La crisis económica y la corrupción estatal la herencia que la izquierda
dejo en Europa….Hoy
solo pueden
Alcanzar el poder en coaliciones con partidos de derecha… su único consuelo para mantener sus cuotas de ambición
y poder…
Esta
constitución de gobiernos son coaliciones con partidos que están
a la derecha y a la izquierda del espectro ideológico.
a la derecha y a la izquierda del espectro ideológico.
La
época dorada de los gobiernos de izquierda en Europa quedó atrás. De 28 países
que conforman la Unión Europea, sólo en seis naciones gobierna una coalición de
izquierdas: Croacia, Luxemburgo, Portugal, Eslovenia, Rumania y Francia.
En
12 países más, las coaliciones son derecha-izquierda —entre ellas Alemania,
Grecia, Suecia, Austria, Holanda, Italia— y otras cuatro naciones más son
dirigidas por coaliciones de derechas —Bélgica, Finlandia, Hungría y Chipre.
Los
factores que llevaron al declive son varios y complejos — división del
electorado social demócrata, desencanto, la corrupción, castigo a sus líderes, el
desempleo, la burocracia estatal, entre
otros —pero, para la mayoría de los expertos, el factor fundamental fue la
crisis económica, que se evidencio luego de la bancarrota de Lehman Brothers en
2008, cuando la recesión se globalizó.
En entrevista exclusiva para Siempre!, Javier del Tronco Panganelli, investigador de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Flacso, especialista en gobierno
y asuntos públicos, habla sobre la situación de la izquierda en Europa, que hoy
sólo gobierna en coaliciones, y se pregunta si ése será el futuro para los
países de América Latina cuando ante la crisis económica no pueden sacar
adelante sus agendas sociales.
Las crisis no son buenas para las
izquierdas
En
términos generales, las épocas de crisis económica, de estancamiento, de
crecimiento bajo son momentos críticos para las alternativas políticas de
izquierda porque éstas basan buena parte de sus propuestas en la
redistribución, en la mejora de las condiciones de vida de los sectores
marginales, de los sectores populares, de los sectores obreros, y cuando no hay
muchos recursos para distribuir, por lo general, las opciones políticas de
izquierda. Pero restringen el aparato productivo
privado al cual sobre cargan de
impuestos y restricciones, a favor del
estado —ya sea que estén en el poder o
que busquen el poder a través de las elecciones— no se ven bien recompensadas.
Las
que están en el poder porque por lo general, aunque no sean quienes rompan los
platos, son los que los pagan, ya sea porque no pudieron prevenir las crisis o
porque no tuvieron la capacidad de enfrentarlas de una manera efectiva.
Hoy los gobiernos nacionales cada vez tienen una
capacidad menor de enfrentar crisis financieras globales o crisis como la que
vemos ahora con los precios de los commodities —materias primas y bienes primarios—; en segundo
lugar, muchas veces al llegar al poder en situación de crisis, la izquierda
puede ser vista por parte de los electores como una alternativa, pero la verdad
es que, justo por esa situación de crisis económica internacional —véase el
caso de Grecia—, limitan fuertemente la capacidad de los gobiernos de izquierda
por adoptar soluciones heterodoxas, por adoptar políticas que sean radicales o
revisionistas respecto de lo que plantea el statu quo, o el estado financiero internacional.
Es
una época dura, difícil para la izquierda porque las épocas de crisis en
contextos como los actuales, en donde la capacidad —si vas adelante en
políticas revisionistas ortodoxas— es muy baja, independientemente de cuál sea
el país del que hablemos, y suele limitar la posibilidad de los gobiernos de
izquierda de llevar adelante sobre todo su agenda social y su agenda
distributiva.
Hay
una segunda dimensión que vale la pena mencionar y es que la medida ya no sea
la económica sino más bien la faceta moral, la dimensión vinculada con los valores.
Creo que la izquierda ideológica en el sentido de los valores está viviendo
momentos bastante más ambiciosos que los que vive la izquierda en términos de
distribución económica y social. ¿Qué quiero decir?, básicamente las agendas de
igualdad de género, de igualdad de derechos para minorías, de los derechos
humanos, agendas que aunque se limitan en casos puntuales a escala nacional y
hay gobiernos que están menos dispuestos a llevar adelante, son agendas
globales que han ganado la batalla.
Evidentemente
la agenda de la redistribución económica no lo ha logrado aún y no sabemos si
pasará, pero sí podemos decir que la agenda de la izquierda en términos de
valores, sí es una agenda que permea cada vez más a las regiones del mundo.
La época dorada ya pasó
¿Cómo ve la situación de la izquierda
en Europa, España, Italia, ya lo dijo, un poco Grecia?
Si
hacemos números, uno diría quizá la era dorada de los gobiernos de izquierda en
Europa ha pasado, la era dorada de los gobiernos de izquierda fue probablemente
el cuarto de siglo entre 1950 y 1975, el Estado de bienestar en algunos países
se extendió un poco más allá y digamos que, de fines del siglo pasado, con
algunas excepciones, la izquierda no gobierna mayoritariamente a todos los
países del continente europeo.
También
es cierto que los gobiernos de los países en Europa no son exclusivamente de
gobiernos de derecha, básicamente son gobiernos de coalición. Hoy en día hay 12
países europeos en los cuales gobiernan coaliciones de partidos de derecha y de
izquierda a su vez; Alemania, Austria, Holanda, Italia, Bulgaria, República
Checa, Grecia, Irlanda, Letonia, Lituana y Suecia son países cuyos gobiernos
por ser, además, todos regímenes parlamentarios cuyos gobiernos son de
coalición, participan tanto partidos que están más a la derecha del espectro
ideológico como partidos que están más a la izquierda.
En
la practica la situación europea esta claramente
definida a buscar nuevas opciones en partidos
nuevos que provienen de sectores
de derecha y a rechazar la viejas y ya fracasadas recetas de la izquierda que depende
del crecimiento del aparato estatal para solucionar los problemas de sus
ciudadanos.
Es
un dato que me parece interesante, porque nos vuelve a cuestionar respecto de
aquella famosa frase de Francis Fukuyama a principios de la década de 1990, que
hablaba del fin de la historia y la muerte de las ideologías.
No
creo que esto pueda ser realmente defendido, pero sí creo que hoy en día muchas
veces los gobiernos y mucho más en los regímenes parlamentarios como los
europeos, se constituyen a partir de coaliciones de partidos que quizá no están
de acuerdo en todo, pero sí tienen convenios con una agenda mínima de asuntos
frente a los cuales hay que plantear soluciones.
En
ese sentido me parece que el caso europeo es interesante no tanto por la crisis
de la izquierda, sino más bien por esta constitución de gobiernos, que son,
repito, coaliciones con partidos que están a la derecha y a la izquierda del
espectro ideológico.
Esta
situación nos da un dato interesante respecto de lo que podemos ver en América
Latina, aquí no tenemos regímenes parlamentarios sino tenemos que regímenes
llamados presidencialistas o de separación de poderes, donde tanto el jefe de
Estado como el parlamento es elegido por el pueblo.
La pregunta sería qué esperar para América Latina en estos momentos para
la izquierda latinoamericana, si vivió quizás a poca diferencia de la izquierda
europea,
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