singular, denotado por Harris (1975), es que las personas con niveles de ingresos muy altos y que, además, eran dueños de grandes extensiones de tierras agrícolas, tenían su residencia en las ciudades principales, las capitales. Esta situación consolidó el dominio económico y político de las ciudades capitales latinoamericanas a través de sistemas de transporte centrados en torno a ellas. Tercer o Cuarto Año Medio Historia y Ciencias Sociales Ministerio de Educación

4. EL SIGLO XX.
              A principios del siglo XX, 5 de cada 100 latinoamericanos habitaban en zonas urbanas, 61 de cada
100 en 1975 y las estimaciones para el inicio del siglo XXI indican que serán 76 de cada 100 (UN- CHS, 1996; Lattes, 1995). Sin embargo, esta dinámica no ha sido homogénea sobre el territorio (ver Tabla 3). Este hecho tiene como fundamento el modelo de desarrollo urbano latinoamericano que confiere una calidad hegemónica a las ciudades grandes -metrópolis- como centros políticos, económicos, socioculturales y administrativos (Renaud, 1981; Villa y Rodríguez, 1997; Cuer vo y González, 1997; Jordán y Simioni, 1998; Borges-Méndez y Vergara, 1999).

TABLA 3. Concentración de población en las metrópolis de América Latina, 1950-1990
                                                        Circa 1950       Circa 1960      Circa 1970    Circa 1980    Circa 1990
Número de ciudades                          1                           4                     4                     5                     7
Población (millones)                           5.04                     21.81             32.58              49.94              72.71
Porcentaje de la población total          3.2                      10.4                11.9                14.2               15.6
Porcentaje de la población urbana      7.6                      21.0                20.6                21.7               21.1
           Fuente: Elaboración propia sobre la base de V illa y Rodríguez (1997).

La Tabla 4 presenta la cantidad de habitantes que las metrópolis han albergado durante el período de 1950 a 1990.

TABLA 4. Habitantes en las metrópolis de América Latina, 1950-1990
(Millones de habitantes)    Circa 1950       Circa 1960      Circa 1970      Circa 1980    Circa 1990
Buenos Aires                      4.72                    6.73                   8.35                9.76                10.92
Ciudad de México              3.36                     5.48                   9.01               14.05               15.04
Bogotá                               0.64                     1.68                   2.89                 4.12                  5.23
Sao Paulo                          2.56                      4.79                  8.11                 12.58               15.19
Río de Janeiro                   3.17                      4.84                  6.89                   8.77                 9.73
Lima                                  0.64                       1.84                 3.30                 4.60                   6.32
Santiago                            1.50                       2.13                 2.87                 3.93                   4.73
    Fuente: Elaboración propia sobre la base de Villa y Rodríguez (1997).

 I.-ACTIVIDADES
1.-En un Mapa se localice  geográficamente las siete metrópolis de América latina 
Ciudad de México (México),
Bogotá (Colombia),
Lima (Perú),
Río de Janeiro,Sao Paulo (Brasil),
Buenos Aires (Argentina) 
Santiago (Chile) 
además, aquellas ciudades mayores al millón de habitantes.

Nota trabaje con un Mapa de Ciudades latinoamericanas mayores al millón de habitantes
2.-ORDENA LAS CIUDADES DE MENOR A MAYOR SEGÚN SU CANTIDAD DE HABITANTES
Monterrey 
C. de México 
Guadalajara 
Puebla
La Habana
Stgo. de los Caballeros
San Juan
Sto.
Océano Atlántico
C. de Guatemala 
Pto. Píncipe 
Barranquilla
Caracas
San Salvador San 
José Managua
Maracaibo
Maracay 
Medellín
Valencia
Cali
Quito 
Guyaquil 
Bogotá
Belem
Fortaleza
Recife
Lima
Brasilia  
Salvador
La Paz
Goiania
Campinas
Belo Horizonte
Santiago
Asunción
Córdoba
Rosario
Sao Paulo                 
Río de Santos
Curitiba
Porto Alegre
Montevideo
Buenos
 Es interesante señalar que Brasil (el país más grande de América Latina con 150 millones de habitantes en 1990) alberga a dos metrópolis y 12 ciudades grandes
(Entre 1 y 3.99 millones); por su parte, México (el segundo país más grande con 84.51 millones de habitantes) tiene una metrópoli y tres ciudades grandes;
Argentina (el tercer país con 32.54 millones de habitantes) tiene una metrópoli y dos ciudades grandes; Colombia (cuarto país con 32.30 millones de habitantes) tiene una metrópoli y tres ciudades grandes; mientras que, por el otro lado, están Perú (quinto país con 21.58 millones de habitantes) y Chile (sexto país con 13.15 millones de habitantes) ambos con una única metrópoli, pero sin ciudades por arriba de un millón de habitantes.
La Tabla 5, por otra parte, presenta los cambios porcentuales en el número de habitantes de las metrópolis para el período de 1950 a 1990. Como se puede observar, Lima ha crecido en ese lapso en 880 por ciento, el cambio porcentual más elevado de las siete metrópolis de la Región; le siguen Bogotá en 708 por ciento, Sao Paulo en 493 por ciento, Ciudad de México en 347 por ciento, Santiago en 214 por ciento, Río de Janeiro en 207 por ciento y, por último, Buenos Aires en 131 por ciento.

TABLA 5. Cambios porcentuales en el número de habitantes de las metrópolis
 latinoamericanas, 1950-199
                                   1950-1960         1960-1970        1970-1980     1980-1990     1950-1990
Buenos Aires                   42.60               23.94                 16.91               11.90              131.26
Ciudad de México            62.87                64.47                55.87                7.09               347.20
Bogotá                            159.89              71.90                 42.53               26.86              707.90
Sao Paulo                         86.86                69.46               55.05               20.73              492.83
Río de Janeiro                  52.72                42.26                27.29               10.96              206.90
Lima                               186.11               78.91                 39.53               37.17              879.76
Santiago                            41.35              34.58                 37.13               20.24              213.70
                                                                      Fuente: Elaboración propia.

2.23 El caso de una megalópolis: HongKong-Guangdong
( Woo Edward, S.W., Urban Development, 1994. En: Borja, J, y Castells, M. Local y
Global. La gestión de las ciudades en la era de la información, Ed. Taurus, Madrid, 1997)
       En la última década del segundo milenio está en proceso de constitución uno de los mayores asentamientos humanos de la historia, sobre la base de una unidad funcional espacial establecida, con discontinuidades territoriales, entre Hong Kong, Shenzhen, Cantón, los centros industriales del delta del Río de las Perlas, Macao y Zhuhai. En 1995, este asentamiento de hecho, sin nombre y sin definición administrativa (aunque incluye los principales centros urbanos de la provincia de Guan- dong), se extendía sobre 50.000 km cuadrados, con una población en torno a los 50 millones de habitantes. Sus componentes son diversos, algunos de ellos grandes ciudades multimillonarias, centros internacionales como Hong Kong o nacionales como Cantón. Shenzhen es una aglomeración de servicios y manufactura crecida al amparo de su legislación como zona económica especial: inexistente en 1980, hoy cuenta con un millón y medio de habitantes. Zhuhai es una activa ciudad orientada hacia el comercio nacional e internacional. Macao es un centro de turismo, diversión, juego y negocios diversos, que prepara su transición de colonia portuguesa a la soberanía china. Y en toda la geografía del delta, pequeños pueblos se han transformado en zonas industriales esparcidas en áreas rurales en las que trabajan unos 6 millones de trabajadores llegados de toda China. Estas fábricas funcionan como subcontratistas de las empresas industriales de Hong Kong o de empresas de toda Asia con sede en Hong Kong. Espacios rurales y colinas separan entre sí las distintas unidades de la megaciudad, pero una densa red de comunicaciones le permite funcionar cotidianamente como unidad. El ferrocarril ha sido electrificado y se ha duplicado su trazado; una red de autopistas está en construcción; la comunicación marítima y fluvial por hovercraft y ferry se ha incrementado considerablemente; y los vuelos locales entre Hong Kong y Cantón funcionan como puente aéreo. Un circuito de fibra óptica está en construcción para aumentar la capacidad de telecomunicación entre los distintos centros, conectándose con el resto del mundo por medio de satélites. Sistemas celulares, ya implantados en Hong Kong, cubrirán el conjunto de este sistema urbano antes del 2000. La múltiple articulación de esta megaciudad con la economía global está asegurada. En 1995 estaban en proceso de construcción cinco nuevos aeropuertos, dos de ellos internacionales de gran capacidad: el de Lantau en Hong Kong, y el de Cantón, junto con los aeropuertos de Shenzhen, Macao y Zhuhai, con una capacidad de tráfico combinada para 150 millones por año. Asimismo, nuevos puertos marítimos de contenedores también estaban en proceso de construcción en North Lantau (Hong Kong), Yiantian (Shenzhen), Gaolan (Zhuhai) y Huangpo (Cantón), constituyendo el mayor complejo portuario del mundo en términos de capacidad de tráfico de mercancías. Zhuhai tenía también en proyecto reforzar su conexión con Hong Kong, mediante la construcción de un puente sobre el océano de más de 60 kilómetros. En la base de la formación de esta megaciudad hay dos procesos interrelacionados: la apertura de China a la economía global, utilizando su conexión especial con Hong Kong, y la estrategia competitiva de las empresas de Hong Kong utilizando la mano de obra barata y las favorables condiciones institucionales para la inversión en China, para descentralizar la mayor parte de su producción industrial en el delta del Río de las Perlas. En 1995 se habían localizado en el delta 10.000 empresas conjuntas de inversores de Hong Kong y 20.000 fábricas industriales, generalmente de tamaño medio. Los trabajadores suelen vivir en dormitorios cercanos a las empresas, habitualmente gestionados por las autoridades municipales. Materias primas, maquinaria y tecnología, provienen de Hong Kong, mientras que los productos industriales, una vez procesados, son devueltos a Hong Kong para su exportación, aunque los nuevos puertos de Yiantian y Gaolan están destinados a diversificar los centros exportadores. Los ingenieros y directivos tienen su base en Hong Kong y Shenzhen, la infraestructura de ser vicios a la producción en Cantón, y la supervisión local en las mismas fábricas. Numerosos gerentes e ingenieros viajan entre una y tres veces por semana entre los distintos puntos de la red de producción. El conjunto de esta megaciudad presenta una extrema diversificación interna, tanto social como paisajística, pero mantiene una unidad como sistema económico metropolitano y como sistema de comunicaciones.
     Su multinuclearidad ofrece también una acusada jerarquía, con Hong Kong como centro cos- mopolita global y Cantón asumiendo su papel como sede del poder político provincial. Shenzhen utiliza sus especiales conexiones con el poder central para convertirse en el mecanismo de relación entre el resto de China y la plataforma de exportación de Hong Kong. En fin, Macao se especializa cada vez más en ser Las Vegas del sur de China, como centro de esparcimiento multifacético para este gigantesco polo dinámico de la nueva geografía global.

2.24 Las ciudades en la escena mundial
(Extracto de: Borja, J. Y Castells, M. Loal y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Ed. Taurus, Madrid, 1997. P. 317-324).

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS CIUDADES: SISTEMA URBANO, FLUJOS Y REDES.
La década de los ochenta ha generado una nueva situación en el mundo basada en nuevos equilibrios y nuevos flujos. Uno de los elementos más importantes a destacar es la creciente internacionalización de la economía, y paralelamente la internacionalización de la cultura, la información y las modas y hábitos de comportamiento. Esta internacionalización ha sido posible gracias al desarrollo y la difusión de los sistemas de comunicación que permiten una relación permanente y rápida con cualquier territorio. Teléfonos, telefax, aviones, etcétera, convierten el espacio mundial en un espacio de relación único. Pero este espacio se centra cada vez más en las áreas urbanas. Los flujos tienen un origen y un destino, y es allí donde se concentran población, actividades y poder: las ciudades. La creciente internacionalización incorpora nuevos territorios a los sistemas económicos y políticos consolidados, pero al mismo tiempo genera unos nuevos procesos de desequilibrio entre las partes del territorio que reciben esos flujos y las restantes.
La creciente internacionalización de la vida económica, política, social y cultural ha afectado también a las ciudades, principales nódulos de relación, producción e intercambio. Los procesos de globalización no se producen al margen de las ciudades, sino que éstas participan activamente en ellos, al mismo tiempo que se ven claramente afectadas. Los tradicionales sistemas urbanos basados en la jerarquía nacional -capital, centros regionales, centros comarcales- pierden su lógica al desarrollarse mecanismos de inserción de los núcleos urbanos en los sistemas mundiales de producción, comunicación e intercambio. Las ciudades se integran en sistemas urbanos que no siguen una lógica de continuidad territorial sino que se estructuran en función de unos nódulos -los centros urbanos y unos ejes
-los flujos de mercancías, personas, capitales e información- entre ellos.
El territorio tiende a organizarse como espacios interconectados en red con sus puntos fuertes en los nódulos urbanos, y alejándose de la tradicional, jerarquización urbana desde la capital nacio- nal al centro comarcal.
La necesidad de operar en un contexto internacionalizado y globalizado obliga al establecimiento de relaciones con otros centros urbanos que permitan operar en marcos más amplios. La creciente interdependencia y complementariedad entre los centros urbanos de dimensión media queda reflejada en el hecho que las relaciones ciudad-región parecen reducir su intensidad en rela- ción a la importancia de las vinculaciones entre los distintos núcleos urbanos de una misma región o de diferentes regiones. La estructuración de redes de ciudades es una necesidad básica para com- pletar una estructura espacial más sólida y equilibrada a nivel nacional, y conseguir centralidades arraigadas y complementarias de su entorno territorial.
La internacionalización ha llevado a un cambio de escala del marco de actuación. En este contexto, las ciudades precisan disponer de unas condiciones de producción, relación y residencia que les permitan consolidarse como atractivas y competitivas en un espacio superior al tradicional marco regional o estatal. La atracción de las ciudades se basa en una combinación de factores entre los que se incluye la cualidad de los recursos humanos y la capacidad de innovación (formación profesional y modernización tecnológica y empresarial), la dotación infraestructural (accesibilidad, comunicaciones, suelo-industrial, espacio de oficinas, etc.), la calidad ambiental y social (localización, vivienda, clima social, cultura), etcétera.

EL NUEVO ENTORNO DE ACTUACIÓN SE CARACTERIZA POR:
1. El proceso generalizado de internacionalización de la vida en todos sus aspectos y de clara mundialización de la producción.
2. Al mismo tiempo, y a raíz de la crisis económica de los setenta, la ciudad toma un nuevo papel en el desarrollo global, convirtiéndose en uno de los actores primordiales en la recuperación económica del territorio.
3. A estos dos elementos se debe añadir la constatación de la importancia de la información como elemento clave en la toma de decisiones y en el posicionamiento a nivel internacional.
4. Por último, pero no por ello menos importante, y un poco como consecuencia de los elementos expuestos más arriba, la competencia entre territorios, y especialmente entre ciudades, se ha acrecentado enormemente en los últimos años.
La creciente internacionalización de la vida económica, política, social y cultural han sido la chispa para el desarrollo de mecanismos de cooperación entre territorios que se entremezclan con los procesos de competencia.
Las ciudades participan en la mundialización de la economía y, de la comunicación. La inter- nacionalización conlleva un incremento de la competencia entre territorios que se desarrolla en paralelo al incremento de la cooperación entre ciudades. El binomio cooperación-competencia es uno de los elementos que marcan las relaciones en el sistema urbano mundial. La cooperación, necesaria para insertarse en un sistema internacional, tiene como objetivo último la mejora de la competitividad. Se coopera para poder competir mejor. Esto implica un juego de equilibrios en el que la cooperación se da cuando las ganancias en competitividad son superiores a las posibles pérdidas en ventajas comparativas existentes; y cuando se produce un cambio de escala de actuación que hace que la cooperación se convierta en el instrumento para consolidarse a ese nivel.
La competencia entre áreas urbanas se establece generalmente en términos de especialización o de proximidad geográfica. Las ciudades tienden a fomentar alguna de las especialidades en las que parecen tener una ventaja comparativa, y desarrollan una política de promoción exterior basada en esa especialidad. Así, ciudades como París y Francfort compiten con Londres y entre ellas para consolidarse como plaza financiera en Europa. Ciudades como Estrasburgo, Luxemburgo y Bruse- las compiten para ser sede del Parlamento Europeo.
La proximidad geográfica determina otro tipo de competencia entre ciudades. Las ciudades se configuran como puntos centrales de unas áreas de influencia que cada vez son mayores. Ciudades próximas compiten para consolidarse como centros de atracción económica, cultural y política de la macro-región. Esta competencia puede transformarse en cooperación cuando las ciudades próxi- mas se ponen de acuerdo
para el desarrollo de ciertos proyectos que pueden resultar beneficiosos para el conjunto de la región. Existen algunos ejemplos de ciudades europeas que emprenden pro- yectos conjuntos para defender sus intereses frente a otros territorios.
La dinámica de la competencia desempeña un papel importante en la consolidación del sistema urbano mundial. La consolidación de espacios globales reforzará las fuerzas del libre mercado. Las intervenciones públicas en favor de un mayor reequilibrio para intentar una distribución multi- nodal del desarrollo económico van a continuar orientadas a consolidar un modelo espacial de la economía de carácter más disperso que concentrado.
La internacionalización de las ciudades tiene un claro reflejo institucional en la participación activa de los gobiernos urbanos y de los principales agentes de desarrollo en la vida internacional básicamente a través de tres mecanismos: la participación en las asociaciones de ciudades, la inserción en redes, y el desarrollo del city marketing la presencia activa en eventos internacionales.

EL DESARROLLO DE LAS REDES DE CIUDADES
A partir de 1985 las redes de ciudades han experimentado un enorme auge consolidándose en la presente década como una estrategia casi obligada de la mayoría de las ciudades grandes y medianas. Los principales objetivos de las redes de ciudades giran en torno a la necesidad de:
•   Estructuración de un sistema de lobby frente a terceros.
•   Consolidación de unos espacios territoriales, económicos, políticos, demográficos, etc., mínimos que permitan la generación y utilización de economías de escala y de aglomeración, así como el desarrollo de infraestructura y actividades de punta.
•   La inserción en un sistema internacional que permita el acceso y utilización de un volumen creciente de información, en el intercambio de experiencias y tecnologías.
•   La obtención de funciones de liderazgo.
•   La inserción de las ciudades a través de las redes, en espacios de actuación superiores.
•   El interés y la propuesta de algunos organismos internacionales por las redes de ciudades, regio- nes, empresas u otros tipos de organismos ha consolidado la utilización de las redes también como instrumento de inserción en los sistemas de financiación internacionales. En definitiva, las redes de ciudades se erigen como un instrumento y un mecanismo de promoción de los centros urbanos con su inserción en unos espacios de relación más amplios y densos.
Las redes de ciudades y regiones y han sido clasificadas de muy diversas maneras utilizando como principales criterios la esfera de cooperación -ámbito espacial de actuación-, las funciones -lobby, transferencia de tecnología y experiencias positivas, y catalizadores del desarrollo de las economías locales y la generación de la cooperación económica internacional-, el origen -redes construidas en base a relaciones informales ya existentes, redes construidas sobre intereses complementarios, por agentes externos (CEE) o por iniciativa de los propios miembros-, las características de sus miembros, etc.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES DE LAS REDES
La participación en redes es para las ciudades un aspecto de su estrategia de inserción en un entorno internacional y una estrategia de mejora de la competitividad. Ninguna ventaja o inconveniente es absoluto y válido para todas las redes o todos sus miembros. Los principales elementos positivos de las redes de ciudades son:
1. Las redes permiten a sus miembros la inserción en un sistema de relaciones superior.
2. Las redes permiten el acceso a grandes volúmenes de información.
3. Las redes se consolidan como un mecanismo de desarrollo de la política exterior, de promoción y de imagen de la ciudad.
4. Las funciones de liderazgo e imagen encuentran un magnífico aliado en la estrategia de redes.
5. Al mismo tiempo, pueden servir de estímulo para el desarrollo interno de la calidad de vida y de la competitividad.
6. En un mundo sometido a un alto ritmo de cambio, las redes permiten una cierta permanencia en el tiempo de una línea de actuación, ya que la existencia de compromisos exteriores permite superar las contingencias coyunturales.
Las redes rompen el modelo rígido de ayudas regionales y estatales para entrar en un área de reco- nocimiento de intereses particulares en distintos ámbitos regionales y en una identificación de las ciudades y regiones como actores activos en la construcción de un espacio internacionalizado, acep- tando la lógica en red en lugar de en pirámide. A nivel territorial las redes abren una nueva forma de organización territorial que representa la fragmentación de una jerarquía basada esencialmente en las funciones urbanas (de dirección, comerciales, políticas, etc.), estableciendo nuevos criterios de organización. De esta forma, se estructuran espacios de relación y espacios regionales definidos por los núcleos urbanos que los forman y no por las delimitaciones administrativas. La superposición de redes, y por tanto de espacios de relación, añade un elemento más de complejidad a estas nuevas tendencias organizativas. La nueva organización territorial emergente se basa en flujos y está defi- nida por actores, en este caso, las ciudades.
Las redes de ciudades se consolidan como un sistema de participación directa de las ciudades en la construcción de un mundo donde los sistemas tradicionales de regulación internacional tienden a ser incompletos.
Las redes se consolidan también como un sistema complementario de solidaridad internacio- nal y de aplicación de políticas redistributivas -aunque funcionan escasamente en la práctica- en tanto que se producen efectos de difusión de ayudas, de best practice y de tecnologías desde los centros urbanos más dinámicos y avanzados hacia aquellos con problemas de desarrollo o crisis económicas y sociales.
Al lado de estas claras ventajas para la participación en las redes es necesario remarcar, a título de ejemplo, algunos de los problemas o dificultades que se derivan de este sistema de funcionamiento.
La gran diversidad de situaciones, tipos de organización, etcétera de las distintas calidades genera en algunas ocasiones conflictos de intereses que ponen en juego la continuidad y resultados de la cooperación entre ciudades. Las dificultades de conjunción de distintos escenarios hacen más lento el desarrollo de proyectos comunes. Este marco, de por sí lleno de contradicciones, sugiere que los principales beneficiados de las redes de ciudades son básicamente aquellos miembros más potentes y activos, hecho que puede llevar a una distorsión de las relaciones internas.
En definitiva, las redes tienen una función que desempeñar en la mejora de la competitividad de las ciudades que las forman, proveyendo un sistema de relaciones entre los principales elementos o agentes que constituyen dicho espacio. De hecho, son el instrumento más adecuado para la inser- ción en un sistema que globalmente, tiende a funcionar en su totalidad en forma de red.

Unidad 6: La ciudad como utopía
TEMA: CREACIÓN DE UNA UTOPÍA URBANA
FACTORES A CONSIDERAR PARA LA CREACION DE UNA UTOPIA URBANA
• EL TAMAÑO DE LA CIUDAD
• UBICACIÓN ESPACIAL
• ROL DE LOS ACTORES SOCIALES
• ROL DE LAS INSTITUCIONES SOCIALES
• PAUTAS DE VIDA CIUDADANA DE LOS DISTINTOS GRUPOS SOCIALES
• CONCEPTO DE LA HUMANIZACIÓN URBANA

FACTORES A CONSIDERAR
     Revisaremos los factores que en la actualidad resultan importantes de considerar en la construcción de una utopía urbana moderna, que refleja mejoras importantes a los flagelos sociales y económicos que azotan a las grandes ciudades del mundo actual.
      El nuevo milenio esta caracterizado por profundos cambios en las ideas, en el modo de producción y en la tecnología, por procesos de globalización que más que construir un mundo mejor y más solidario para todos parecen profundizar la brecha entre los ricos y los pobres, entre hombres y mujeres, entre etnias, etc. El desarrollo económico impulsado por los productores de la globalización económica ha convertido el concepto de desarrollo sustentable en una contradicción ya que el crecimiento ilimitado y la concentración de riqueza que lo caracterizan genera depredación de la naturaleza, deterioro ambiental y social y cada día más y mayor pobreza.
      Uno de los aspectos de los aspectos más influyentes en las malas condiciones de vida en las grandes ciudades es su tamaño y densidad poblacional. La urbanización dependiente tendió a conformar ciudades macrocefalitas y concentradoras de actividad cívica, económica y social dejando al resto del país en una situación de desmedro en relación a la participación en la economía y en los aspectos sociales de la vida en comunidad.
          Aspectos tales como la ecología, la participación ciudadana, el rescate del barrio como el núcleo básico de la participación social deben ser considerados en la creación de una utopía. La sociedad urbana debe ser participativa estos significa que todos los hombres y mujeres tienen derecho a participar en todos los niveles (comunitario, cívico, social y económico), también en una ciudad utópica se debe respetar la pluralidad y diversidad
- Debe haber un respeto por la diversidad social, étnica de género.
- Debe estar presente la tolerancia.
      Cambiar estos aspectos en las ciudades actuales es un gran desafío ya que el espacio lleva el sello de lo que ocurre al interior de lo social y de alguna manera se ha vuelto cotidiano o sea se aceptan las condicionen en que se vive sin cuestionamientos mayores, llevándonos a vivir la vida caótica que primas en la actualidad. Los cambios en el uso del suelo urbano tendrán que ser regulados a través de o planos reguladores y de leyes que permitan variaciones en aspectos tales como la ubicación de la población, las actividades económicas y políticas, estas leyes deben ser un dispositivo real y operativo para que el cambio sea efectivo y las ciudades nuevamente ordenadas permitan una mayor calidad de vida social y personal.
      Respecto al rol, de los actores sociales, definiendo a estos como el simple ciudadano, hasta los gobernantes de una nación deben acortar las brechas que existen entre los que toman las decisiones respecto a la ciudad tanto en lo urbano como en lo social y debe haber una capacidad de expresión que sea recogida por las autoridades y a la vez canalizada para el logro de cambios tangibles y fidedignos, debe existir una vigencia plena ósea reconocimiento, respeto y realización de los derechos económicos, sociales, y culturales para todos sin distinción ni discriminaciones e independientemente del estrato social o grupo étnico al que pertenezcan, el derecho a la alimentación, salud, vivienda, educación, trabajo y acceso a un espacio digno son inalienables en una ciudad utópica
      Las instituciones sociales de cada día se han ido apartando de las personas y por lo tanto de su representación, se deben abrir canales de comunicación más expeditos (dentro de los espacios urbanos manejables) y salir de la cúpula desde la que funcionan
     El modelo neoliberal supeditado a la política del ámbito económico con sus valores de racionalidad, competitividad e individualismo, son los que forman el entramado de la superestructura ideológica de Chile y de otros países de la región, la política fue relegada a un ámbito reducido perdiendo su rol comunicacional entre los ciudadanos y las instituciones gubernamentales, lo que lleva a las personas a descomprometerse de este ámbito y quedar en un vacío ideológico y social. Se debe rescatar la participación ciudadana en todos sus ámbitos para que las personas se sientas que pertenecen a un todo común que se va construyendo el futuro de la ciudad.
    Solo una visión común de futuro es capaz de dar energías y aunar esfuerzos para la implementación de políticas de cambio en el corto y largo, plazo.
Así la ciudad seria incluyente considerando con esto los siguientes puntos:
- Respeto a la relación comunidad barrial, cultura y entorno como célula básica de la convivencia social entre las personas
- Desarrollo urbano basado en la interrelación, el intercambio y la complementariedad entre actores sociales y materiales.
      La humanización urbana debe centrarse en un nuevo humanismo que ponga a los seres humanos y a la naturaleza en el centro de nuestra ética y de las estrategias transformadoras, hay que recuperar la naturaleza despreciada por un modelo económico succionador que se lleva nuestras riquezas como materiales primas a las grandes metrópolis y que han transformado el mundo en una maquina productora de servicios de sus intereses para ello se deben aceptar y desarrollar tecnologías y formas de producción propis, respetuosas de la naturaleza y de la diversidad y medios de vida.
     Dentro del área ecológica debe considerarse la ecología humana que sería la vida en equilibrio y armonía entre los diversos grupos que componen la sociedad para ello hay que desarrollar nuevos padrones urbanísticos y arquitectónicos participativos que consideren la sustancialidad ecológica el mejoramiento de la calidad de vida, el embellecimiento urbano y la diversidad y riqueza de los procesos de hablar de las personas o grupos sociales

DOCUMENTOS

Manifiestos sobre la ciudad ideal

DOCUMENTO A
LA CARTA DE ATENAS, CIAM 3, DE 1933
(Tomado de: Gustavo Munizaga, Las ciudades y su historia: una aproximación. Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 1997)

A. Generalidades
1. La ciudad no es, sino una parte de un conjunto económico social y político que constituye la región.
2. Yuxtapuesto a lo económico, a lo social y a lo político, valores de orden psicológico y fisiológico ligados a la persona humana, introducen en la discusión una preocupación de orden individual y colectivo.
3. Estas constantes psicológicas y biológicas sufrirán la influencia del medio (situación geográfica y topográfica, situación económica y situación política). a) De la situación geográfica y topográfica, de la naturaleza de los elementos, agua y tierra, de la naturaleza del suelo, del clima.
b) De la situación económica: los recursos de la región, como también de los contactos natura- les o artificiales con el exterior.
c) De la situación política: el sistema administrativo.
4. Circunstancias particulares a través de la historia han determinado los caracteres de la ciudad: defensa militar, descubrimientos científicos, administraciones sucesivas, desarrollo progresivo de las comunicaciones y de los medios de transporte (vías terrestres, vías fluviales y marítimas, ferrocarriles y vías aéreas).
5. Las razones que presiden al desarrollo de las ciudades están, pues, sometidas a cambios continuos.
6. El advenimiento de la era maquinista ha provocado inmensas perturbaciones en el comportamiento de los hombres, en su repartición sobre la tierra y en sus empresas.
Movimiento irrefrenado de concentración en las ciudades a favor de las velocidades mecánicas, evolución brutal sin precedentes en la historia y que es universal. El caos ha entrado en las ciudades.

B. Estado crítico de las ciudades
I.    Habitación
10. La población es demasiado densa en el interior del centro-histórico de las ciudades (se cuenta hasta mil, y aún mil quinientos habitantes por hectárea), como así también en algunas zonas de expansión industrial del siglo XIX.
11. En estos sectores urbanos comprimidos, las condiciones de habitación son nefastas: falta del espacio necesario atribuido a la habitación, falta de superficies verdes disponibles, falta, en fin, de mantención de los edificios (explotación-basada en la especulación). Situación agravada aun por la presencia de una población de estándar de vida muy bajo, incapaz de tomar ella misma medidas defensivas (la mortalidad que llega hasta el 2 %).
12. El crecimiento de la ciudad devora paulatinamente las áreas verdes limítrofes sobre las cuales tomaban vistas sus cinturas sucesivas. Este alejamiento siempre mayor de los elementos natu- rales aumenta aun el desorden en la higiene urbana.
13. Las construcciones destinadas a la habitación están repartidas sobre la superficie de la ciudad en contradicción con las necesidades de la higiene.
14. Los barrios más densos se encuentran en las zonas menos favorables (laderas mal orientadas, sectores invadidos de bruma, de gases industriales, áreas inundables, etc,).
15. Las construcciones aireadas (habitaciones de estándar superior) ocupan las zonas más favora- bles, al abrigo de vientos hostiles, aseguradas de vistas y de perspectivas en el paisaje; lagos, mares, montes, etc., y de un asolamiento abundante.
16. Esta repartición parcial de la habitación está sancionada por el uso y por las disposiciones edilicias consideradas como justificadas, zonificación.
17. Las construcciones que se levantan a lo largo de las vías de comunicación y alrededor de los nudos de circulación son perjudiciales a la habitación, por ruido, polvo y gases nocivos.
18. El alineamiento tradicional de las habitaciones sobre el borde de las calles no asegura el asolea- miento, sino a una parte de las viviendas.
19. La repartición de las construcciones de uso colectivo dependientes de la habitación es arbitraria.
20. Muy particularmente, las escuelas están situadas a menudo sobre las vías de circulación, y están demasiado alejadas de las habitaciones.
21. Los barrios suburbanos se han formado sin plan y sin una unión normal con la ciudad.
22. Se ha tratado de incorporarlos en el dominio administrativo.
23. No son a menudo, sino una aglomeración de casuchas, y la viabilidad indispensable es difícil- mente rentable.
Hay que exigir:
24. Que los barrios de habitación ocupen en adelante los emplazamientos mejores en el espacio urbano, sacando partido de la topografía, teniendo en cuenta el clima y disponiendo del asolea- miento más favorable y de áreas verdes adecuadas.
25. Que la determinación de las zonas de habitación sea dictada por razones de higiene.
26. Que las densidades razonables sean impuestas según las formas de habitación propuestas por la naturaleza misma del terreno.
27. Que se fije un mínimo de horas de asoleamiento para cada vivienda.
28. Que sea prohibida la alineación de habitaciones a lo largo de vías de comunicación.
29. Que se tengan en cuenta los recursos técnicos modernos para construir habitaciones en altura.
30. Que colocadas a gran distancia una de otra, liberen el suelo en favor de amplias áreas verdes
II.  Esparcimiento
31. Las áreas libres son, en general, insuficientes.
32. Cuando las áreas son de una extensión suficiente, están generalmente mal asignadas, y por este hecho son poco utilizables para la masa de los habitantes.
33. La situación excéntrica de las superficies libres no se presta al mejoramiento de las condiciones de la habitación en las zonas congestionadas de la ciudad.
34. Las escasas instalaciones deportivas, para ser ubicadas en las proximidades de los que las usa- ban, están, en general, equipadas y ubicadas provisionalmente sobre terrenos destinados a futuros barrios de habitación o de industria. Pobreza y traslados incesantes.
35. Los terrenos que podrían aprovecharse para esparcimiento de fin de semana, están, a menudo, mal unidos a la ciudad.
Hay que exigir:
36. Que todo el barrio de habitación disponga en adelante de la superficie verde necesaria para el desarrollo racional de los juegos y deportes de los niños, de los adolescentes y adultos.
37. Que los islotes insalubres sean demolidos y reemplazados por áreas verdes. Los barrios colindantes quedarían así saneados.
38. Que estas nuevas superficies verdes sir van a fines claramente definidos: contener jardines infantiles, escuelas, centros juveniles, o todos los edificios de uso común, ligados íntimamente a la habitación.
39. Que las horas libres semanales se pasen en lugares favorablemente preparados: parques, campos de deportes, estadios, playas, etc.
40. Que se tengan en cuenta los elementos existentes: ríos, bosques, colinas, cerros, valles, lagos, mares, etc.
III. Trabajo
41. Los sitios de trabajo ya no están dispuestos racionalmente en el complejo urbano: industria, artesonado, negocios, administración, comercio.
42. La ligazón entre la habitación y los sitios de trabajo ha dejado de ser normal; impone recorri- dos desmesurados.
43. Las horas de afluencia para los transportes revelan un estado crítico.
44. Por la ausencia de cualquier programa, por el crecimiento incontrolado de las ciudades, por la ausencia de previsión, y la especulación con los terrenos, etc., la industria se instala al azar, no obedeciendo regla alguna.
45. En las ciudades, las oficinas se han concentrado en barrios de negocios. Los barrios de nego- cios instalados en los lugares privilegiados de la ciudad, proveídos de la más completa circulación, son rápidamente presa de la especulación. Tratándose de negocios privados la organización útil para su desarrollo natural deja que desear.
Hay que exigir:
46. Que las distancias entre los sitios de trabajo y las zonas de habitación se reduzcan al mínimo.
47. Que los sectores industriales se independicen de los sectores de habitación, separando unos de otros por zonas verdes.
48. Que las zonas industriales queden contiguas al ferrocarril, al canal y al camino.
49. Que el artesanado, íntimamente ligado a la vida urbana, de la que procede directamente, pueda ocupar los lugares netamente asignados en el interior de la ciudad.
50. Que el barrio cívico, consagrado a la administración privada o pública, quede asegurado con buenas comunicaciones con los barrios de habitación, como también con las industrias o arte- sanados en la ciudad o en sus proximidades.
IV. Circulación
51. La red actual de vías urbanas es el conjunto de ramificaciones desarrolladas en torno a las grandes vías de comunicación. Estas últimas se remontan en el tiempo, en Europa, mucho más, allá de la Edad Media, y, aún a veces de la antigüedad.
52. Concebidas para recibir peatones o carruajes, ya no responden hoy a los medios de transportes mecánicos.
53. El dimensionamiento de las calles, desde luego inapropiado, se opone a la utilización de las nuevas velocidades mecánicas y al adelanto regular de la ciudad.
54. Las distancias entre las bocacalles son muy reducidas.
55. El ancho de las calles es insuficiente. Tratar de ampliar éstas es a menudo una operación one- rosa y además, ineficaz.
56. Frente a las velocidades mecánicas, la red de calles aparece irracional, careciendo de exactitud,
de elasticidad, de diversidad, de conformidad.
57. Los trazados de orden suntuario, persiguiendo finalidades representativas, han podido o pue- den constituir torpes tropiezos para la circulación.
58. En muchos casos, la red de vías férreas ha llegado a ser, fuera de la extensión de la ciudad, un grave obstáculo para la urbanización. Encierra barrios de habitación, privándolos de contactos útiles con los elementos vitales de la ciudad.
Hay que exigir:
59. Que sean hechos análisis útiles sobre estadísticas rigurosas del conjunto de la circulación en la ciudad y en su región. Trabajo que revelará las corrientes de circulación y la calidad de sus rendimientos.
60. Que las vías de circulación sean clasificadas según su naturaleza y construidas en función de los vehículos y de su velocidad.
61. Los cruces muy solicitados serán convertidos a la circulación continua por cambios de niveles.
62. Que el peatón pueda seguir caminos distintos de los del automóvil.
63. Que las calles sean diferenciadas según sus destinos: calles de habitación, de paseo, de tránsito, vías principales.
64. Que zonas de vegetación aíslen, en principio, las corrientes de gran circulación.
V.   Patrimonio histórico de las ciudades
65. Los valores arquitectónicos deben ser conservados (edificios aislados o conjuntos urbanos).
66. Serán conservados siempre que sean la expresión de una cultura anterior y si responden a un interés general.
67. Si su conservación no involucra el sacrificio de poblaciones mantenidas en condiciones malsanas.
68. Si es posible, en su presencia perjudicial remediarlas con medidas radicales, por ejemplo, la desviación de elementos vitales de circulación; aún más el desplazamiento de centros conside- rados hasta ahora como inamovibles.
69. La destrucción de habitaciones insalubres alrededor de los monumentos históricos dará la oca- sión para crear áreas verdes.
70. El uso de estilos del pasado, bajo pretexto de estética, en las construcciones nuevas erigidas en las zonas históricas, trae consecuencias nefastas. El mantenimiento de tales recursos o la intro- ducción de tales iniciativas no será tolerada bajo ninguna forma.
C. Punto de doctrina
71. La mayoría de las ciudades estudiadas ofrecen en la actualidad la imagen del caos, estas ciuda- des no responden en ningún momento a su destino, que sería el satisfacer las necesidades primordiales biológicas y psicológicas de sus habitantes.
72. Esta situación revela desde el comienzo de la era maquinista, la suma de los intereses privados.
73. La violencia de los intereses privados provoca una desastrosa ruptura de equilibrio entre la presión de las fuerzas económicas por un lado, la debilidad del control administrativo y la impotente solidaridad social por otro.
74. A pesar de que las ciudades están en estado de transformación permanente, su desarrollo es conducido sin presión ni control y sin que se tengan en cuenta los principios del urbanismo contemporáneo, especificados por los sectores técnicos competentes.
75. La ciudad debe asegurar, en el plano espiritual y material, la libertad individual y el beneficio de la acción colectiva.
76. El dimensionamiento de todas las cosas en el dispositivo urbano no puede regirse sino por la escala humana.
77. Las bases del urbanismo son las cuatro funciones colectivas:
• Habitar
• Trabajar
• Recrearse (horas libres)
• Circular
78. Los planes determinarán la estructura de cada uno de los sectores destinados a las cuatro fun- ciones base, y fijará su emplazamiento respectivo en el conjunto.
79. El ciclo de las funciones cotidianas: habitar, trabajar, recrearse y circular, será reglamentado por el urbanismo, en la economía del tiempo más estricto, siendo considerada la habitación como el centro mismo de las preocupaciones urbanísticas y el punto de conjunto de todas las medidas.
80. Las velocidades mecánicas nuevas han revolucionado el ambiente urbano, instaurando el peligro permanente, provocando el embotellamiento y la parálisis de las comunicaciones, comprometiendo la higiene.
81. El principio de la circulación urbana y suburbana debe ser revisado. Una clasificación de las velocidades disponibles debe ser hecha. La reforma de la zonificación, poniendo en armonía las funciones de la ciudad, creará entre estas ligazones naturales para cuya consolidación se preverá una red nacional de grandes arterias.
82. El urbanismo es una ciencia de tres dimensiones, y no de dos dimensiones. Haciendo interve- nir el elemento altura es como se dará solución a las circulaciones moder nas y a los esparcimientos, por el aprovechamiento de los espacios libres así creados.
83. La ciudad debe ser estudiada en el conjunto de su región de influencia. Un Plan Regional reemplazará al simple Plan Municipal. El límite de la aglomeración estará en función de su radio de acción económica.
84. La ciudad definida entonces como una unidad deberá crecer armoniosamente en cada una de sus partes, disponiendo espacios y ligazones donde puedan inscribirse en el equilibrio, las eta- pas de su desarrollo.
85. Es de la más urgente necesidad que cada ciudad establezca su programa (o plan urbano) pro- mulgando las leyes que permitan su realización.
86. El programa será bosquejado sobre análisis rigurosos hechos por especialistas, y preverá las etapas en el tiempo y en el espacio. Reunirá en un acuerdo fecundo las fuentes naturales del terreno, la topografía del conjunto, los recursos económicos, las necesidades sociales, los valo- res espirituales.
87. Para el arquitecto, ocupado aquí en tareas de urbanismo, la herramienta de medida será la escala humana.
88. El punto de partida del urbanismo es una célula de habitación (una vivienda) y su inserción en un grupo, formando una unidad de habitación de dimensión eficaz.
89. A partir de esta unidad vivienda es como se establecerán en el espacio urbano las relaciones entre la habitación, los sitios de trabajo y las instalaciones consagradas a las horas libres.
90. Para resolver esta gran tarea es indispensable utilizar los recursos de la técnica moderna. Esta técnica por el concurso de especialistas, protegerá el arte de construir con todas las seguridades de la ciencia, y lo enriquecerá con innombrables inventos.
91. La marcha de los acontecimientos será particularmente influenciada por los factores político, sociales y económicos.
92. No es aquí donde intervendría en última instancia el arquitecto.
93. La escala de trabajos por emprender de urgencia para el acondicionamiento de las ciudades y, por otra parte, el estado infinitamente dividido de la propiedad privada, son dos realidades antagónicas.
94. La peligrosa contradicción comprobada aquí causa una de las cuestiones más peligrosas de la época, la urgencia de reglamentar, por un medio legal, la distribución de todo el suelo útil para equilibrar las necesidades vitales del individuo en plena armonía con las necesidades colectivas.
95. El interés privado será subordinado al interés colectivo.

DOCUMENTO B
LA DECLARACIÓN DE DELOS, 1955
(Tomado de: Gustavo Munizaga, Las ciudades y su historia: una aproximación. Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 1997 )
En Grecia, desde 1955, apareció un nuevo llamado civilizador y una nueva práctica de la construc- ción de las ciudades, la “ekística”. En el Instituto Tecnológico de Atenas, bajo la dirección del Dr. Ingeniero y Arquitecto Constantinos Doxiadis, surge una nueva alternativa urbanística. Allí se co- mienzan a celebrar las primeras reuniones de la nueva Sociedad Mundial de Ekística, la que anunció sus postulados en la internacionalísima e innovativa “Declaración de Delos” de 1958(166) A partir de 1960, todos estos documentos, congresos, debates y proyectos, enfocan en forma global las ur- gentes necesidades de nuestra civilización velozmente urbanizada, y el imperativo internacional para el estudio y para una nueva acción en estos problemas, en los gobiernos, las municipalidades y universidades del mundo, y desde las organizaciones internacionales.
En 1963, se realizó el 2 Congreso de Delos de la Sociedad Mundial Ekística, también en Grecia, que resumió en una visión anticipada y global, los urgentes problemas que concurrían en las grandes ciudades y que bajo el término “urbanología”, planificación urbana y regional, diseño urbano o ekística, actualizaron la cambiante evolución e historia de las ciudades del planeta en esta primera mitad del siglo. América Latina, Asia y Africa habían aparecido después de 1950 como temas aplicables al urbanismo mundial y después de 1960, como importantes regiones en desarrollo urbano, especialmente Japón y la India.
La Organización de las Naciones Unidas en varios Congresos y reuniones de trabajo abordó estos nuevos temas y se realizaron proyectos innovadores y variados en la década de los 60, 70 y 80 que perfilan los nuevos arquetipos y problemas de los asentamientos humanos (167)
Treinta y cinco años más tarde, en la Declaración de Delos de 1963(168), se formuló una importantísima descripción del futuro de la ciudad y de la acción que se requiere para su desarrollo.
Al revisar hoy este documento, se reconoce la previsión que tuvo esa generación interdisciplinaria, de expertos y líderes de todas partes del mundo que allí se congregaron.
Reunidos en Delos, en este día 12 de Julio de 1963, nosotros los suscritos, provenientes de una vasta gama de disciplinas, naciones, compromisos políticos y grupos culturales diferentes, afirma- mos y declaramos que:
1. La ciudad, a través de la historia, ha sido la cuna de la civilización y el progreso humano. Hoy, como cualquiera otra institución humana, está incluido en la más profunda y amplia revolución que jamás haya sobrellevado la humanidad.
2. Esta revolución aparece bajo el signo del cambio más dinámico. En los próximos cuarenta años, la población del mundo se incrementará en siete millones. La ciencia y la tecnología determinan cada vez más los procesos de la vida humana. En la medida que éstas avanzan, la conducta social del hombre es modificada profundamente. Estos cambios se presentan en sí mismos en cada campo, como un peligro compensador por una incluso mayor oportunidad. El hombre puede usar el poder atómico para reducir cada asentamiento humano a las ruinas de Hiroshima. Les puede proveer también suficiente energía para satisfacer todas las necesidades humanas.
La población del mundo puede por mucho superar su abastecimiento de alimentos. Incluso para mantener el ritmo de crecimiento, la producción actual de alimentos debe crecer en tres veces hacia el año 2.000. Sin embargo, por la primera vez también, poseemos los medios para asegurar suficiente alimentos para todos. Tercer o Cuarto Año Medio Historia y Ciencias Sociales Ministerio de Educación
3. Estas paradojas son ampliamente sentidas. Lo que no se comprende es que la falta de adaptación de los asentamientos humanos al cambio dinámico, puede en plazo breve, sobrepasar incluso a la enfermedad y a la hambruna como el más grave riesgo, exceptuando la guerra, que enfrenta la especie humana.
4. Una característica universal de la revolución a través del mundo, es el movimiento de la pobla- ción hacia los asentamientos urbanos a una tasa cada vez más rápida. La población mundial aumenta en un 2 % anual, la población urbana sobre un 4 %. En los próximos cuarenta años, ocurrirá una mayor construcción urbana que en toda la historia anterior del hombre.
Es ya evidente, que las proyecciones erradas del desarrollo urbano producen un despilfarro inex- cusable. La ausencia de cualquier tipo de predicción lleva al caos en las ciudades, al debilitamiento del orden cívico y a la destrucción de valiosas y diversas tradiciones históricas. De aquí entonces, que la necesidad de una planificación racional y dinámica de los asentamientos humanos, a la vez de ahora y del futuro previsible, sea inherente a la situación urbana de hoy.
5. El hombre puede actuar para enfrentarse a esta nueva crisis.
Existen recursos suficientes para la tarea. La tecnología moderna permite la movilización de los medios materiales en una escala completamente nueva. Las naciones desarrolladas gastan 150 mil millones de dólares al año en armamentos, y así y todo, sus ingresos nacionales aumentan. Se gastan billones cada año en ser vicios sociales, algunos de los cuales se han hecho necesarios por las inadecuaciones de la vida urbana.
Una vez que un problema es reconocido, los recursos para abordarlo pueden ser hallados. Estos recursos no son ciertamente, obtenibles uniformemente. Algunas sociedades todavía carecen de los medios para la acción. Pero ésta no es una escasez absoluta y mientras alcanzan su modernización, su carencia puede ser aliviada por una asistencia sostenida desde las áreas más avanzadas tecnológicamente.
6. Las directivas para políticas son más claras que nunca antes, en parte gracias
a la gran extensión de los estudios sistemáticos de la conducta humana. El objetivo debe ser de producir asentamientos que satis- fagan al hombre no sólo como padre y trabajador, sino para aprender; como artista y como ciudadano. Su participación activa es esencial en la confirmación de su propio entorno. Debe ser capaz de usar creativamente las posibilidades todavía insospechadas de una tecnología en desarrollo.
La planificación en sí misma debe asegurar que estas posibilidades no estén excluidas debido a una visión estática de los asentamientos humanos. Por sobre todo, el ciudadano debe encontrar- se cómodo en su propia cultura y estar abiertos a las culturas de otros.
7. Cuando nos volvemos a la aplicación de estos principios a los problemas de la urbanización, sentimos la necesidad de una reforma del más amplio alcance y de un refuerzo de las institucio- nes y procedimientos existentes.
En el momento presente, los sistemas educacionales a cualquier nivel no han actuado aún suficien- temente para enfrentar los problemas de los asentamientos humanos o para explorar las posibilidades de enfrentarlos por medio de una planificación racional. En las universidades, la aplicación de las ciencias básicas al bienestar del hombre ha sido fragmentaria. Se han preocupado de parte del hombre; su salud, nutrición, su educación, no del hombre total, no del hombre en comunidad. Por esto, subrayamos con toda urgencia posible, nuestra creencia, que en cada acción nuestra, en las agencias que tienen estos problemas a nivel nacional o internacional, en las instituciones de educación superior sean públicas o privadas, nuestra sociedad requiere:
a) establecer en su propio derecho una nueva disciplina de los asentamientos humanos (EKISTICA);
b) iniciar la investigación básica, del tipo del mayor alcance;
c) reunir especialistas de otras disciplinas relevantes para trabajar en conjunto sobre proyectos en estos campos;
d) elaborar nuevos métodos de entrenamiento de las personas que pueden asumir el liderazgo y
la responsabilidad en esta esfera de acción;                                                                                                                        
e) atraer a algunas de las mejores mentes jóvenes a esta nueva área de investigación, desarrollo y práctica;
8. Provenimos de diferentes naciones y de diferentes antecedentes culturales. Nuestras políticas difieren, nuestras profesiones son variadas. Pero creemos que el problema de los asentamientos humanos es un problema general y fundamental en nuestro nuevo mundo dinámico y que éste debe ser visto y estudiado de manera tal, que pueda en común con todas las grandes disciplinas científicas, trascender a nuestras diferencias locales.
Concordarnos que la implantación práctica de políticas en temas tan vitales como son uso del suelo, la localización de inversiones o la planificación de ciudades a través del tiempo estarán determinada por políticas y necesidades domésticas. Y que como ciudadanos, nos comprometemos para intentar traer estas materias al diálogo político y más activo en nuestras sociedades locales. Pero no estamos divididos en aquello que queremos afirmar de la manera más contundente, que somos ciudadanos de una ciudad global, amenazada por su propia y torrencial expansión, y que en este nivel nuestra preocupación y compromiso es por el hombre mismo.